Los bosques tienen un rol fundamental en nuestras vidas. No obstante, en América Latina cada vez están más amenazados, entre otras cosas, por los incendios. Para poder mitigar sus impactos, «falta mucho conocimiento sobre los incendios, qué los causa, cuáles son las tendencias», dijo Pieter van Lierop, oficial forestal regional de la FAO.
En 2019 el mundo ardió. En agosto de ese año, el número de incendios alcanzó el nivel más alto de los últimos nueve años, desatando una crisis internacional. En el Amazonas, California y Australia, los incendios forestales quemaron millones de hectáreas. Se estima que la quema produjo 1,8 gigatoneladas de emisiones de carbono, lo que equivale al total de la tasa anual de emisiones del transporte internacional.
A pesar de las medidas globales y localizadas de mitigación y prevención, debido a los incendios en 2019 se perdió 2,8% más de bosques que el año anterior, continuando el aumento constante presenciado a lo largo de las dos décadas anteriores, según Global Forest Watch.
Aunque la historia nos ha demostrado que los incendios son comunes, la evidencia sugiere que el cambio climático está haciendo que sean más frecuentes e intensos. Las olas de calor y la sequía están asociadas a la mayoría de los incendios masivos más dañinos de las últimas décadas.
Mientras que aproximadamente 67 millones de hectáreas de bosque ardieron en todo el mundo cada año entre 2003 y 2012, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), esa cifra se disparó en 2015, cuando el fuego se cobró aproximadamente 98 millones de hectáreas de bosque del mundo.
Esto ocurrió principalmente en el ámbito tropical, donde el fuego consumió cerca del 4% de la superficie forestal total ese año. Más de dos tercios de los bosques afectados se encontraban en África y Sudamérica. Según la FAO el hemisferio sur experimenta temporadas de incendios forestales particularmente altas por los períodos de sequía y la actividad humana, como las quemas agrícolas.
«Se dan incendios por muchas razones —dijo Pieter van Lierop, oficial regional Forestal de la FAO—, pero lo que sí es cierto es que en muchos casos los incendios son el ‘instrumento’ más fácil para gente que quiere cambiar el uso de suelo, cambiar de bosque a ganadería, por ejemplo. (…) Esos fuegos si se escapan pueden hacer muchos daños», advirtió.Los incendios forestales, junto con las plagas, las enfermedades, las especies invasoras, las tormentas, huracanes, sequías, inundaciones y corrimientos de tierra, tienen un gran impacto en los bosques y actividades forestales.
Inevitablemente, dice la FAO, estos desastres interrumpen el suministro de productos forestales y servicios medioambientales, por lo cual constituyen una amenaza a la subsistencia y los medios de vida de las comunidades locales y de las industrias forestales.
Un mundo cada vez más caliente y seco, con más incendios
Las condiciones atmosféricas calientes y secas determinan la probabilidad de que se produzca un incendio, su intensidad y la velocidad de su propagación. Según la FAO, a medida que el mundo se calienta, aumenta su potencial para arder.
En el futuro, la FAO estima que el cambio climático provoque temporadas de incendios más largas e incendios más severos en gran parte del mundo, incluyendo algunas áreas donde el fuego no ha sido un problema común anteriormente.
A las condiciones meteorológicas adversas, se le suma la actividad humana, que según la FAO combinadas constituyen la causa más común de los incendios forestales.
¿Qué daños causan los incendios forestales?
Los incendios forestales extremos causan daños considerables a los paisajes, ejercen presión sobre servicios ambientales y tienen un alto costo económico.
Causan daños en las infraestructuras y los servicios, como líneas eléctricas y de comunicación, sistemas de agua, carreteras y ferrocarriles.
Además, tienen graves efectos en la salud humana y pueden poner a prueba los servicios sanitarios nacionales.
¿Cómo reducir los daños de los incendios?
Los incendios forestales no pueden evitarse, pero su ocurrencia e impacto pueden reducirse significativamente «aplicando la gestión forestal inteligente», y teniendo en cuenta las «realidades socioculturales y los imperativos ecológicos» de los paisajes donde se producen, asegura la FAO en un reciente informe.
El oficial forestal regional de la FAO considera que América Latina podría mitigar mejor los efectos de los incendios si conociera más sobre ellos. «En este momento falta mucho conocimiento sobre los incendios, qué los causa, cuáles son las tendencias», dijo Van Lierop.
Cortesía de Sputnik
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