Autoridades sanitarias de China consideraron hoy muy improbable que el país sufra pronto un rebrote masivo de Covid-19 provocado por las mutaciones de la variante Ómicrón del coronavirus SARS-CoV-2, como la XBB, detectada en Shanghái.
Según estimó el Centro nacional de control y prevención de enfermedades infecciosas, la posibilidad es “extremadamente baja”, en la actual oleada prevalece la circulación de las cepas BA.5.2 y BF.7 en la mayoría de los pacientes y ambas elevan el nivel de anticuerpos en los contagiados.
También descartó que la XBB.1.5 cause más diarrea aguda u otros malestares gastrointestinales que otras subvariantes, mientras urgió al público a mantener la higiene, la buena alimentación y hábitos saludables de vida para evitar infectarse.
Exhortó, en especial, a redoblar el cuidado de los adultos mayores y aclaró que una recaída de Covid-19 solo es posible en un período de tres a seis meses.
El Centro hizo estas acotaciones en respuesta a la creciente preocupación ciudadana por la detección de la XBB y la XBB.1.5 en casos importados de Covid-19 en Shanghái e informaciones sobre su rápida propagación en Estados Unidos con un saldo elevadísimo de contagiados.
La inquietud de la población es mayor porque el país vive una explosión de casos diarios y muertes por dicha enfermedad, pero al mismo tiempo hay escasez de medicinas y otros productos empleados en el tratamiento a los síntomas, debido a la alta demanda.
Aunque las farmacéuticas multiplicaron el trabajo en sus plantas, todavía no se estabilizó por completo el suministro de esos materiales.
Según los pronósticos, grandes ciudades como Beijing, Shanghái y Guangzhou superarán el pico de infecciones esta semana y se esperan grandes rebrotes en zonas rurales para mediados del enero, en coincidencia con los viajes por Año Nuevo Lunar.
El Gobierno acelera la preparación en las áreas de campo y las urbes pequeñas, pues carecen de los servicios médicos necesarios y pudieran también afrontar una sobresaturación en los hospitales, funerarias y crematorios.
En ese contexto, a partir del 8 de enero China eliminará las medidas sanitarias a los viajeros internacionales, normalizará la emisión de pasaportes y concesión de visas.
Pero una veintena de países, incluido Estados Unidos, Japón, Italia y Australia, decidieron imponer controles y exigir pruebas PCR a pasajeros procedentes del gigante asiático, alegando preocupaciones por un posible rebrote en sus territorios.
Beijing criticó esas acciones, las considera sin fundamento científico y prometió contramedidas.
Fuente Prensa Latina
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