Se fue para el otro mundo el sábado pasado uno de los mayores intelectuales latinoamericanos del siglo XX y sin duda el más entretenido de todos: el mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010). Autor de una extensa, interesante y amena obra especialmente en el género de la crónica, su gracia principal es que, a pesar de provenir del mundo letrado e ilustrado, indagó continuamente sus cruces con la oralidad, la música y la esfera audiovisual, teniendo siempre como bullicioso trasfondo los avatares de la vida cotidiana en la gran ciudad.
Como pocos otros escritores de nuestro continente, Monsiváis dirigió su mirada crítica hacia los fenómenos culturales tal vez más característicos del siglo XX, es decir, la irrupción de los medios de comunicación masivos y la progresiva y luego explosiva mudanza desde el mundo campesino de los siglos precedentes hacia el universo urbano de la actualidad. En México estos procesos alcanzan dimensiones descomunales y por ello podría parecer casi natural que la escritura poética, filosófica y opinológica de Monsiváis sea uno de los mayores legados de ese país a Latinoamérica y al mundo.
Sin embargo, este legado no habría sido tal sin la decisión de un hombre comprometido con la igualdad, la tolerancia y la diversidad, que en su juventud militó en el Partido Comunista y que después apoyó la causa homosexual, entre varias otras. Por eso, su interrogación permanente acerca de los macrotemas sociales y políticos nunca dejó de articularse a las pequeñas y fragmentarias vivencias desde las cuales se constituyen nuestras identidades culturales. Mujeres, jóvenes, indígenas, consumidores, rockeros, boxeadores, estadistas, activistas y vedettes desfilan en sus páginas como si se tratase de extras sospechosamente protagónicos en el gran fresco cinematográfico de la «posmodernidad» criolla.
No hay, prácticamente, un aspecto de la farándula, de la bohemia, de la cultura letrada, popular, política y urbana en el cual Carlos Monsiváis no haya escudriñado con su pluma mordaz y a ratos tremendamente tierna. Desde Cantinflas hasta las divinidades aztecas y la Biblia, desde el levantamiento zapatista hasta Luismi, Juanga o Thalía, desde los textos de Salvador Novo, las películas del Santo, los hoyos funky o el sentimentalismo prostibular de Agustín Lara hasta el esplendor del PRI o las movilizaciones por la escasez de agua en el Defe, toda la cultura mexicana del siglo XX parece estar contenida en la obra de este prolífico autor. Y, lo mejor, parece estar viva, para nuestro asombro, nuestro espanto y nuestro deleite.
Poseedor de una escritura extremadamente documentada, sabia e inteligente que se situó a medio camino de la literatura y del periodismo, tal vez la característica más querible de Monsiváis es su sensibilidad por los detalles, las minucias y las trivialidades que, al reiterarse, van sedimentando una cultura y que, al plasmarse en un texto, establecen la complicidad del escritor con el lector común. Por algo su fallecimiento prematuro nos ha confirmado que es el intelectual más popular de su país, en un momento en que se pensaba que la figura del intelectual con presencia pública se había apagado irremediablemente.
Observador atónito de los «aliens» culturales que fermentaban a su alrededor, Carlos Monsiváis no hizo vista gorda ante su anárquica configuración ni menos pretendió ordenarla de un plumazo. En cambio, se arrojó al magma con valentía, sencillez y humor, creando un tipo de escritura del caos que, alimentada ahora por el torbellino de la globalización y la era digital, parece destinada a florecer. Pero si algo importante podemos aprender de este genial escritor mexicano, de cara al nuevo siglo, es que día a día le insuflamos a las borrascosas condiciones del medio un sentido inédito de creación desde los fragmentos, sustento y vector de nuestros ridículos pero inmensos afanes de supervivencia colectiva en un mundo que está patas parriba. Tal es el prodigio de las penetrantes, afectadas y chispeantes letras criollas de Carlos Monsiváis, nuestro gran cronista gran del siglo XX mexicano y sus alrededores.
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Bibliografía de Carlos Monsiváis en sitio Lecturalia.com
Artículo de Carlos Monsiváis “El rap de las postrimería”, Revista de la Universidad de México Nueva Época Nº53, México, julio 2008.
Entrevista “Carlos Monsiváis: no tengo personaje; yo soy mi biblioteca”, de Guadalupe Alonso, Revista de la Universidad de México Nueva Época Nº37, México, marzo 2007.
Artículo “La muerte de Carlos Monsiváis cimbra al medio cultural mexicano”, diario La Estrella, Texas, lunes 21 de junio de 2010.
Por Carolina Benavente Morales