El barbosismo sí existe y hoy gobierna Puebla con legitimidad y legalidad, asegura Agustín Guerrero, Secretario General de Morena en el estado.
Según el dirigente, el nuevo gobernador, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, y el círculo más cercano a Miguel Barbosa forman parte de un grupo leal a la Cuarta Transformación, que se fue consolidando a partir de 2019, cuando apoyaron la candidatura del morenista recién fallecido, en la elección extraordinaria de ese año.
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En entrevista con El Ciudadano México, Guerrero explica que ese barbosismo ahora garantiza la estabilidad y da certeza a la sociedad poblana gracias a que pudo adelantarse a los que “conspiraban” para imponer un gobernador sustituto desde el exterior.
También reconoce que la muerte del exmandatario fue un enorme golpe a la vida política del estado, pero destaca que las principales directrices de su gobierno se mantienen vigentes, además de que decisiones cruciales para el año por venir ya se habían tomado, como la aprobación del Presupuesto de Egresos y la Ley Ingresos y la puesta en marcha de la reforma al Poder Judicial.
Agrega que en el nuevo gobierno se mantiene prácticamente el mismo equipo que trabajaba con Barbosa, lo que también contribuye a la estabilidad.
La nueva clase política y las horas decisivas
La historia de esta nueva clase política que el ex gobernador Barbosa celebraba pudo quedar trunca sin las decisiones que se tomaron para acelerar la sucesión.
Las horas que siguieron a la confirmación de la muerte de Miguel Barbosa fueron decisivas.
De acuerdo con Agustín Guerrero, “la prontitud” con la que se llevó adelante la sucesión impidió que se generará una “ventana de incertidumbre”, que podía ser aprovechada por actores locales y nacionales.
Cuenta Guerrero que se acordó respetar el duelo por la muerte de Barbosa y desde el Congreso se decretaron 3 días. Según la Constitución local, habría un encargado de despacho, durante 10 días como máximo, antes de que el Congreso nombrara al gobernador sustituto.
Por la noche de aquel martes 13 de diciembre se confirmó que el presidente López Obrador vendría a uno de los homenajes.
En ese contexto de duelo – describe Guerrero- corre “el ru-run de que otros actores quieren incidir en la sucesión” y esos actores eran líderes nacionales de los partidos PRI, PAN, PT y Morena.
En la Cámara de Diputados (en San Lázaro) había reuniones entre Ignacio Mier, “Alito” Moreno, Mario Delgado y Marko Cortés, quienes estaban llamado a los diputados locales en Puebla para decirles que no se comprometieran a nada pues la sucesión se decidiría en las cúpulas nacionales. Incluso se manejaban nombres como los de Enrique Dóger, Rodrigo Abdala y Mario Carrillo, para el cargo de gobernador sustituto, cuenta Agustín Guerrero.
AMLO y la opinión de doña Rosario Orozco
Según el relato del dirigente morenista en Puebla, la confirmación de esas reuniones y los llamados a diputados más una conversación entre AMLO y doña Rosario Orozco (la viuda de Miguel Barbosa) llevaron a los barbosistas a la decisión de adelantar los tiempos de la sucesión.
En su discurso en Casa Aguayo, el presidente López Obrador había destacado la congruencia de Miguel Barbosa y concluyó que el del poblano fue un buen gobierno.
Luego, en privado, le dijo a Rosario Orozco que su opinión sería fundamental en la sucesión.
En ese momento hay ya una legitimidad del proceso y lo que restaba lo iban a poner los diputados locales, dice Guerrero.
Mientras transcurrían los homenajes luctuosos, los barbosistas deciden adelantar el proceso y hablan con los coordinadores de las bancadas del congreso estatal para establecer una ruta: declarar la falta absoluta de Miguel Barbosa y convocar a la sucesión. Proponen entonces a Céspedes Peregrina quien, para ser elegible, renuncia como coordinador de Morena.
Que 36 de 39 diputados, de todos los partidos, voten por Céspedes Peregrina para gobernador, es el otro elemento de legitimidad, dice Agustín Guerrero quien agrega dos conclusiones: la sucesión tenía que definirse en Puebla y el barbosismo no lo iba a perder en la mesa lo que había ganado en las urnas.
El legado del primer gobernador de izquierda
En otro momento de la charla con El Ciudadano México, el dirigente de Morena en Puebla destaca la importancia de Miguel Barbosa como el primer gobernador de izquierda en Puebla.
“Fue el primer gobierno con una visión progresista, con una filosofía de gobierno a favor de la gente más humilde del estado”, subraya.
Muchos piensan en el estilo de gobernar de Barbosa, pero no sólo era eso sino un líder con filosofía de gobierno que se define, en grandes trazos, por su combate a la desigualdad social y a la corrupción desde la administración pública.
Su legado –explica Agustín Guerrero- hoy se muestra en la continuidad de sus políticas más generales: la recuperación económica, la seguridad para las personas y su patrimonio y la salud de la población, compromisos que ha asumido el gobernador Salomón Céspedes.
¿Se parecen el barbosismo y el morenovallismo?
Ante el parangón entre la muerte de los Moreno Valle y la de Barbosa, el secretario general de Morena en Puebla, rápidamente ataja con un “nada que ver”.
Y desecha cualquier similitud porque asevera que el morenovallismo se construyó sobre dos bases: mucho dinero para comprar voluntades y un ejercicio político basado en el autoritarismo y en la verticalidad, con operadores como Eukid Castañón, especializado en intimidar, extorsionar y perseguir a los críticos del régimen.
Como a esa corriente no lo articulaban proyectos de raíz social, sólo negocios, al caer sus cabezas, todo se desmoronó
A diferencia de ellos –agrega- al barbosismo lo une el proyecto político que defendió Barbosa, en coincidencia con López Obrador. Hoy no está Barbosa, pero hay toda una generación, un equipo político que tiene muy claro y hace suyo el ideario de la Cuarta Transformación para el estado de Puebla.
La sucesión de gobernador en retrospectiva
Para Agustín Guerrero, la génesis del barbosismo en Puebla se remonta al año 1997, cuando Miguel Barbosa fue presidente del PRD en el estado y desarrolló una gestión con la mira de organizar a la izquierda para tomar el poder en Puebla, meta que otros agrupamientos no se habían planteado.
Más tarde, la elección extraordinaria de 2019 da oportunidad a una nueva estrategia de alianzas para ganar el gobierno pues con Morena no bastaba. Y en esos compromisos queda fundado el grupo que ahora controla el gobierno estatal.
Guerrero no evita referirse a las críticas que señalan al hoy mandatario Salomón Céspedes como un político que hace poco militó en partidos distintos a Morena, incluido el PRI, pero responde que en aquel 2019, el entonces alcalde de Tepeaca se comprometió con la candidatura de Barbosa y desde entonces ha sido leal a la 4T.
Subraya el secretario general de Morena en Puebla que en esa trayectoria debe leerse el contexto de la actual sucesión, que incluye al propio partido de Morena, pues asegura que el salto que dio de un padrón de 8 mil afiliados a 115 mil y a la renovación de su dirigencia local fueron posibles por la nueva generación de morenistas que hoy están dispuestos a poner de pie al partido para lo que viene en el 2024, cuando esta corriente compita nacional y localmente sin su marca generadora de votos que se llama Andrés Manuel López Obrador.
Foto: Enfoque
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