El caso “Quemados”
El clima de terror implantado por la dictadura en el período 1973-1990 imponía la exhibición cada tanto de actos de verdadera barbarie, que causaron profundas heridas en la sociedad, visibles hasta el día de hoy. “Uno de estos actos incomprensibles por su crueldad fue realizado por una patrulla militar el 2 de julio de 1986, al inicio de una jornada de protesta nacional convocada por la Asamblea de la Civilidad”, señala el Museo de la Memoria y DDHH.
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Ese día, un grupo de soldados encabezados por el teniente Pedro Fernández Dittus, detuvo en Estación Central a la universitaria Carmen Gloria Quintana y al fotógrafo Rodrigo Rojas, los roció con bencina y les prendió fuego. Gravemente heridos, los trasladaron hasta Quilicura, donde los dejaron abandonados en un sitio eriazo. Los jóvenes caminaron hasta conseguir ayuda, y fueron trasladados luego a la Posta Central.
Rodrigo falleció cuatro días más tarde, mientras que Carmen Gloria, con más del 60% de su cuerpo quemado, logró sobrevivir, y debió someterse a largos tratamientos médicos en Chile y Canadá.
La versión oficial del régimen aseguró desde el primer momento que el fuego se produjo por una acción accidental causada por los propios jóvenes. No fue hasta el año pasado, 33 años después de los hechos, que el juez Mario Carroza condenó a 11 militares a penas de entre 3 y 10 años, por los delitos de homicidio calificado de Rodrigo Rojas y homicidio calificado, en grado de frustrado, de Carmen Gloria Quintana.
Hoy, Carmen Gloria Quintana, relata los hechos a Súbela News, en una entrevista a Luis Tabilo Castillo.
Carmen Gloria Quintana, sobreviviente de la dictadura: “Me asustaría vivir en Chile pensando que hay políticos que aún ven en la violencia una salida a un conflicto político”
Por Luis Tabilo Castillo
En entrevista exclusiva con Súbela News, Carmen Gloria Quintana, en conversación telemática desde Canadá, la psicóloga clínica y sobreviviente del Caso Quemados critica al Poder Judicial por el lento avance en los casos de Derechos Humanos, aborda el clima de negacionismo que rodea a la fecha y responsabiliza, en parte, a los gobiernos de la Concertación del fenómeno. “Cuando vivía en Chile sentía que mi presencia molestaba”, señala.
El 2 de julio de 1986 quedó marcado en su vida. ¿Qué recuerda de aquel día?
Lo recuerdo todo. Es un trauma, algo que no se olvida fácilmente, entonces lo recuerdo todo. Han pasado 37 años y pareciera que no ha pasado mucho tiempo para mí, y en términos de país, también cuesta ver que realmente hemos caminado y evolucionado a partir de esa fecha. Lo recuerdo todo y tengo una sensación amarga después de estos años que han transcurrido.
La derecha chilena vive momentos en los que justifican el golpe militar. Por ejemplo, la Cámara aprobó leer la declaración de inconstitucionalidad al Gobierno de Salvador Allende firmada en agosto de 1973, mientras que la diputada Gloria Naveillán dijo que la violencia sexual por agentes de la dictadura es una “leyenda urbana”. ¿Por qué llegamos a este nivel de negacionismo de nuestra propia historia?
A mí me entristece y me da mucha desesperanza ver las involuciones en que está nuestro país, porque hasta hace poco veía ciertos avances, pero ahora, con esta nueva ola de la derecha neofascista, da susto ver hacia dónde se dirige la sociedad.
Que después de 50 años en que se produce el golpe haya actores políticos que aún cuestionen si fue legítimo o no, yo considero que como chilena me asustaría vivir en Chile pensando que hay políticos que aún ven en la violencia una salida a un conflicto político. Asusta que haya gente haciendo política en democracia desconociendo los sustentos de una democracia. Eso fragiliza la visión que uno pueda tener de la verdadera solidez de nuestro Estado de Derecho.
Me da pena ver eso y que esta señora, ex republicana, que ni siquiera recuerdo el nombre, hable en esos términos de las personas que fuimos víctimas de la dictadura, es realmente atroz. Creo que debería ser expulsada de la Cámara de Diputados, porque a esta altura de la vida alguien que niegue que existieron violaciones de Derechos Humanos, que muchas mujeres que fueron torturadas y violadas que están aún con vida son testigos vivientes de esa atrocidad, es un fuerte golpe a la reparación, que era una una de las tareas de la de los gobiernos postdictadura.
¿Qué le diría usted a ese 36% de los chilenos (A la sombra de Pinochet: CERC-MORI) que, a 50 años del quiebre democrático, cree que los militares estuvieron bien en dar un golpe de Estado?
Es difícil entender a esa gente. Creo que son personas que deben carecer un poco de educación, de conciencia y comprensión de lo que es verdaderamente la democracia y el respeto a los Derechos Humanos. Quizás no han vivido en carne propia lo que fue la dictadura, no deben tener ningún familiar, pero uno por empatía debería ser capaz de ponerse en el lugar del otro, ver que cuando se atenta el Derecho Humano de una persona, no es un delito común, es un delito que se hace a todos los chilenos, porque son personas que por ideas diferentes son asesinadas, hechas desaparecer, quemadas vivas.
Esa misma gente que dice que un golpe sería bueno o legitiman un golpe, ellos mismos gozan ahora espacios de libertad que fueron ganados por esas personas que ahora están bajo la tierra o que están desaparecidos. Esos pasos de libertad que tienen ahora se los deben a ellos. Es bastante fuerte escuchar que haya gente que piense así.
Yo creo que nuestro país está muy dividido. La dictadura instaló un individualismo acérrimo, y acá cada uno piensa por sí mismo, cada uno quiere salir con sus propias uñas adelante sin importar cuáles son las consecuencias.
El senador de la UDI Iván Moreira propuso liberar a reos de Punta Peuco como «incentivo» para que revelen el paradero de detenidos desaparecidos. ¿Qué le parece?
Me parece inmoral, por decirlo menos. Me parece un chantaje burdo, violento, es no tener ninguna empatía equiparar víctimas con victimarios, asesinos con víctimas. No tiene ninguna cordura lo que está planteando. Esto de revelar los pactos de silencio, de sitios donde están los detenidos desaparecidos, es algo que debería haberse hecho hace mucho tiempo. Yo creo que los militares aún tienen esa deuda con el país, de finalmente decir qué pasó, dónde están. En el fondo yo creo que los militares han sido bastante cobardes postdictadura, no han asumido su responsabilidad como parte de este proyecto de la derecha de la dictadura neoliberal, y me parece atroz que se quiera liberar a cambio de información a personas que están en prisión en muy buenas condiciones. No están en una cárcel cualquiera, tienen acceso televisión, tienen comodidades, tienen salón, tienen mucha comodidades que dicta mucho de la realidad que vive el delincuente común en Chile.
Que (Iván Moreira) vea estas personas como pobres ancianos sufrientes dicta mucho de la realidad. Son ancianos que, incluso hasta el día de hoy, no se arrepienten de lo que hicieron, son personas que no entregan información, ni siquiera por razones humanitarias, por ver que las esposas de los detenidos desaparecidos están muriendo, entonces es bastante triste ver cómo esta persona polariza Chile nuevamente.
¿Ha habido impunidad judicial en el rol de civiles, muchos de ellos vigentes en la política aún, en la ejecución del golpe de Estado?
Los civiles la han sacado súper barata postdictadura. Todos los civiles que estuvieron comprometidos con la dictadura, casi ninguno ha sido juzgado. Por ejemplo, Onofre Jarpa que hace poco se estaba discutiendo de su rol, fue uno de los grandes responsables de las violaciones a los Derechos Humanos, porque era él quien daba la orden para que los militares salieran a la calle a reprimir los paros nacionales, las protestas, las huelgas de estudiantes. Entonces él tenía toda la responsabilidad política ahí y también en cierta medida penal. Yo quiero que eso quede claro, que estos ministros, que pareciera que son líderes ideológicos de la derecha, fueran evaluados en su justa medida durante la dictadura y con todo lo que ellos fueron parte de ese proyecto de dictadura e instalación de un sistema autoritario bestial para imponer un modelo.
Durante su gira por Europa, el Presidente Boric invitó a todos los partidos políticos a firmar una declaratoria con mínimos comunes, la que ha sido rechazada por Chile Vamos y Republicanos. Para usted, ¿cuáles son los mínimos civilizatorios que deberíamos tener desde la clase política pero también como un compromiso de Estado?
Lo primero es creer en la democracia y comprometerse con los valores de la democracia, donde la política, el arte de gobernar, siga siendo un arte y deje de ser un acto violento donde se pueda derrumbar un gobierno que no le gusta. O sea, si a uno no le gusta un gobierno tiene que aceptarlo porque fue elegido por la mayoría.
(Lo segundo) La independencia del Estado también es algo importante, la independencia de los poderes: el Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo. Que sean todos autónomos, porque en la dictadura el Poder Judicial tuvo gran responsabilidad en no acoger los recursos de amparo, a no comprometerse con la justicia y yo creo que se hubieran salvado muchas vidas si el Poder Judicial hubiera jugado de una manera más valiente su rol. El hecho que el Congreso durante el gobierno de Allende se haya entrometido en la salida política, sin respetar el Poder Ejecutivo, creo que también fue un error, porque Allende pensaba llamar a un plebiscito, donde el pueblo es el que está investido para para saber si quiere con ese seguir con ese gobierno no a través de un plebiscito.
El tercer punto sería los Derechos Humanos como una comprensión absoluta de que ese es el límite básico que nunca, bajo ninguna circunstancia, se puede pasar a llevar. Eso es lo que nos asegura y nos entrega esa tranquilidad para poder vivir en paz en un país.
Yo creo que los Derechos Sociales, si no están cubiertos Chile va a tener otra revuelta muy pronto. Si no se soluciona el problema de pensiones, si no se soluciona el problema de salud, si no se soluciona el problema de la educación, los sueldos mínimos, los derechos laborales, Chile nuevamente va a volver a una revuelta social. Es por eso que nuestro país vive tantos cambios bruscos. De repente vota un año por la derecha, otro la izquierda o por la centro izquierda, cambiando de una, porque está completamente desorientado, desinformado y aburrido de la política chilena porque es incapaz de dar respuesta a las necesidades sociales de nuestro pueblo.
¿Cuál es la importancia de la memoria?
Yo soy psicóloga clínica, entonces te puedo hacer una comparación con la importancia de la memoria para resolver los traumas. Una persona no puede avanzar en un trauma, si no afronta el trauma, si no elabora su trauma, si no revive las situaciones traumáticas y saca contenidos mentales para poder entender lo sucedido y dar una canalización a ese trauma. Entonces, nuestro país está viviendo como una disociación con todo su sucedido, no se quiere hablar esos pasados, no hay que tocarlo, déjenlo ahí. Pero eso es parte de nuestra historia como seres humanos y como país tenemos una historia, como cada individuo también tiene su propia historia, sus propios traumas, que si no los trabajas los vuelve a repetir porque el cerebro necesita dar un sentido a las situaciones traumáticas.
La memoria es parte de nuestra identidad. Este golpe de Estado va a quedar marcado y marca muchas generaciones. Incluso generaciones de chilenos que viven afuera, que son tercera generación, están marcados por el golpe y su vida está marcada por eso que le pasó a sus padres o abuelo hace 50 años.
La memoria es importante. Alemania lo ha hecho bien saber, condenando el negacionismo, catalogándolo como delito, haciendo ejercicios educativos en todos los colegios de lo que fue el Holocausto. Chile debería hacer algo muy parecido. Yo cuando vivía en Chile sentía que mi presencia molestaba, como que mi presencia ahí, muchas veces, le hacía recordar a la gente el golpe y por mucho tiempo me sentí muy mal. No acogida en mi propio país.
¿En qué momentos o lugares se sentía así?
En lugares específicos, en la prensa en general, sobre todo en el gobierno de Frei, un poco Lagos. Yo me vine a estudiar acá Canadá cuando salió Piñera la primera vez. Dije ´Chuta, no avanzamos mucho, no se ha resuelto todavía lo que fue el golpe y la dictadura y ya estamos nuevamente votando por la derecha´.
¿Hubo responsabilidad en los gobiernos de la Concertación en no darle un valor y una importancia de que el golpe y sus consecuencias no se vuelvan a repetir a nivel educacional?
Creo que sí, hay una gran responsabilidad, puesto que los primeros gobiernos de la Concertación no creyeron en el pueblo y dejaron de lado el pueblo para gobernar, hicieron muchas negociaciones a espaldas del pueblo sin ser honestos con lo que estaban haciendo. Yo creo que todo fue negociado. Una “salida democrática” pero dejando instalada las grandes bases de lo que fue la dictadura y el modelo neoliberal.
Ese neoliberalismo no solamente se ejerció en el plano económico, sino que también en el plano cultural, en donde los medios de comunicación alternativos todos quebraron porque no había subvenciones, no había dinero, entonces finalmente quedaron los medios de comunicación que están en manos de la derecha económica, que fueron los que continuaron alienando a los chilenos en una vía individualista culturalmente.
¿Cómo vive usted la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado? ¿Tiene planeado venir a Chile?
Me hubiera gustado, pero es caro ir a Chile. El pasaje acá vale 1.700 dólares más o menos, así que no. Voy a estar acá en Canadá, Montreal, participando con la comunidad de exiliados en distintas actividades que se van a hacer en estas fechas.
En su caso en particular. ¿Cree que ha habido justicia?
Han pasado 37 años y ahora estamos esperando la última apelación en la Corte Suprema porque la Corte de Apelaciones cambió la figura y eso fue positivo porque la cambió a homicidio calificado (Por el homicidio de Rodrigo Rojas De Negri) y homicidio frustrado en mi persona, y amplió la pena 20 años para militares responsables y 10 años para los subalternos. Eso se va a ver, todavía están todos los militares libres hasta el día de hoy, solamente Pedro Fernández Dittus hizo menos de un año de cárcel. La justicia llega muy tarde, para la madre de Rodrigo y para mis padres que son mayores de 70, han vivido la frustración de no tener justicia todos estos años, es una herida que va carcomiendo. Yo digo ´peor es nada`.
Espero que esa condena se ratifique en este mes de septiembre. Lamento mucho que el Poder Judicial sea tan lento, que no se esmeren más y no se den más recursos para agilizar estos procesos, sobre todo en el caso de muchos familiares que quizás no son casos emblemáticos, que no se les ha tomado en serio y que a veces nosotros, digo `nosotros` los casos emblemáticos, hemos tenido más más atención y se ha presionado más, pero en muchos casos ni siquiera han sido visto por la justicia. Entonces me parece bastante cruel e injusto.
Justamente el Presidente Boric presentó esta semana el Plan Nacional de Búsqueda…
Me parece muy bien que finalmente se pueda invertir recursos en esta búsqueda. Con todos los avances que hay en tecnología y ciencia se podría hacer mucho mucho más por encontrar los restos de los detenidos desaparecidos.