Una costumbre milenaria se une a la medicina occidental para ayudar en el día a día a pacientes con cuadros depresivos leves. Según la Fundación para la Salud Mental del Reino Unido, las prácticas orientales son una manera efectiva para lidiar con el decaimiento crónico e insiste en que cualquier persona con dicho trastorno debería poder asistir a cursos gratuitos de meditación.
El hemisferio norte está en pleno invierno y según algunos científicos, las largas noches frías y los días nublados pueden afectar tanto la salud mental como física, por lo que muchas veces, es normal sentirse un poco triste sin motivo aparente. Pero tener esa sensación constantemente no es normal ni sano. Se acuerdo con la Fundación de Salud Mental, una de cada diez personas sufre de depresión en el Reino Unido. Si bien no todos los casos son extremos, las formas severas pueden ser muy debilitantes, haciendo que actividades cotidianas como comer y dormir sean difíciles de realizar y llegando a casos de miedo tal que terminan en intentos de suicidio. Para los que tiene brotes recurrentes, los médicos de la Fundación encuentran una herramienta útil en la Terapia Cognitiva Basada en la Conciencia (TCBC).
La meditación está comenzando a ser utilizada en Occidente para combatir enfermedades. La TCBC está basada en una variante budista que ayuda a los practicantes a reconocer sus experiencias emocionales y físicas sin sentirse abrumados por ellas. Polly Hennessy padeció episodios recurrentes de depresión desde que era una adolescente. Ahora, tiene 30 años y trabaja a tiempo completo. Sin embargo, puede controlar su enfermedad mediante el reconocimiento de los síntomas y la técnica TCBC.
Como muchos otros pacientes, consumió antidepresivos recetados, pero Polly recurre a la meditación antes de entrar en un cuadro grave. Desde 2004, asiste al curso del Centro Budista de Londres, en el cual psiquiatras y maestros trabajan en equipo. El director, Maitreyabandhu, es budista, pero aclara que no es necesario pertenecer a esa religión para beneficiarse del tratamiento. Estimula a los alumnos a tomar conciencia de sus sensaciones y a aceptar sus experiencias. Según el maestro, esa noción los ayuda a tomar mejores decisiones, o al menos a tener pensamientos positivos que los aleje de la depresión.
Para que la meditación funcione, los pacientes deben comprometerse íntegramente a la terapia, lo cual puede no funcionar para pacientes con cuadros graves que estén tomando medicación. Y aunque sea una herramienta valiosa, el jefe de la Fundación, el Dr. Andrew McCulloch, aclara que no debe ser tomada como única medida.
Para ser feliz, no es necesario convertirse en un monje budista, pero alcanzar el objetivo puede ser más fácil con relajación y meditación.
Fuente: observadorglobal.com
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