El Gobierno de EE.UU. está analizando las solicitudes presentadas en los últimos meses por funcionarios y legisladores ucranianos para que Washington suministre sus reservas de las polémicas municiones de racimo a las Fuerzas Armadas de Ucrania, informa la CNN.
Esta solicitud es una de las más controvertidas hecha a EE.UU. por los ucranianos desde que comenzó la operación militar especial rusa. Durante meses, funcionarios y legisladores de Ucrania han recurrido al Departamento de Estado, al Pentágono y al Congreso estadounidense «muchas veces» para cabildear por las municiones de racimo, sostuvieron varias fuentes familiarizadas con el asunto.
Las municiones en racimo son armas que constan de un contenedor que se abre en el aire y dispersa grandes cantidades de submuniciones explosivas o bombetas sobre amplias zonas. Dependiendo del modelo, el número de submuniciones puede variar de muchas decenas a más de 600. Las municiones en racimo pueden lanzarse desde un avión, con artillería o con misiles.
Restricciones del Congreso
Por otra parte, las bombetas sin estallar representan un peligro que amenaza a los civiles mucho después de los conflictos, de manera similar a las minas terrestres. Este tipo de arma está prohibido en más de 100 países por la Convención sobre Municiones de Racimo, pero EE.UU., Rusia y Ucrania no forman parte del acuerdo.
La Administración del presidente Joe Biden no ha descartado esta posibilidad como último recurso, en caso de que las reservas de municiones comiencen a disminuir peligrosamente. Pero la solicitud ucraniana aún no ha sido considerada seriamente, en parte debido a las restricciones legales del Congreso a la transferencia de municiones en racimo. Biden podría eludir esa restricción, pero desde el Gobierno han indicado que esto es poco probable en el corto plazo.
Fuente RT