Denuncian negligencias en salar de Ollagüe: Vertido continuo de aguas servidas daña gravemente la biodiversidad

Desde hace dos años, el vertido continuo de aguas servidas debido a una motobomba defectuosa ha generado una vega artificial con un fuerte impacto en la biodiversidad y la calidad de vida de la comunidad quechua local. Esto ha provocado la proliferación de insectos, malos olores y riesgos sanitarios para los habitantes, sin que hasta ahora haya respuestas efectivas de las autoridades.

Denuncian negligencias en salar de Ollagüe: Vertido continuo de aguas servidas daña gravemente la biodiversidad

Autor: El Ciudadano

Grave contaminación en el Salar de Ollagüe:

Con información de Comunidad Quechua de Ollagüe vía Alianza de Humedales Andinos, Chile

En mayo de 2024, el gobierno chileno anunció con orgullo la creación de una Red de Salares Protegidos como parte de la Estrategia Nacional del Litio. Esta iniciativa pretende conservar el 30% de los salares y lagunas del altiplano chileno, con el fin de proteger su biodiversidad, bienes hídricos y su capacidad de secuestrar carbono. Sin embargo, la situación de muchos salares, ya sean parte de esta red o no, revela que la conservación sigue siendo más un ideal que una realidad.

Un caso que ilustra esta problemática es el salar de Ollagüe, ubicado en una zona andina fronteriza con Bolivia de la región de Antofagasta. Por su naturaleza binacional, este salar no está incluido en la Red de Salares Protegidos, por el contrario se ha definido que este ecosistema sea objeto de explotación por parte de privados, aun cuando estas consideraciones no deberían ser una excusa para ignorar la crisis que enfrenta. Desde hace dos años, la contaminación por aguas servidas está destruyendo este ecosistema único: una motobomba ubicada en una cámara de acumulación de aguas residuales falló, generando un vertido continuo en el salar. En un principio los camiones aljibes transportaban las aguas negras a Calama, pero el volumen generado superó la capacidad de extracción, dejando el excedente vertido directamente en el salar.

“Hay bombas que han fallado desde hace mucho tiempo y no hay mantención hace más de medio año. Todas las aguas están llegando al Salar de Ollagüe, sobre la misma superficie de este preciado ecosistema, al lado de la cancha de fútbol. Dependiendo de los vientos, en Ollagüe a veces ni se puede respirar”, comenta Víctor Nina Huanca, integrante del directorio de la comunidad Quechua de Ollagüe.

El impacto de esta contaminación es devastador. A pocos metros de las casas del pueblo, las aguas negras han creado una vega artificial que, además de producir un hedor insoportable, ha provocado la proliferación de moscas y otros vectores de enfermedades, afectando directamente la salud y calidad de vida de los habitantes. La comunidad quechua de Ollagüe ha intentado movilizarse para denunciar esta situación, pero hasta ahora no ha habido respuestas efectivas por parte de las autoridades locales o nacionales.

“No estamos pidiendo que Ollagüe sea un pueblo de lujo, pero al menos que exista un respeto a nuestras vidas y a nuestros derechos humanos, como el acceso a servicios básicos. La luz se corta y sufrimos con la captura de agua cada temporada de lluvia”, dice Víctor Nina Huanca.

Aunque el salar de Ollagüe no forma parte de la Red de Salares Protegidos, su situación pone de manifiesto los desafíos que enfrentan estos ecosistemas. Detener la contaminación en Ollagüe y restaurar el salar es un paso necesario para abordar las discrepancias entre las promesas de conservación y la realidad en el terreno. La protección de estos territorios requiere acciones concretas que complementen las políticas nacionales, asegurando que incluso los ecosistemas no incluidos en la red reciban la atención que necesitan.

“La autoridad local se ha comprometido a una planta provisoria mientras se implementa una definitiva. Se necesitan camiones que saquen esas aguas negras, estamos realmente muy molestos todos los vecinos, se ha creado un humedal artificial con estas aguas”, comenta Maribel Anza, integrante del directorio de la comunidad Quechua de Ollagüe.

La protección de los salares requiere acciones inmediatas y efectivas. Ecosistemas como el salar de Ollagüe y las comunidades que dependen de ellos no pueden esperar más. Sin una intervención urgente, las estrategias de conservación de este gobierno podrían ser recordadas más por sus omisiones que por su capacidad de mantener lo esencial.

Con información de Comunidad Quechua de Ollagüe vía Alianza de Humedales Andinos, Chile


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