Cartas al Ciudadano publicadas en la edición N°83 de El Ciudadano, primera quincena de julio 2010.
SUFRIMIENTO INSUFRIBLE
Señor director:
Le escribo desde las orillas del histórico Bío Bío, que el 27/F se se vio afectado una vez más por los severos embates y sufrimientos que acarrea un cataclismo de la magnitud ya conocida.
La verdad es que ese traumático evento telúrico y oceánico ocurrió hace casi cinco meses y las soluciones siguen siendo precarísimas, lentas, insuficientes y sin perspectiva. Y, como si todo esto fuera poco, se nos ha venido encima el frío, el viento, la lluvia, el anegamiento, la enfermedad broncopulmonar, la cesantía, etcétera.
El sufrimiento continúa golpeando a los de siempre: A los más pobres y marginados (si se ojean los diarios, pareciera que únicamente han sufrido las empresas).
Las autoridades sólo se han preocupado de salir airosas en los medios de comunicación (ver un partido de la “roja de todos” en algún campamento, hacer ofertones, etcétera).
Aquí, todavía discuten entre ellos si el “plan maestro” de la reconstrucción es regional, local o sectorial (pareciera que no son capaces de “caminar y masticar chicles” a la vez).
La verdad sea dicha: La miopía, el abuso del “marketeo” y la falta de liderazgo personal y colectivo, público y privado, son de antología.
¿Qué falta?: Levantar un par de ideas-fuerza dentro de las cientos de iniciativas que se proponen aisladamente y colocarle mucha participación ciudadana real, activa y movilizada. ¿Qué hacer?: Levantar, al menos, dos ideas-fuerza: Una Ley especial para una Reconstrucción y Construcción moderna y amigable, y un Ente, también especial, autónomo y con recursos diversos, llámese como se llame.
Para honrar a la verdad, podría afirmar que los que más han estado a la altura del desafío inmediato y mediato post-27/F, ha sido la Municipalidad de Talcahuano y su Alcalde (en esta estratégica zona cero es donde a mi juicio se debería librar la “madre de todas las batallas”, luego del sismo-tsunami).
Carlos Fuchslocher C.
Escritor (socio de la Sech)
Concepción, 23 de junio de 2010
MARAVILLOSA DIETA
Leí con mucho interés la edición que trataba sobre la alimentación y dentro de otras cosas, el reportaje del veganismo y vegetarianismo.
Yo soy un ciudadano que llevo once años disfrutando y pregonando un estilo de vida con respeto, culto y sintonía con la naturaleza que me alimenta, el vegetarianismo, dentro de los cuales dos fueron estrictamente veganos.
Para los que tienen las ganas pero aún no se animan, les cuento que lo que genera mayor resistencia es aceptar este cambio de hábito, es decir, dejar de consumir ciertos alimentos e incorporar otros nuevos, el resto del camino es comenzar a disfrutar y a recibir todos los beneficios que contiene esta saludable y maravillosa dieta que promueve la vida, responsabilidad, conciencia y respeto por la naturaleza y bienestar nuestro, en alternativa de una alimentación fundada en la muerte, sufrimiento y antipatía para el resto de nuestros pares animales.
El vegetarianismo y veganismo son dietas completas, saludables, sabrosas, llenas de beneficios para la salud humana y planetaria, eleva el espíritu, mejora el ánimo, es económica y un sin fin de beneficios que sólo puedes disfrutar alimentándote con base en vegetales. Gracias a El Ciudadano por promover, informar y concienciar sobre nuestros hábitos de consumo alimenticio.
Atentamente
Felipe Salinas Cotroneo
TESTIMONIO CONTRA ALFONSO PODLECH
Señor director:
Esta mañana he recibido, desde Roma, una carta de María Paz Venturelli Cea, hija de Omar Venturelli Leonelli, detenido desaparecido en el año 1974 por orden del ex fiscal militar Alfonso Podlech M., hoy preso en una cárcel de Roma y sometido a un largo juicio por sus reiteradas violaciones a los derechos humanos.
Fui testigo, en la audiencia del 11 de enero de este año, en Roma, porque conocí a Omar, a Fresia (su viuda), y a su hija María Paz, en tiempos de nuestra vida universitaria…
… Por eso me he tomado la libertad de escribir estas líneas introductorias a esta carta, para ver modo, si ustedes la pueden publicar por el hondo contenido humanitario que ella representa y su consecuente repercusión en las conciencias de nuestros conciudadanos y autoridades.
Atte., Mirtha Varas Mandolini
Docente Universidad de Concepción
Campus Los Ángeles
CARTA 3 SEGUNDA PARTE
Roma, 17 de junio de 2010
Rogatoria pública al Santo Padre
Santo Padre
Soy María Paz Venturelli, a los dos años de edad perdí a mi padre, desaparecido en la cárcel de Temuco en octubre de 1973, en Chile.
Mi papá, Omar Venturelli, era profesor de Pedagogía en la Universidad Católica de esa ciudad, y su fe cristiana lo había conducido a la defensa de los derechos de los campesinos mapuche, que tienen una condición de vida miserable.
Desde niña, durante nuestro exilio en Italia, escuchábamos las canciones de la poeta y cantautora Violeta Parra, alma bellísima, capaz de transformar en música Chile mismo. Había una canción que recitaba: “¿Qué dirá el Santo Padre, que vive en Roma, que le están degollando, a su paloma?”
De niña, no entendía el significado y la importancia que tienen sus palabras, Santo Padre, en la vida de tantos hombres y tantas mujeres, incluso en Chile, un país tan lejos de Roma.
En marzo, con un solemne Te Deum, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Fancisco Javier Errázuriz y otros obispos, pidieron al gobierno chileno un “indulto jubilar“, en ocasión de la celebración de los docientos años del nacimiento de la República de Chile, firmada el 18 de septiembre de 1810.
Estos prelados consideran que la petición, que perdonaría a muchos detenidos y entre estos aquellos, muy pocos, que han sido condenados por crímenes contra la humanidad llevados a cabo durante los años de la sangrienta dictadura de Pinochet, constituiría un paso importante hacia la reconciliación del país.
Santo Padre, pienso que en Chile hay tantas palomas, son aquellas mujeres, aquellos hombres que han sobrevivido a aquellos terribles años, que han reconstruido las propias vidas con amor y que lloran al padre, al hijo, los hijos, la madre, el hermano. Llevando flores a una tumba o, como los más desafortunados, como yo, sin ni siquiera tener los restos de los propios seres queridos desaparecidos.
Estas palomas están esperando ansiosamente la paz que sólo la reconciliación puede dar. Esperamos con ansia el real arrepentimiento y la verdadera inspiración al perdón de los asesinos y poder salir de la pesadilla que han fabricado. Necesitamos la verdad, para reconocer nuestra historia y poder derramar nuestras lágrimas sobre los cuerpos que nos han ocultado. Necesitamos justicia para vivir una democracia fuerte y próspera.
¿Puede la Iglesia chilena desgarrarse en un gesto que romperá todo esto? ¿Es realmente tan lejano, Chile?
Mi rogatoria se dirige a usted, Santo Padre, para que se construya, junto con las familias de las víctimas, la paz duradera y la verdadera reconciliación. Si el indulto jubilar dejará libre a los verdugos de muchos, significará que la celebración del bicentenario de la democracia en Chile será una fiesta macabra para todos aquellos que han sufrido la violencia y que aún no han obtenido justicia, incluso en Roma.
Digo esto porque en el aula donde se realiza el juicio por la desaparición de mi padre, presencia como acusado, Alfonso Podlech, que no muestra ninguna señal de arrepentimiento, al contrario, aprovecha cualquiera oportunidad para confirmar el espíritu arrogante y no reconciliado de quien ha sido opresor y considera que hizo lo justo.
María Paz Venturelli