El decomiso de cinco mil vacunas apócrifas en Campeche el 17 de marzo puso en alerta a las autoridades mexicanas sobre el inminente riesgo de que particulares pudientes cedan a la tentación de tomar la vacunación en sus propias manos.
Además, quedó clara la importancia de la estrecha colaboración entre laboratorios, transportistas, gobiernos y personal de vacunación para mantener el seguimiento de cada lote, caja y ampolleta, desde el laboratorio hasta su aplicación.
Puesto que se trata del desafío logístico más imponente enfrentado por el mundo, la labor no es fácil, pero es posible. Solo así se podrá hacer frente no solo a una eficiente distribución, sino a la irrupción de falsos bióticos que expongan la vida de sus receptores.
Además, la falsificación y el contrabando suelen proliferar durante situaciones en que existe una demanda excesiva y una oferta limitada del insumo.
En el concierto internacional, el caso de las vacunas falsas importadas a Campeche desde Honduras no es único . El 4 de marzo, las autoridades de Sudáfrica incautaron cientos de dosis de vacunas falsas, tal como reportó Reuters. Mientras tanto, en China se arrestó a más de 80 personas en un laboratorio donde se procesaba y envasaba este tipo de insumos hechizos. Muchos incidentes más de falsificación se esperan durante lo que resta del proceso de vacunación global.
Tal como lo plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) el documento «Logística de despliegue de la vacuna para la Covid-19», publicado el 16 de noviembre de 2020:
«Construir conciencia pública y gubernamental, así como cooperación entre los involucrados y las agencias nacionales de seguridad, representa el fundamento. Se deben incluir gobiernos, aduanas, cuerpos policiacos, autoridades regulatorias, manufacturistas, distribuidores, programas de inmunización y entidades responsables de prevenir su entrada a las cadenas nacionales de distribución».
Elementos de identificación: factor clave para acreditar la confiabilidad de un lote
Para la OMS, una identificación efectiva de la vacuna es la base para acreditar su legitimidad. Hay dos elementos básicos de identificación: código QR y código de barras.
Mientras que, según el documento citado, el código QR «está diseñado para proveer acceso rápido a información importante de la vacuna a los trabajadores de salud«, los códigos de barras «cumplen la función de ayudar a monitorear el movimiento de las vacunas».
El QR arroja datos como caducidad a temperatura ambiente, estabilidad ante el calor; es decir, información crítica sobre su manejo y preservación.
El código de barras revela información de manufactura, números de lote, fecha de expiración.
Estas medidas, junto con una adecuada coordinación entre autoridades, laboratorios y brigadas de vacunación, permitirán una conducción eficiente del proceso de vacunación, mientras que cerrarán el camino a las vacunas apócrifas.