Investigadores de la Universidad de Rochester crearon un material de superconducción capaz de reducir sus niveles de temperatura y presión lo suficiente para posibilitar aplicaciones prácticas, un «logro histórico», consideró el medio energético ‘Oil Price’.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Nature y se trata de un hidruro de lutecio con nitrógeno con capacidad de conducción a 20 grados centígrados y con una presión de 10 kilobares.
«Con este material, el amanecer de la superconductividad ambiental y las tecnologías aplicadas ha llegado», consideró el profesor adjunto en ingeniería y física Ranga Dias, involucrado en la investigación, dado que la ciencia ha buscado por más de un siglo funcionamientos similares en la física de materia condensada.
Los materiales superconductores exhiben dos propiedades clave, el desvanecimiento de la resistencia eléctrica y que los campos magnéticos que emiten pasan alrededor del material superconductor. Es decir, pueden transmitir energía eléctrica sin la pérdida de millones de megawatts por la resistencia, además de generar corrientes sin fricción de alta velocidad.
Estos superconductores podrían generar técnicas de escaneo médico más asequibles, además de electrónicos más eficientes para tecnologías de lógica digital y dispositivos de memoria.
«El camino hacia la electrónica de consumo superconductora, líneas de transferencia de energía, transporte y mejoras significativas para el confinamiento magnético por fusión son ahora una realidad. Creemos que estamos ahora en una era de superconducción moderna», subrayó Dias.
Según el investigador, resulta especialmente interesante la posibilidad de entrenar algoritmos de aprendizaje automático con los datos acumulados de los experimentos de superconducción en su laboratorio, algo que permita apuntar hacia nuevos materiales con propiedades de superconducción, mediante el cálculo de mezclas y combinaciones entre miles de posibilidades de vínculos de metales, nitrógeno, hidrógeno y carbón.
«Así como usamos diferentes metales para diferentes aplicaciones, necesitamos más superconductores ambientales para distintas tareas», apuntó el investigador.
Fuente Sputnik
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