China le ha brindado una mano a los talibanes en Afganistán al mismo tiempo que criticó la caótica situación que generó la salida de Estados Unidos del país centroasiático, cuando este martes los insurgentes celebraron el retiro definitivo de las tropas estadounidenses.
En medio de la incertidumbre sobre qué tipo de Gobierno impondrá el movimiento talibán a su regreso al poder y cómo será su política ante el concierto de las naciones, el Gobierno de Beijing aclaró que se ha abierto «una nueva página».
«La historia de Afganistán ha entrado en una nueva página tras la retirada de las tropas occidentales. Los afganos tienen ahora un nuevo punto de partida para encontrar la paz a nivel nacional y centrarse en su reconstrucción», dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Wang Wenbin.
En un momento en el cual el Gobierno Talibán busca reconocimiento diplomático internacional y financiación para atender la crisis que atraviesa la nación centroasiática, China mostró disposición a ayudar a los insurgentes, pero hay ciertos obstáculos para un reconocimiento pleno.
Uno de los más espinosos es el referido a un supuesto apoyo que han brindado a los grupos armados uigures en la provincia de Xinjiang, que China califica de terroristas.
«Esperamos que Afganistán logre formar un Gobierno abierto, inclusivo y muy representativo (…) y reprima decididamente a cualquier tipo de fuerza terrorista», subrayó Wang.
Una delegación del movimiento taliban viajó a la capital china el mes pasado para entrevistarse con funcionarios de alto nivel del Gobierno de Beijing para asegurar que no tienen vínculos con los grupos terroristas en Xinjiang.
Sobre la evacuación apresurada de residentes extranjeros, diplomáticos y afganos que colaboraron con países occidentales, en particular Estados Unidos, China reprendió a Washington por la falta de organización.
Wang acotó: «Afganistán pudo liberarse de la ocupación militar extranjera» y China está dispuesto a profundizar las relaciones «amistosas y cooperativas» con los talibanes, añadió.
En un debate en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebrado este lunes, la representación china comentó que la retirada militar de Afganistán no supone el final de la responsabilidad, sino el comienzo de la reflexión y la corrección.
El representante permanente adjunto de China ante la ONU, Geng Shuang dijo: «El caos en Afganistán está directamente relacionado con la retirada apresurada y desordenada de las tropas extranjeras».
Geng instó a aprender de las lecciones y respetar verdaderamente la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Afganistán, y los derechos del pueblo afgano a determinar su propio futuro.
Cortesía de Telesur
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