Imágenes de la Agrupación Providencia. Publicada en reportaje Diario de Antofagasta “Quebrada El Way: Testimonio de violaciones a los Derechos Humanos durante la Dictadura en Chile”, de Marcia Reumante Vega
Quebrada El Way: Espacio de memoria de las atrocidades cometidas por la dictadura en Antofagasta
En un reciente reportaje de Marcia Reumante Vega publicado en el Diario de Antofagasta, titulado: “Quebrada El Way de Antofagasta: Testimonio de violaciones a los Derechos Humanos durante la Dictadura en Chile”, se revela la impactante historia de la Quebrada El Way, un sitio emblemático de Antofagasta que fue testigo de las brutales ejecuciones perpetradas por la Caravana de la Muerte durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Este lugar, donde catorce prisioneros políticos fueron asesinados el 19 de octubre de 1973, es un símbolo de la crueldad de un régimen que «recorrió el país de sur a norte» con la Caravana de la Muerte, ejecutando a 104 personas según datos de la Agrupación Providencia.
Los cuerpos de las víctimas fueron llevados a la morgue del Hospital Regional de Antofagasta. Según el testimonio del gendarme Octavio Sepúlveda, consigna el reportaje, los cadáveres estaban en condiciones tan terribles que eran casi irreconocibles, con graves heridas de bala. Esta brutalidad, justificada en su momento por la prensa controlada por el régimen como una acción contra el “activismo político y la conspiración terrorista”, dejó una herida profunda en la comunidad local. Reumante destaca que «los certificados de defunción fueron manipulados por órdenes militares», encubriendo la verdadera causa de las muertes.
Con el retorno a la democracia, las agrupaciones de derechos humanos y los familiares de las víctimas han luchado por preservar la memoria de estos eventos. La construcción de la «Plaza de los Derechos Humanos» en la entrada de la Quebrada El Way en 2001, y su posterior reinauguración en 2007, junto con la adición de una nueva placa en 2015, son esfuerzos por mantener viva la memoria de los crímenes cometidos.
La Quebrada El Way ha sido reconocida como Monumento Histórico, lo que es esencial para honrar a los ejecutados y «recordar la importancia de defender los derechos humanos y la dignidad de las personas». Este lugar se ha convertido en un símbolo de resistencia frente a la impunidad, subraya Reumante, destacando la lucha continua de los familiares de las víctimas.
Finalmente, la autora hace un llamado a la memoria y la justicia, recordando que la preservación de este sitio es crucial para que las futuras generaciones comprendan la importancia de la justicia y los derechos humanos, y evitar que estos crímenes caigan en el olvido.