Conoce a tu enemigo

En Chile mucha gente sufre; pasa hambre, está enferma y vive con lo básico. Esto sucede a pesar de la coyuntura y lo que los grandes medios de comunicación dicen que es noticia.

Para qué tanta cifra, gráfico y dato si sabemos como estamos. Basta recorrer las calles de las grandes ciudades, y hablar con la gente que trata de ganarse la vida haciendo trabajos esporádicos, para comprender que las cosas no van bien.

Los gobiernos señalan que saldremos de la crisis. Sin embargo, en Chile entramos en recesión y la situación para otros países como Estados Unidos, no va bien, en realidad. Con la crisis mucha gente no tiene donde vivir en el país del norte.

Dicen que la crisis es fortuita, mientras las pequeñas y medianas empresas quiebran, y luego -en el anominato-, las compran las grandes corporaciones y los bancos. Son los mismos que despiden o bajan remuneraciones mientras sus porcentajes de utilidades disminuyen mínimamente.

Para disfrazar la situación, los poderosos cuentan con los medios de producción y comunicación. La tele enseña a las personas a temer a sus vecinos y condenar al pobre que comete un delito. Por su parte la política de inseguridad ciudadana termina por criminalizar a los desvalidos sin explicar la causa de los sucesos.

Entonces, las personas creen que en realidad su verdadero enemigo es el sujeto que vive al lado, el niño delincuente, el tipo que roba a pequeña escala; sin comprender que la delincuencia y el crimen más grande se esconde en las altas esferas de la sociedad.

Incluso el Estado ya no es garantía de nada, en la mayor parte de los países sus políticas defienden al poder económico. En Chile privatizó todo: el agua, la electricidad y entregaron los recursos naturales a las empresas extractivas de estos recursos.

Si contáramos con el cobre para nuestro beneficio, podríamos dedicar más tiempo a desarrollar con mejores herramientas nuestras aptitudes o compartir más con la familia; sin embargo, pasamos largas horas trabajando para sobrevivir.

Salvo el aire, todos los recursos básicos y estratégicos están privatizados. Por eso, debemos pagar a quienes desde un sillón establecen qué es lo bueno, lo malo y cuánto valemos en el mercado.

Frente a este panorama, es importante reconocer a los verdaderos pillos, los que no aparecen en la tele, los que mienten y engañan, y quienes son los principales responsables de las injusticias en el mundo.

En esta categoría están los bancos, las transnacionales que no respetan la soberanía de los países, los propietarios de las grandes cadenas de medios, y los holdings empresariales que pasan a llevar a las personas.

Por eso no hay que confundirse, es preciso conocer al enemigo.

Por Francisco Luna