El ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, brindó una conferencia de prensa este martes 13 de julio para informar sobre las acciones de injerencia de empresas y líderes políticos estadounidenses respecto a la situación actual en la nación caribeña.
Durante su discurso, Rodríguez acusó a Washington de implementar en los últimos días una «operación comunicacional de alta envergadura» para movilizar a los ciudadanos, aprovechándose de la situación actual del coronavirus.
«EE. UU. identificó el impacto del coronavirus y la pandemia como una oportunidad para reforzar el bloqueo con motivaciones políticas y aplicar lo que llamó medidas de máxima presión para reforzar la agresión a nuestro país», dijo Rodríguez.
Para el canciller cubano, se trató de «un intento deliberado, cruel, oportunista de aprovechar una pandemia para intentar estrangular» a la economía nacional.
Por otra parte, Rodríguez señaló al Gobierno de EE. UU. de hacer un «uso impúdico, obsceno de la mentira, la calumnia, la manipulación de datos» con el objetivo «de movilizar convocar, incitar y manipular a las personas», agregó.
Dentro de la injerencia hacia Cuba, Washington habría utilizado sus «herramientas de alta tecnología, poderosas, sofisticadas» para aprovechar las «duras condiciones sociales que ha generado en el planeta la pandemia», según acusó Rodríguez.
Respecto a las manifestaciones del pasado 11 de julio, el titular de Exteriores afirmó que se trató de «desórdenes en una escala muy limitada», en la que estuvo «implicado directamente» el Gobierno de EE. UU., a través de una campaña mediática en Twitter que contó con recursos multimillonarios, laboratorios y plataformas tecnológicas instaladas en la nación norteamericana.
Mediante esta campaña mediática en Twitter, se hizo un llamado a realizar una intervención humanitaria en Cuba, lo que a juicio de Rodríguez, implica en los hechos pedir «una intervención militar estadounidense» en la isla.
Además, esta estrategia en redes habría utilizado las llamadas ‘granjas de bots y trols’ para difundir a una escala masiva los supuestos llamados de auxilio en la isla mediante las etiquetas #SOSCuba y #SOSMatanzas.
Este estrategia permitió operar miles de réplicas de las etiquetas y trinos de auxilio en menos de un minuto para crear la «fantasía de un estallido social que no ocurrió en Cuba, sino en los servidores de compañías norteamericanas que amparan estas operaciones digitales», según aseveró el titular de Exteriores.
Rodríguez también hizo hincapié en que esta campaña representó una «violación grosera y burda de las políticas» que aplica la plataforma Twitter. En ese sentido, el canciller señaló que esta red social «es muy eficaz cuando le conviene influir en determinadas cuentas», pero que no bloqueó ninguna de las cuentas que difundieron información falsa a escala masiva.
«Advierto al Gobierno de EE. UU. que será responsable de las consecuencias que se produzcan de persistir en esa política de estrangulamiento», aseveró el canciller cubano.
Por otra parte, Rodríguez instó al presidente Joe Biden a escuchar a la comunidad internacional, que exige el fin del bloqueo comercial, económico y financiero que mantiene EE. UU., como quedó en evidencia ante la resolución aprobada por mayoría en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el pasado 23 de junio.
Desde el inicio de julio, Cuba registró un incremento en los casos de COVID-19, como consecuencia de la dispersión de nuevas variantes en el territorio, como la cepa Delta, y ante la baja percepción de riesgo por parte de la población. No obstante, las autoridades sanitarias refieren que la tasa de mortalidad en la isla es del 0,64 % de fallecidos respecto al total de enfermos; una estadística muy inferior del promedio reportado en América ( 2,62 %) o la media registrada en el mundo (2,16%).
Fuente: RT.