Para el joven venezolano Michel Capelo Portillo, descendiente de Simón Bolívar, su apellido es «sinónimo de Libertad» aunque, etimológicamente, signifique «molino movido por el viento», en el antiguo euskera.
En el programa ‘Entrevista’, desde Bogotá, Capelo Portillo explica que es sobrino en séptimo grado, debido a que pertenece a la séptima generación de la familia Bolívar, que proviene de la rama de Juana, hermana del Libertador.
Al hablar el intrincado ramaje del árbol genealógico familiar, recuerda que Juana Bolívar se casó con su tío, Dionisio Palacios, y, producto de esa unión, nació Guillermo Palacios y Blanco Bolívar.
«De esa línea, el apellido Bolívar llega hasta mi tatarabuelo Simón Pérez Bolívar, que es padre de mi bisabuelo Antonio Jesús Pérez Esteva, que es padre de mi abuela materna Clemencia Pérez Vargas», detalla el entrevistado.
Desde los 12 años, Capelo Portillo, que se describe como «amante de la historia», recibió de manos de su abuela un archivo familiar compuesto de varios documentos: unas cien fotografías, cincuenta actas de nacimiento y de defunción, reconocimientos y recortes de entrevistas.
«Nunca busqué que saliera a la luz pública la historia de mi familia, pero es importante que se conozca la obra de Simón Bolívar», afirma el joven, actualmente radicado en Colombia.
Al hablar sobre el estudio del legado bolivariano, aconseja consultar los textos donde se encuentren las fuentes originales, en las que haya constancia de que están transcritas de una manera fiel las proclamas del Libertador, los documentos que escribió tanto él como el grupo de generales de la causa patriótica. Hasta ahora, según asevera su descendiente, ha leído unos 80 escritos de esta naturaleza.
Sobre las versiones de la vida del Libertador, recogidas en producciones cinematográficas y seriados para la televisión, considera que para saber de su gesta en pro de la independencia «hay que ir a las fuentes idóneas». En ese sentido, insiste: «No podemos juzgar la obra de Bolívar sin conocer a varios autores».
Para él, no basta con la enunciación de los hechos de la vida de Simón Bolívar, sino que recomienda tener en cuenta las circunstancias que lo rodearon: «Hay que darle un contexto de tiempo y de espacio. No podemos juzgar con ojos del siglo XXI unos hechos que acontecieron en el siglo XIX».
En su opinión, en las series y las películas se pierde la precisión sobre lo realmente ocurrido, por lo que su recomendación es que la obra del Libertador «sea recordada con respeto y con rigurosidad histórica».
Cortesía de RT