Consultorio Vs Hospital

Problemas de atención a pacientes en el Hospital; largas colas en el Consultorio; diferencias entre el gremio y el directorio; ambulancias que se llueven, excusados sin tapas; falta de camas; complicaciones con los turnos… ¿En qué se diferencian los problemas de la salud pública nacionales con los locales? Casi en nada


Autor: Director

mapuProblemas de atención a pacientes en el Hospital; largas colas en el Consultorio; diferencias entre el gremio y el directorio; ambulancias que se llueven, excusados sin tapas; falta de camas; complicaciones con los turnos… ¿En qué se diferencian los problemas de la salud pública nacionales con los locales?

Casi en nada. Esta lista de inconvenientes pareciera ser común a cualquier ciudad. Sin embargo, El Ciudadano quiso llegar más allá, para adentrarse en los blancos delantales de la Salud Pública unionina. Para ello, hicimos un recorrido por los dos principales establecimientos del rubro, que atienden público en la ciudad de La Unión: el Hospital Dr. Juan Morey y el Consultorio de atención primaria, Alfredo Gantz Mann.
En esta época del año, ambos servicios están saturados por la enorme cantidad de pacientes que ingresan por infecciones respiratorias agudas (IRA) y otras enfermedades pectorales. Pese a las diferencias entre estas dos entidades, éstas trabajan en conjunto, marcando un precedente en las localidades de la provincia. El Servicio de Salud de Valdivia, encargado de estos entes de la salud, se ha encargado de que exista una coordinación conjunta, en función de los pacientes.

Hospital Dr. Juan Morey

Fue inaugurado el 13 de marzo de 1954 y actualmente depende del Ministerio de Salud Pública. Como todo hospital antiguo, su estructura arquitectónica es impresionante, pero no permite mucha variabilidad para lograr ampliaciones o mejoras notables. Pese a algunos problemas de déficit presupuestario presentados en años anteriores, el Juan Morey no tiene ninguna deuda, señalaron los altos mandos.
Nuestro quincenario conversó con varias personas que esperaban ser atendidas, muchas de las cuales se quejaron de diversas falencias en el servicio. Sin embargo, ninguna de ellas se atrevió a dar su nombre. Entre los problemas más mencionados, se encontraba la atención de algunos funcionarios y la lentitud burocrática de los trámites. También de las condiciones del hospital en cuanto a infraestructura.
Entre todas las quejas, una, particularmente, nos llamó la atención: de las tres ambulancias con las que cuenta el recinto, sólo una funcionaba. Tras verificar el dato, no sólo nos dimos cuenta de que una de ellas estaba en el taller, sino que había una que se pasaba de agua, en los días de lluvia. Y efectivamente, porque al asomarnos por los estacionamientos del recinto hospitalario, fuimos testigos del estado de la ambulancia Toyota.
Aparte de tener unas serie de forados en su parte anterior por los que, según trascendió, se infiltran gases del tubo de escape al interior del vehículo, su escotilla superior está sujeta sólo con una pequeña manguera. Tampoco cuenta con calefacción. Ante ciudadana consulta, Rodrigo Martínez, jefe de movilización del Juan Morey, señaló no estar autorizado a informar acerca del estado de las ambulancias. Uno de los cinco chóferes del vehículo, Germán Solís, comentó que “la ambulancia es antigua y debe ser reparada, pero estamos en eso. No hay mayores problemas. Las ambulancias están en buenas condiciones y aunque es verdad que esa tiene un filtrado, no se si es verdad que se pasa la lluvia.”
Irónicamente, la dirección del hospital atribuye las responsabilidades a los conductores, a quienes se señala como los que deben mantener las ambulancias en buen estado. Pero también apunta a un serio problema de presupuestos que no permite hacer un Plan de Mantención Preventiva, que ayude a resolver todos estos inconvenientes.
Pero no son sólo los pacientes los que parecen estar disconformes. En el servicio de medicina, las quejas de los funcionarios son múltiples: partiendo por señalar que hay una pésima relación con el directorio, se suman varias otras molestias. Insuficiencia de camas; apenas dos baños para doce pacientes y duchas en malas condiciones; excusados sin tapas; pocas frazadas; falta de medicamentos. Una fuente que no quiso darnos su nombre comenta: “Medicina y Cirugía principalmente, son los servicios con más demanda de camas y los más complejos. Sin embargo, ni siquiera tenemos lavamanos en todas las salas. Imagínese que, a veces, debemos hacernos cargo de 29 pacientes entre dos personas. Hemos tratado de hablar con el director, pero él se hace el indiferente.”
“Acá las puertas están abiertas para quien quiera plantear un problema o inquietud”. Quien hace la invitación es el doctor Alberto Bilbao, director del Juan Morey, quien además está por titularse como antropólogo, y por ende, conoce más de cerca los problemas sociales y de relaciones humanas.
Pero los problemas no quedan ahí. En una reunión de la Fenats (Federación Nacional de Trabajadores de la Salud), que cuenta con 120 socios, entre profesionales y trabajadores, realizada en la sede del Hospital, los trabajadores del gremio reclamaron los temas que, a su juicio, aún están pendientes en la agenda.
Entre los problemas mencionados destacaron la asignación y refuerzos de turnos, problemas de vacaciones, permisos administrativos, horarios extras y los viáticos. Todos estos temas, según señalara Lidia Treimún, técnico paramédico y presidenta de la entidad gremial, “Llevamos años luchando por las mismas cosas. El director nos niega los permisos, las vacaciones, etc. Queremos trabajar tranquilos, sin presión. Hay serios problemas en varios servicios y el director no se hace presente.”
Frente a esto, el doctor Bilbao comenta que “Los gremios no son consultores del directorio, eso debe quedar muy claro. Respecto a los problemas como el ausentismo laboral, los permisos administrativos, las horas extras y todo eso, quiero señalar que muchas personas que trabajan acá no aceptan que tenemos exigencias que cumplir y que, por ejemplo, debemos rotar los cargos para mejorar los servicios. Tienen una enorme resistencia al cambio y es un cambio que no podemos evitar.”


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