Detenidos(as) desaparecidos(as) en Chile y la lucha contra la impunidad
A fines de julio, como consignó El Ciudadano, el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos, Vicente Hormazábal Abarzúa, se constituía en la faena minera Marimaca, ubicada a 22 kilómetros de la ciudad de Mejillones, junto a peritos del Servicio Médico Legal para retirar los restos óseos que podrían corresponder a un detenido desaparecido y que fueron hallados en la última visita de inspección que realizó el magistrado a la zona.
El pasado 22 de agosto, el ministro en visita Carlos Aldana llegó a un predio cercano a Concepción, en la región del Bío Bío, para investigar el hallazgo de osamentas humanas, que, según información preliminar, dada a conocer por prensa, se trataría de al menos cinco cráneos encontrados, entre otros restos óseos.
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La búsqueda de detenidos y desaparecidos en Chile sigue latente y de acuerdo a información oficial actualizada el 2022 por la Subsecretaría de DDHH, se elaboró una propuesta de Nómina de Víctimas de Desaparición Forzada por la dictadura civil-militar entre 1973 y 1990, que considera un universo de 1.469 personas, de las cuales 1.092 corresponden a detenidos (as) desaparecidos (as) y 377 a ejecutados (as) políticos (as) sin entrega de cuerpos, en a esto último, de acuerdo al informe, “se observa un patrón criminal que da cuenta de la privación de libertad de la víctima por parte de agentes del Estado o personas o grupos de personas que actúan con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguida de la falta de información sobre su suerte, destino o paradero, con la negación del crimen cometido por parte de la autoridad de la época y/o la voluntad manifiesta de ocultar de sus cuerpos que, en la mayoría de los casos aún no han logrado ser localizados, para evitar con ello que sus familiares conocieran detalles de lo ocurrido, encubriendo de esta manera el delito de lesa humanidad perpetrado”.
Día Internacional del Detenido(a) Desaparecido(a)
Este día, es una iniciativa de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam) apoyada por la Organización de Naciones Unidas, que instauró, desde 2011, el 30 de agosto como el Día Internacional del Detenido Desaparecido. En Chile, esta fecha se conmemora desde 2006 como un aporte a la memoria histórica y al reconocimiento a las víctimas y a sus familiares. Hoy – a 50 años del golpe de Estado- la necesidad de memoria, verdad, justicia y reparación, se mantiene intacta para recordar a las casi mil quinientas víctimas de desaparición forzada por la dictadura.
Según Naciones Unidas, las desapariciones forzadas, que en su día fueron principalmente el producto de las dictaduras militares, pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto interno, especialmente como método de represión política de los oponentes.
La Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos –FEDEFAM, desde argentina, sobre este 30 de agosto, señala: “Cada 30 de agosto volvemos a sangrar, y volvemos a echar pasión y cura sobre las heridas. Ahora ya no se trata de procesos: ahora el Día, hecho puntual, cae como un rayo sobre las responsabilidades de desaparecedores por razones socio-económicas y políticas: gobiernos, funcionarios, fuerzas armadas y de seguridad, civiles serviles, empresarios, religiosos. Tal fue el impacto de este Día, tal su creciente área de conmemoración en varios continentes, que las Naciones Unidas acabaron instituyendo su propio Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas en 2011. Pensar que años antes había costado tan duros debates y tanta insistencia el convencer a funcionarios de Naciones Unidas de que el golpe cívico-militar de 1976 en la Argentina era peor, más amplio, más profundo y más renovador del sistema económico-financiero que el espectacular golpe de Estado del más eminente militar dictador de Nuestra América: el oscuro Augusto Pinochet”.
“La palabra rendirse no existe en lengua verdadera”.
“En el Comité estuvimos discutiendo toda la tarde. Buscamos la palabra en lengua para decir rendir y no la encontramos. No tiene traducción en tzotzil ni en tzeltal, nadie recuerda que esa palabra exista en tojolabal o en chol1. Llevan horas buscando equivalentes. Afuera llueve y una nube compañera viene a recostarse con nosotros”.
“El Viejo Antonio espera a que todos se vayan quedando callados y sólo quede el múltiple tambor de la lluvia sobre el techo de lámina. En silencio se me acerca el Viejo Antonio, tosiendo la tuberculosis, y me dice al oído: -Esa palabra no existe en lengua verdadera, por eso los nuestros nunca se rinden y mejor se mueren, porque nuestros muertos mandan que las palabras que no andan no se vivan”.
(De Los otros Cuentos, Comandante Insurgente Marcos, Volumen 2, citado por la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos – Fedefam)