Unos científicos rusos han encontrado ciclofosfatos por primera vez en la naturaleza. Estas sustancias son las posibles precursoras de las moléculas que contienen fósforo que participaron en la formación de las primeras formas de vida en nuestro planeta.
El fósforo es un importante elemento químico a partir del cual se construyen los organismos vivos. Forma parte de sus ARN, el ADN y también de las membranas celulares. Por tanto, para la formación de la vida primaria en las primeras etapas de la evolución de la Tierra, se necesitaban compuestos de fósforo que pudieran participar en procesos químicos y disolverse en agua. Esto hace posible las reacciones de fosforilación, las cuales resultan en moléculas más complejas, detalló el medio ruso Gazeta.ru.
Sin embargo, el fósforo se encuentra en la naturaleza solamente como parte de la composición de minerales bastante inertes de la clase de los fosfatos. Por lo tanto, es pequeña la probabilidad de que sean una fuente de fósforo para la síntesis de moléculas prebióticas, es decir, de los precursores de los primeros organismos vivos. Los compuestos de fósforo que contribuyeron a la aparición de los componentes básicos de moléculas como el ARN y el ADN son un misterio para la comunidad científica.
Una nueva investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad Estatal de San Petersburgo, en Rusia, encontró en las rocas de la cuenca del mar Muerto unos ciclofosfatos. Estos compuestos químicamente activos que contienen fósforo se utilizan ampliamente en la industria, pero nunca antes se habían encontrado en la naturaleza.
La destrucción de la estructura química de los ciclofosfatos libera energía capaz de iniciar la síntesis de compuestos organofosforados. Por esta razón, se considera que estas sustancias son las principales candidatas para el papel del agente que contiene fósforo en la formación de moléculas a partir de las cuales surgieron las primeras formas de vida hace miles de millones de años.
Los autores del estudio sugieren que los ciclofosfatos podrían haberse formado como resultado de la oxidación a alta temperatura de los fosfuros, los compuestos de fósforo que no contienen oxígeno. Los fosfuros se encuentran en nuestro planeta en focos de actividad geotérmica, entre ellos la cuenca del mar Muerto, en donde tuvieron lugar procesos geológicos de alta temperatura.
Además, los ciclofosfatos podrían haberse formado durante la caída masiva de meteoritos en la Tierra primitiva. Cualquier cuerpo cósmico, cuando entra a la atmósfera de nuestro planeta, se somete a una intensa evaporación a alta temperatura y a una oxidación de su materia. Los científicos sugieren que los fosfuros que estaban presentes en los meteoritos y que se sometieron a este proceso se oxidaron completamente, lo que posibilitaría la formación de los ciclofosfatos.
«La rareza de los fosfuros en la litosfera moderna no significa que no fueran comunes en la Tierra antes, ya que el entorno geoquímico hace miles de millones de años era significativamente diferente al de hoy. Con el tiempo, la atmósfera de la Tierra se saturó cada vez más con oxígeno, y la oxidación en el nuevo entorno podría conducir a la formación de ciclofosfatos», explicó Serguéi Britvin, profesor de la Universidad Estatal de San Petersburgo, director de la investigación.
El descubrimiento de los ciclofosfatos naturales acerca a los científicos a una mejor comprensión de cómo se sintetizaron las moléculas complejas que llevaron al surgimiento de la vida en nuestro planeta.
Cortesía de Sputnik
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