A casi ocho meses de iniciado el genocidio israelí en suelo palestino, Gaza es un paisaje de escombros. Los constantes bombardeos han hecho de la vida de los palestinos un panorama desolador. A eso se le suma el impedimento sistemático para que los afectados puedan acceder a medicamentos y comida.
Además de todo lo anterior, desde el sábado se han exhumado cientos de cuerpos desde fosas comunes en Gaza en dos hospitales que fueron asediados por militares israelíes durante este año.
Según funcionarios de Gaza, tras la retirada de las fuerzas israelíes de Khan Younis, en el sur de Gaza, se encontraron 324 cadáveres en el Complejo Médico Nasser.
Según informó CNN, Yamen Abu Suleiman, director de Defensa Civil en Khan Younis, señaló que algunos de los cadáveres se habían encontrado con las manos y los pies atados, «y había señales de ejecuciones sobre el terreno. No sabemos si fueron enterrados vivos o después de ser ejecutados. La mayoría de los cuerpos están descompuestos«.
El Ejército israelí negó haber enterrado a centenas de palestinos en el hospital y declaró que la acusación era «infundada».
A inicios de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el hospital Al Chifa, el principal del enclave palestino, había quedado reducido a un «cascarón vacío» con muchos cadáveres.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, exigió «investigaciones creíbles, independientes y transparentes» sobre lo sucedido. «Dado el clima de impunidad reinante, los investigadores internacionales deben participar en este proceso», afirmó
«Las víctimas fueron enterradas muy profundamente en el suelo y tapadas con basura», afirmó a la prensa Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, añadiendo que entre las víctimas había ancianos y mujeres.