Este martes 19 de julio se desarrolló con éxito la quinta sesión del Curso Taller “Expoliación de la ciudadanía en Chile: Pasado, presente y futuro”, impartido por el Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar, y el destacado educador popular Luis Bustos, en el emblemático centro de educación popular y cultural “Canelo de Nos”, dependiente de la Municipalidad de San Bernardo.
El curso taller –organizado por la OTEC municipal de San Bernardo, con el respaldo del Departamento de Cultura y Turismo- busca mirar el desarrollo histórico desde la perspectiva más desconocida e importante: desde las comunidades ciudadanas. En esa línea establece una relación de la historia social nacional e institucional, con el contexto global, todo esto, orientado hacia la formación de una ciudadanía soberana y la dimensión de responsabilidad sobre su propia acción histórica, refiere una nota de prensa.
Asimismo, considera las distintas relaciones de poder y los problemas que se generan las desigualdades en ámbitos sociales, culturales, políticos, económicos, ecológicos.
El curso ha provocado gran interés de los estudiantes y revuelo en el ambiente cultural, social y educativo de la comuna metropolitana.
La sesión de este martes 19 versó sobre el Despertar ciudadano: las asambleas soberanas del período 1908-1925. En su programa del curso Gabriel Salazar sintetiza lo tratado:
La “soberanía comunera” del siglo XIX, derrotada a sangre y fuego a lo largo de la guerra (constituyente) de 100 años, sobrevivió sin embargo, como semilla íntima, en las “sociedades mutuales” y “combinaciones mancomunales”, que se multiplicaron en gran número entre 1825 y 1925. De ellas emergió, hacia 1890, el único “intelectual orgánico” que ha tenido el pueblo de Chile: Luis Emilio Recabarren… En efecto, rescatando la capacidad asociativa y deliberativa de las sociedad mutuales, y su capacidad colectiva para administrar “fondos de comunidad”, Recabarren asumió que con ellas podían generar soberanía popular, local, colectiva y efectiva… Siempre y cuando los trabajadores se auto-educaran para administrar con eficiencia sus fondos propios y, logrado eso, gobernar con eficiencia la comuna (municipio) en que vivían. Esto conducía al “socialismo municipal”… Sólo alcanzando esas capacidades se podría, después, ‘gobernar’ el Estado nacional, e imponer un régimen constitucional basado en una soberanía popular experimentada… El movimiento popular del siglo XIX había apostado a la “revolución constituyente”. Recabarren apostó, en cambio, al desarrollo incesante de la inteligencia popular comunal (donde el pueblo vive y trabaja) para crear ‘polos locales’ de soberanía que, en su momento, pudieran converger e imponer su voluntad política (una nueva Constitución) al Estado ‘central’… Así, a su modo, entre 1900 y 1924, Recabarren restauró en Chile la tradición republicana “comunera”, en oposición a la tiranía de la oligarquía centralista. Era una estrategia auto-educativa. Por eso, multiplicó las sociedades mutuales, las cooperativas de producción, los periódicos locales, las “casas del pueblo” y las “conferencias educativas”. Para él, las elecciones, el partido político y el Parlamento constituían una actividad política ‘complementaria’, de agitación y distracción… Por eso, tras las masacres de trabajadores del quinquenio 1903-1907, orientó el movimiento deliberativo desde lo local (comunas) a lo nacional, para imponer al Estado la inteligencia y la voluntad políticas del pueblo. Chile vivía entonces la ‘crisis terminal’ del modelo oligárquico-absolutista de Estado… El país entero entró por eso en estado de “asambleísmo y deliberación”. Fue entonces cuando, desde la FOCH, el movimiento popular – liderado por Recabarren y otros líderes locales – convocó a asambleas nacionales para que el pueblo y la ciudadanía acordaran y expresaran allí su voluntad soberana: legislativa y constituyente… Esas grandes asambleas soberanas fueron las de 1918-1919 (Asamblea Obrera de Alimentación Nacional), la de 1924 (Asamblea de Obreros, Profesores y Estudiantes) y la de 1925 (Asamblea Constituyente de Asalariados e Intelectuales)… La oficialidad joven del Ejército, por su lado, efectuó un pronunciamiento militar en septiembre de 1924, en concordancia con los obreros, profesores y estudiantes, expatrió al Presidente Alessandri, disolvió el Congreso y convocó a una libre Asamblea Constituyente para que “el pueblo impusiera allí su voluntad soberana”…