Funcionarios de la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, están reevaluando la estrategia de sanciones contra China derivada de las tensiones con el país asiático por Taiwán.
Luego de que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aterrizara en Taipéi a pesar de las advertencias de Pekín en rechazo a la visita, se ha desatado un conjunto de tensiones entre Estados Unidos y China, que por ahora mantiene a la Casa Blanca dudando del siguiente paso, de acuerdo con fuentes consultadas por la agencia Reuters.
Incluso antes de la crisis desatada por Pelosi, el equipo de Biden ha deliberado por meses para buscar rutas de alivio al costo de las sanciones impuestas contra las importaciones chinas, en un problema que se remonta a la guerra comercial que abrió con el país asiático el anterior presidente estadounidense, Donald Trump.
Estas rutas de solución buscan hacer frente a la inflación que padece Estados Unidos derivada de distintos factores, como el aumento internacional en los precios de los combustibles, y en la que podría jugar parte un acotamiento al comercio con China.
Así, la casa Blanca busca eliminar algunas tarifas, investigar el potencial de otras adicionales y aumentar las excepciones para que firmas estadounidenses adquieran ciertos suministros desde el gigante asiático.
Qué generan las sanciones
Las sanciones tarifarias contra China generan más gastos a las empresas estadounidenses, aumentos que luego son trasladados a los consumidores, por lo que las políticas de Biden para atender la inflación de cara a las elecciones legislativas de noviembre no pueden obviar este problema.
No obstante, Estados Unidos no quiere hacer nada que se pueda percibir por China como una escalada de conflicto, ni tampoco quiere emitir el mensaje de que recula ante China en su confrontación por la crisis diplomática en torno a Taiwán que desató el aterrizaje de Pelosi.
Si bien aún no toma una determinación, la ruta que elija Biden puede generar un impacto de cientos de miles de millones de dólares en el comercio existente entre las dos economías más poderosas del mundo.
Industrias de electrónicos, automotrices y aeroespaciales han solicitado al presidente Biden reducciones de las sanciones contra China en un 25% para aliviar el aumento en los costos y las dificultades de suministro.
Fuente Sputnik
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