Ya está en quioscos la edición de junio de El Ciudadano, especialmente dedicada a la alimentación humana, con temas como el Codex Alimentarius, las normas globales que rigen los alimentos, la batalla legal por los transgénicos y la privatización de las semillas, los tóxicos aditivos que comemos cada día y una salida alternativa, el veganismo, más que alimentación sana una filosofía de vida.
Las normativas del Codex Alimentarius mantienen al ser humano al límite de su nutrición. Si consideramos que vivimos en condiciones complejas en términos ambientales (contaminación, virus, enfermedades) y que nuestros alimentos poseen innumerables toxinas (colorantes, saborizantes, hormonas), comprenderemos que este código internacional es una amenaza a la vida de la población.
El Codex Alimentarius, que en latín significa Código de Alimentación, son normas de aplicación global que regulan el manejo y seguridad de los alimentos. Sus medidas impactan a la población, ya que una buena condición nutricional es un aspecto de primer orden que nos protege de las enfermedades.
Los tóxicos aditivos que consumimos cada día
Para mantener la línea, usted toma una bebida light. Más tarde, un café endulzado con nutrasweet y, para regalonearse, un postre de leche con sucralosa. ¡Cuidado! Los llamados aditivos alimentarios, son sustancias potencialmente nocivas para la salud y que se encuentran en un gran porcentaje de los alimentos que consumimos.
Los aditivos alimentarios son sustancias que se agregan a la mayoría de los alimentos envasados para mejorar su color, sabor, textura y duración, sobre los que no hay conclusiones definitivas de su potencial peligrosidad.
Aunque los estudios oficiales vigentes en Chile indican que no producen daños, hay numerosos detractores de aditivos como la tartrazina, amarillo crepúsculo, aspartamo, sucralosa, sulfitos o glutamatos, presentes en bebidas, jugos, helados, aderezos, galletas y lácteos -productos consumidos preferentemente por niños- ya que pueden tener efectos a corto y largo plazo en la salud.
“El veganismo es amor por la naturaleza”
Más que una alternativa de alimentación saludable, el veganismo es una filosofía de vida que implica un respeto absoluto hacia los animales, el medio ambiente y el uso responsable de los recursos. Pero más allá de eso, es un cambio radical del rol que debería cumplir el hombre: Estar al servicio de la naturaleza.
Amy Robaldo tiene 29 años y hace más de dieciséis que es vegetariana. Criada en Inglaterra, cuna de este movimiento, desde muy niña estuvo en contacto con distintas corrientes culturales y sociales que allí emergían. Motivada por el cariño hacia los animales y por encontrar un real sentido a su vida, decidió dejar de consumir carnes. Ella dice que quien decide optar por esto, lo hace por “un real compromiso con la naturaleza”.
La batalla por los vegetales
Un registro más específico de propiedad intelectual sobre variedades vegetales y la actualización de los derechos de obtentores de semillas es la base del proyecto que derogará la actual ley sobre derechos de obtentores vegetales. La propuesta tiene enfrentadas a diversas organizaciones ambientalistas y empresas productoras de semillas por la posible apertura a la diversificación de los transgénicos en Chile y a la privatización de las semillas.
Desde enero de 2009 está en tramitación en el Congreso un proyecto de ley que actualiza las garantías jurídicas que poseen los productores de semillas y especies vegetales. También amplía sus derechos frente al registro de nuevas variedades. Este trámite se enmarca en la obligación que adquirió Chile al suscribir el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos de adherirse al Convenio UPOV 91 que exige la regulación de los derechos del obtentor.
No se pierda esta importante edición de El Ciudadano, ¡Corre por ella antes que se agote!
Equipo El Ciudadano