Con motivo del reciente fallecimiento de Kim Jong-il y el correspondiente gesto protocolar del Partido Comunista de Chile de remitir una carta de condolencias a la dictadura norcoreana, como Nueva Izquierda convocamos a defender y promover la identidad entre los valores de la izquierda y la democracia como conquista civilizatoria.
La izquierda chilena tiene un honroso patrimonio de legitimidad democrática, ganado limpiamente a partir de las luchas por la organización de los trabajadores impulsada por Luis Emilio Recabarren, por la ampliación de las libertades y derechos de las mayorías ciudadanas durante el siglo 20, en la resistencia contra la dictadura de Pinochet, y en las actuales movilizaciones sociales en demanda de equidad e inclusión.
Esa larga tradición, de la que orgullosamente formamos parte, no tiene nada que ver con un régimen sedicentemente socialista, que en realidad ha degenerado desde hace mucho en una partitocracia autoritaria y militarista de carácter dinástico, que incurre masivamente en graves violaciones a los derechos humanos, y que restringe groseramente todas las libertades de su pueblo.
Con esto, el desafío de la Izquierda debe siempre estar en la lucha social, política y cultural por un mundo más justo y solidario. De esa forma, en tanto compañeros y amigos, los invitamos a reflexionar respecto de la convicción más firme que sostenemos, esto es, que la emancipación con la que seguimos soñando consiste en el avance hacia la conquista y el disfrute de más y mejores niveles de libertad y democracia para todas y todos. Nunca en sentido contrario, nunca como la tragedia del estalinismo y otras dictaduras similares.
Santiago, 21 de diciembre 2011
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