Túnez se enfrenta a una crisis migratoria sin precedentes, marcada por un aumento de migrantes ahogados cuyos cuerpos son arrojados por el mar cada día a las playas del país norteafricano, informa Reuters.
Actualmente, decenas de cadáveres de refugiados permanecen embolsados en los pasillos de los hospitales del país mientras las morgues están saturadas.
Túnez, cuyo litoral está a menos de 150 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, ha sido durante mucho tiempo un punto de paso preferente para los migrantes que intentan el peligroso viaje por el Mediterráneo desde el norte de África a Europa.
La Guardia Costera tunecina reveló de que había detenido a 17.000 personas en el mar en los cuatro primeros meses de 2023, frente a las 3.000 del mismo periodo de 2022.
Según la ONU, los tres primeros meses de 2023 fueron los más mortíferos para las personas que intentan cruzar el Mediterráneo central desde 2017.
El año pasado, según la Media Luna Roja Tunecina, solo en la región de la ciudad portuaria de Sfax se recuperaron más de 800 cadáveres, y desde principios de 2023 se han encontrado más de 300. En consecuencia, se celebran funerales «casi todos los días para reducir la presión sobre los hospitales», dijo un funcionario local, citado por Africa News.
Según The Guardian, las autoridades tunecinas se plantean construir nuevos cementerios, ya que no hay espacio suficiente para enterrar a todos los migrantes que fallecieron intentando salir del país.
En este contexto, el principal hospital de Sfax llegó a almacenar unos 200 cadáveres, la mayoría fuera de su pequeña morgue, apilados en bolsas en el suelo de los pasillos, haciendo que los pacientes se quejaran del terrible olor.
«Debido a la afluencia de un gran número de víctimas, más de 170 cadáveres han superado la capacidad de acogida del servicio de medicina forense del hospital universitario Habib Bourghiba», señaló en un comunicado la gobernación de Sfax, que celebró una reunión de urgencia con las autoridades sanitarias para encontrar «soluciones radicales» al problema. Entre ellas, «asignar rápidamente un cementerio para los migrantes y disponer de camiones frigoríficos para transportar los cadáveres, a menudo en descomposición».
Además, el problema de la gestión de los cuerpos de los ahogados en naufragios se complica por el hecho de que las autoridades locales «se han comprometido a crear un cementerio especial para los migrantes con el argumento de que no son musulmanes».
Fuente RT
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