El Capital: depredador y destructor planetario

Análisis Político-Militar, Marzo de 2010

El Capital: depredador y destructor planetario

Autor: Wari

Análisis Político-Militar, Marzo de 2010. Movimiento de Izquierda Revolucionaria – Ejército Popular Revolucionario (MIR-EPR). Batallón Chile.

Cada año que se acelere la liberación de América significará millones de niños que se salven para la vida, millones de inteligencias que se salven para la cultura, infinitos caudales de dolor que se ahorrarían los pueblos. (

Fidel Castro

EL TERRENO

Crisis Ambiental: La catástrofe natural del terremoto y posterior maremoto, que azotó a gran parte de la zona centro sur de nuestro país, nos trajo violentamente a una realidad poco abordada por los revolucionarios del mundo; la supervivencia humana como especie y el futuro del planeta, ante la crisis ambiental en curso; principalmente, por las dimensiones de los problemas globales y la posibilidad cierta, de la violenta arremetida de la naturaleza, como respuesta a la relación social denominada capital.

Un dato no menor, es la gran cantidad de movimientos telúricos, que se han registrado en lo que va de este año, en diversas zonas del planeta. El calentamiento global, por ejemplo, lleva no sólo a cambios en el clima, sino que, incluso, amenaza al mismo modo de producción.

Ahora bien, marxistamente, debemos entender que nuestro planeta es un todo concatenado, como lo afirmara el gran marxista revolucionario, Federico Engels, que ya se había anticipado a esa perspectiva hace más de 100 años, legándolos el excelente trabajo Dialéctica de la Naturaleza, además advirtiéndonos que “sin embargo, no nos dejemos llevar del entusiasmo ante nuestras victorias sobre la naturaleza. Después de cada una de estas victorias, la naturaleza toma su venganza” (1).

En esta lógica, cualquier acción de cambio, en el planeta, lo llevará a desestabilizarse como fuerza funcional. La temperatura promedio, en lo que va de siglo, ya es un grado mayor a la del promedio del siglo pasado, si asumimos la directa relación existente entre la temperatura y las fuerzas que mueven al planeta, estamos frente a una crisis planetaria, que el gran capital nos ha llevado como especie.

En el último tiempo, muchas han sido las especulaciones, desde algunos sectores avalan tópicos menos científicos, destacándose una de las “teorías conspirativas” más en boga, el famoso Proyecto HAARP, consistente en un supuesto experimento estadounidense, capaz de intervenir el clima y los movimientos tectónicos. Lo sostienen en base a la coincidencia de ciertos terremotos y las intervenciones norteamericanas, como es el caso de Haití, Asia y Chile.

Lo anterior, más allá de su validez, nos objetiva la magnitud autodestructiva de la relación-capital. Ahora bien, en términos reales, nos merece toda la duda, el origen de los portadores de la información, pues quienes han sostenido la teoría con mayor vehemencia, son precisamente, oscuros personajes, lo que nos lleva a plantear, que más que un “hecho comprobable”, se trataría derechamente de propaganda imperialista, para potenciar su dominio técnico y científico en el área militar, para así, infundir temor a los pueblos, dejando nulas posibilidades de respuestas, ante tamaña “arma desestabilizadora”.

Es necesario clarificar, que en ningún caso estamos subestimando la capacidad técnica y científica de nuestro enemigo, reconocemos que trabaja y se plantea decididamente la destrucción y aniquilamiento de las fuerzas revolucionarias. Pero no debemos olvidar que al desarrollar la Guerra de Cuarta Generación, incluye operaciones psicológicas, donde se insertan las llamadas “teorías conspirativas”, las cuales buscan mostrar e intentan introducir desviaciones e inmovilidad en NUESTRAS FUERZAS; la primera es la “superioridad militar indestructible de los Estados Unidos”, ante lo cual, “ya no habría prácticamente nada que hacer”, de ahí la lógica que mueve a algunos sectores que plantean que “no se puede enfrentar al capitalismo, que hay que entrar a jugar su juego, con sus reglas y “tratar” de cambiarlo desde adentro”, ó “que las guerrillas pasaron de moda y que lo único válido hoy es desarrollar formas de lucha dentro de la institucionalidad democrática”.

Un segundo elemento a considerar es que por medio de esa propaganda, se intenta hacer ver a Estados Unidos como el único y exclusivo enemigo; “el imperio” y “sus gobernantes”, incluso nos dicen “que los Demócratas, serían más benevolentes que los Republicanos”, “que Obama es muy poco lo que puede hacer”, ante “tanto malvado asesor”. Los que siguen esta lógica, se congratulan con otros imperialismos (Europeo, Asiático), no vislumbran al capitalismo monopolista como un todo, ni menos sus particularidades, ni sus contradicciones. Su máximo enemigo, es un país y su máximo “demonio”, su presidente, el cual pasa a ser el “enemigo” de turno a combatir.

En el caso del Proyecto HAARP, que salió a la luz por el terremoto en Haití, se daba como argumento, la rapidez con que los buques yanquis estaban cerca de la isla Centroamericana, el día de la catástrofe; ello tiene una explicación muy lógica y objetiva: los Estados Unidos y sus socios, ya habían invadido Haití, con la excusa de la famosa “misión humanitaria”. Haití ya era un país invadido, además, la Cuarta Flota hace un buen tiempo que circunda el continente, como demostración de fuerza, en la pugna ínter imperialista.

Lo concreto y objetivo, ante todas las calamidades climáticas y sísmicas del último tiempo, es que existe un solo culpable: el Capital, lo que implica el reconocimiento de que la crisis ambiental está al interior de la práctica capitalista, que día a día irá generando radicales cambios en el comportamiento climático y tectónico de la tierra, o incluso, la generación de armas de estas posibles envergaduras.

A nuestro juicio, lo importante es unificar el proceso histórico-natural bajo un mismo sentido histórico, producido y determinado por el conjunto de las relaciones sociales capitalistas. De ahí que, como revolucionarios, en vez de dar cabida a rebuscadas teorías, debemos orientar nuestras fuerzas a lo complejo de la producción capitalista, y de las acciones virulentas de los monopolios y Estados gendarmes que están depredando irracionalmente nuestro planeta, pues aunque las validáramos, no cambia en nada la misma razón de su existencia.

Hemos insistido en la necesidad de entender la lógica que mueve a los grandes monopolios y sus Estados monopolistas, a vislumbrar sus contradicciones ínter imperialistas, que los lleva a disputarse áreas de influencia, los recursos naturales y humanos para producir riqueza privada, donde el planeta pasa a ser una mercancía más, en disputa.

Es imperioso relacionar de una buena vez que el capital, al tratar de obtener ganancia, rentabilidad y por sobre todo concentración (monopolios), se vuelve incontrolable e irracional, por lo tanto, es iluso pensar siquiera que el sistema y sus dirigentes van a orientar sus políticas a la protección y preservación del planeta. Ello quedó suficientemente claro en la Cumbre del Medio Ambiente, realizada en Copenhague en diciembre pasado, donde la dirigencia capitalista no arribó a ningún acuerdo concreto, puesto que los intereses que se enfrentan no permiten alcanzar el más mínimo pacto; las contradicciones y la guerra predominan en la fase imperialista de la Formación Económico-Social (FES) capitalista.

Crisis Productiva-Financiera: Si a todo lo anterior le sumamos la crisis de sobreproducción y financiera del modo de producción capitalista, entenderíamos cómo esta unidad contradictoria, en buena parte, se sostiene en pié por la incapacidad de los revolucionarios y por el papel claudicante del reformismo y el revisionismo. En este sentido, los revolucionarios debemos prestar atención a algunos fenómenos que son consecuencia de esta crisis productiva y financiera. Nos referimos a la debacle financiera en que entrarán los Estados monopólicos, producto del salvataje que brindaron a los grandes monopolios, dejando un endeudamiento incalculable en las arcas fiscales.

Si a este proceso de sobreendeudamiento, le sumamos la insolvencia en que se encuentra gran parte de las naciones del planeta, producto de la caída de la recaudación por la desaceleración económica, además de la negativa reacción al consumo por el fenómeno estructural del desempleo, veremos tambalear el tridente basal de los Estados fascistas: “la gobernabilidad”, “la estabilidad económica” y su tan manoseada “paz social”.

Ante ello, el creciente avance de los “despojados del sistema”, ese gran Ejército de Reserva, definido por Marx, y que hoy por su cantidad y cualidad se transforma en una preocupación más para el imperialismo, y en un sector a considerar por los revolucionarios para orientar su organización y acción.

Lo cierto es que el capitalismo, previendo este fenómeno, ha dispuesto a través de sus Estados fascistas de un sin número de acciones, que pasan por el engaño, la contención y finalmente la eliminación de “este sobrante humano”. Un buen trabajo realizado por la propaganda fascista de nuestro enemigo es potenciar el enfrentamiento entre estos sectores, con aquellos que sí son útiles todavía al sistema.

Como primera medida, se “estratificaron” las clases económicas, situando en la llamada “clase media” a todos aquellos que poseen un trabajo más o menos estable, que se ve forzado a disputar su propio espacio con otros de su misma “categoría”, para poder permanecer asalariado. Después encontramos a aquellos que esporádicamente necesitan de sus servicios, pero que ayudan para mantener las cifras macroeconómicas y finalmente los despojados de todo, los que en el caso chileno actuaron de “turbas saqueadoras” y que obligó a la “acción militar”, para mantener la “paz social” y la “propiedad privada”. Este segmento, que poco a poco se transforma en mayoría, es el gran dolor de cabeza para el imperialismo y sus Estados monopólicos.

El enemigo da por descontado la organización de los asalariados, ya que allí mantiene “operando” a la burocracia sindical, que mantiene a raya cualquier atisbo de organización revolucionaria de los trabajadores, por lo tanto, los elementos a contener pasan a ser ese gran Ejército de Reserva “saqueador y perverso”, que por hambre no es capaz de respetar la tan valiosa y sobre valorada “propiedad privada”.

Es importante entender lo planteado, ya que comprenderemos una de las tácticas utilizadas por nuestro enemigo de clase, que en términos político-militares consiste en generar o inventar una “tercera fuerza”, entre la pugna entre dos fuerzas irreconciliables (burgueses y proletarios), que viene a “zanjar” las contradicciones; es la cuña que se utiliza para dividir, ese es el papel de esa llamada “clase media” y de la aristocracia sindical. Demás está decir que quien genera esta tercera fuerza es quien hace el trabajo de controlar, desvirtuar, retrazar y desviar, a NUESTRAS FUERZAS.

Los revolucionarios debemos estar atentos al accionar enemigo y entender que los monopolios son depredadores de planeta, y sus Estados, los garantes de esta destrucción. Ante ello, no queremos pecar de alarmistas, pero la revolución y el socialismo científico aparecen como una necesidad imperiosa, para salvar a la humanidad de la destrucción total.

EL ENEMIGO

Los monopolios y sus Estados fascistas se preparan y reorientan sus tácticas, para enfrentarse entre sí y para contener y eliminar a quienes osen organizarse y contrariar sus designios. En esa lógica, debemos entender el copamiento militar que están realizando en bastas zonas del planeta, y en otras, librando largas y cruentas guerras contra la resistencia organizada, de pueblos que jamás se dejarán pisotear por la bota imperialista.

Un claro indicio de cómo las potencias imperialistas se preparan para la guerra, es que en la última década los gastos en la industria militar, se han elevado al menos un 50 % con respecto a la década anterior. Lo que indica que los Estados fascistas no están enfocados en la protección de la “humanidad”, sino que su objetivo es prepararse para la guerra, que seguirán librando, para controlar zonas estratégicas de influencia y de paso asegurarse la eliminación de esa “masa humana sobrante”, que luego la propaganda fascista los caratulará como “víctimas” o “daños colaterales”; bajo ese ítem, serán masacrados pueblos enteros.

En ese contexto, es importante destacar cómo el imperialismo ha implementado sus diversas tácticas, donde la guerra sicológica e informativa cobra una importancia trascendental. Hoy vemos cómo han trabajado informativamente el conflicto insertado por el imperialismo en Irán, tratando de buscar la desestabilización del régimen de los Ayatolas, por medio del infiltrado movimiento reformista, estableciendo una escalada de acciones, cuya principal característica es la gran difusión informativa y publicitaria. Lo mismo vemos en China, donde vuelven a utilizar al agente de siempre, el Dalai Lama, que se pasea por el mundo agitando la política imperialista.

Esta táctica imperialista intenta crear focos de resistencia y generar acciones de enfrentamiento con los gobiernos establecidos, ampliando la escalada de los conflictos, posibles guerras civiles, buscando la posibilidad para introducir la “tercera fuerza”, todo con el objetivo de desconcentrar o paralizar el accionar de estos Estados “enemigos”. El envío o rediseño de fuerzas para enfrentar a esos “enemigos”, es la lógica de la serie de los últimos atentados, como el de Rusia, perpetrado por un “supuesto enemigo islámico”. Todas estas acciones se insertan en el conflicto ínter imperialista, que desde esta TRINCHERA hemos venido sosteniendo desde un principio, y al cual los revolucionarios le debemos prestar especial atención.

En ese mismo afán, se encuentra el posicionamiento político-militar yanqui en Asia y África, donde intentan frenar a los chinos en la región, que en su avanzada han comprado importantes corporaciones petroleras.

En el análisis de julio de 2009 (2), planteábamos las verdaderas intenciones del imperialismo yanqui, situación que hoy se corrobora con el despliegue en Medio Oriente y el África Subsahariana. Con la actual arremetida estadounidense en Yemen, buscan su expansión hegemónica en la zona, lograr crear una plataforma que le permita desatar el nudo militar producido en Afganistán y Pakistán, apoderarse de los hidrocarburos con que cuenta esta nación, crear salidas a otras zonas y, por sobre todo, observar muy de cerca el accionar de sus enemigos.

El movimiento estratégico del imperialismo internacional –invasiones, instalaciones y ocupaciones militares-, como decíamos, tiene su antesala en la propaganda fascista, que intenta lograr “una opinión pública favorable y proclive” a su accionar político-militar, en pos de obtener el control de recursos y mercados, y, por sobre todo, someter a los pueblos.

La cantidad de bases e instalaciones militares yanquis en el mundo se han potenciado en la última década, sobrepasando largamente las mil unidades, ubicadas en zonas neurálgicas para el imperialismo estadounidense, como las posicionadas en Colombia, con el salvoconducto de la administración fascista narco-paramilitar que encabeza la oligarquía dirigencial colombiana y cuyo objetivo no sólo se limita al accionar dentro de un territorio determinado, sino que se conciben estratégicamente para mantener el dominio regional y disputarle los espacios a otras potencias como lo son China y Rusia.

Como ya lo planteamos en análisis anteriores, en el caso del imperialismo estadounidense, el objetivo táctico es situar una gran cantidad de tropas de despliegue rápido o puestos de avanzada –tal es el caso de las FOL- ubicadas en gran parte del territorio latinoamericano. Son un regadero de bases militares, que permite actuar con prontitud en operaciones de alto nivel y tareas específicas. En nuestra región el objetivo primordial es la contención de las fuerzas revolucionarias, garantizar el acceso a los recursos naturales, mantener las vías del tráfico de drogas y controlar espacios de influencia en su disputa ínter imperialista.

La Militarización del Estado Fascista Chileno: El Terremoto que Viene: Para que se produzca el avance del imperialismo y sus monopolios, utilizando la infiltración y posicionamiento militar, es trascendental el apoyo y aporte de las administraciones locales pro imperialistas. En ese sentido, es importante que los revolucionarios prestemos atención a las nuevas características de los Estados fascistas locales.

Si alguna vez nos preguntamos cuál sería el rol encomendado por el imperialismo a la “socialista” Bachelet en Chile, lo ocurrido al final de su administración nos da la respuesta.

Esta vez no nos vamos a detener a analizar la vergonzosa privatización del mar austral, entregado a grandes monopolios financieros, aprovechándose de toda la convulsión social provocada por el terremoto y maremoto, donde la oligarquía dirigencial aprobó dicha entrega, o los cuantiosos “aportes” financieros entregados por la administración concertacionista a los grandes monopolios, o los “trabajos estratégicos” que hoy cumplen los dirigentes salientes en los consorcios capitalistas, etc. Lo que nos parece interesante de analizar es la silenciosa reforma y reestructuración del Estado fascista chileno y sus proyecciones futuras.

Para entender porqué ex ministros y dirigentes concertacionistas, como Francisco Vidal, ex ministro de Defensa y ahora flamante asesor del Comandante en Jefe del Ejército, o Jaime Ravinet, que pasa a ser Ministro de Defensa de la actual administración del empresario Sebastián Piñera, no basta con leer el aparecer de las cosas, es necesario entender la lógica de los monopolios, la lógica del Fascismo y su oligarquía dirigencial.

Desde el sentido común, podríamos decir que “Vidal empatiza con el mundo militar, que Ravinet se pasó de un sector a otro –como tantos-, también que tanto él como Piñera son democratacristianos”. Pero lo cierto, es que el imperialismo trabaja a largo plazo -y ese es un elemento que la izquierda ni lee ni practica-; el trabajo de la oligarquía dirigencial comenzó hace mucho tiempo atrás, para obtener la transformación del Estado fascista y su actual accionar contrainsurgente.

A principios de este año se dio luz verde a la nueva Ley de Defensa Nacional (3), iniciativa encabezada – a finales del siglo pasado- por el gobierno del también “socialista” Ricardo Lagos y sus Ministros de Defensa Jaime Ravinet y de Interior Francisco Vidal (cualquier semejanza con la actual realidad, no es mera coincidencia). Las discusiones de un tema tan trascendental para el pueblo chileno, se dio –como siempre- de espaldas a él, tanto en el Parlamento burgués, como la aprobación en otras instancias, como el Tribunal Constitucional.

Lo concreto, es que la “socialista” Bachelet y su Ministro de Defensa, Francisco Vidal (insistimos, no crea en las coincidencias y casualidades), vinieron a materializar la nueva estructura que adoptará el Estado Fascista chileno. Ésta se constata en la Ley de Defensa, que viene a reemplazar la anterior Ley de las Fuerzas Armadas.

En la estructura operativa del “Estado antiguo”, el rol contrainsurgente se realizaba desde el Ministerio del Interior, particularmente de una sub estructura denominada Subsecretaría del Interior. En la práctica, el verdadero “Jefe de Estado interno” era el Ministro del Interior, cuya gran responsabilidad era mantener la “estabilidad gubernamental” y la “paz social”, para ello utilizaba todo el poder contrainsurgente que las “fuerzas del orden” le proveían. En ese sentido, cuando las administraciones se organizaban, era de primordial importancia para nuestro enemigo que los dirigentes que ocupaban esos dos cargos (Ministro y Sub Secretario del Interior), se tratase de conspicuos representantes de la oligarquía dirigencial o de algunos dirigentes rastreros, encargados de la infiltración y operar los organismos de inteligencia dependiente de estas estructuras; para refrescar la memoria, ¿les parecen conocidos los Krauss, Zaldívar, Insulza, Velasco, Correa Sutil, Burgos, Vidal, Schilling, Perez Yoma, Harboe, Figueroa, Rosende, etc?

Pues bien, en esa anterior estructura contrainsurgente, las policías (militar y civil) eran los aparatos de choque que el Estado fascista disponía para realizar los trabajos de infiltración y contención del movimiento popular, preparando las condiciones a través de los Planes Cuadrantes –en las ciudades-, Cuadrículas –en el campo-, cámaras de vigilancia, articulación de Juntas de Vecinos, Centros de Madres, ONGs, utilización de la delación compensada entre los pobladores, muchas veces obligados a entregar a sus propios vecinos, etc.

La actual estructura viene a terminar el trabajo; su accionar estará motivado por la neutralización, deslegitimación y eliminación selectiva de las fuerzas o actores que ellos consideren peligrosos.

Para ello, el gran objetivo es concentrar en un sólo mando el accionar de la Defensa nacional, crear una estructura contrainsurgente que actúe rápida y autónomamente. Ese cuerpo militar se coordina en lo que se denominó el Estado Mayor Conjunto, donde su actual Jefe es el General Cristian Le Dantec Gallardo (4), cuyo rol es nada menos que asumir el mando de las Fuerzas Armadas frente a catástrofes y crisis de cualquier índole. Como es sabido, la actual crisis global del capitalismo acarreará un sin número de convulsiones sociales, ante lo cual el imperialismo se prepara para contener y eliminar al movimiento social y resguardar su “propiedad privada”.

El Estado Mayor Conjunto es objetivamente la reestructuración y preparación del Estado fascista chileno para la guerra que viene, por ello, en ese cuerpo, bajo una sola doctrina, se agrupan a todas las Fuerzas Armadas (Ejército, Aviación y Armada), más las policías militar y civil. El “nexo con la civilidad” se realiza a través del Ministerio de Defensa, el cual también sufre una transformación, ya que éste es el encargado de legitimar y entregar todas las condiciones para la operatividad del Estado Mayor Conjunto. Para ello, se crean la Subsecretaría de Fuerzas Armadas, con un carácter administrativo y la Subsecretaría de Defensa con un carácter más estratégico, ya que establece el trabajo fuerte en cuanto a la doctrina, inteligencia, adiestramiento y operatividad. En términos prácticos, el Estado Mayor Conjunto pasa a ser la estructura con mayor grado de fuerza y autonomía del Estado fascista chileno, por sobre cualquier otro cargo que se imagine y, a su vez, por sus características de doctrina y armamento, las Fuerzas Armadas chilenas son, en esencia, una base operativa del Comando Sur Estadounidense.

Con ese afán el imperialismo, y específicamente el Comando Sur, instruye que independiente de quien sea el administrador de turno (Presidente), el cargo administrativo de peso (en esta nueva estructura: el Ministro de Defensa) debe ser un personaje que mantenga la coherencia ideológica y las relaciones afines con los mandos estadounidenses. Esa es la explicación de la designación de Jaime Ravinet en ese cargo y el nombramiento de Oscar Izurieta Ferrer, Comandante en Jefe del Ejército, como Subsecretario de Defensa, que junto a la estructuración del Estado Mayor Conjunto, vienen a transparentar una verdad inequívoca del fascismo: su esencia policiaco-militar, donde el control de la doctrina, planificación, eficiencia y la acción de la defensa militar, son responsabilidad de un sólo mando superior, así lo exige el Comando Sur para poder operar con mayor rapidez en la zona y poder contener a las fuerzas que se organizan a nivel local.

Mientras tanto, como todavía en la Subsecretaría del Interior quedan algunas “amarras”, principalmente de inteligencia, se nombra a un oscuro agente internacional del imperialismo, Rodrigo Ubilla, un sociólogo y “politólogo” que cuenta con experiencias electorales en Chile en 1989, Argentina, El Salvador. En Nicaragua, se hizo asesor del ex candidato presidencial del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), Edmundo Jarquín, en Ecuador y Colombia participó en “programas” de Estado en el ámbito de la Vivienda e Inversión Social, donde se vio envuelto en dudosos negocios. Como vemos, este representante de la oligarquía dirigencial tiene la suficiente experiencia en el “manejo social” para seguir con el trabajo dispuesto a esta estructura del Estado fascista.

Para que este nuevo ordenamiento se haga posible y cuente con el “consenso público”, se viene trabajando por los medios de alienación masiva desde hace un buen tiempo la inclusión del “mundo militar” en la civilidad; hasta la saciedad nos publicitan la “ejemplar labor de las Fuerzas Armadas” y lo “diferente que son las actuales a las existentes durante la dictadura militar”, la “generación espontánea” de los “generales del pueblo” y de todos los “héroes militares”.

Aprovechándose del manejo de la información, en la reciente desgracia natural se publicitó como “normal y necesario” la presencia militar, para “restablecer el orden y contener a las turbas saqueadoras”, implantando la violencia y el “Toque de Queda”.

Ante ello, los revolucionarios no nos debemos mover a engaños; la característica policiaco-militar es esencial en el Fascismo; ó acaso ¿No existe “Toque de Queda” cada vez que se produce una elección burguesa? ¿Por qué debe arrogarse un “estado de excepción” y asumir los militares el mando, si se supone que “asistimos a la fiesta de la democracia, donde “libremente” concurrimos a sufragar”?

El control militar fue, es y será permanente en el fascismo; con el plan cuadrante en las ciudades o cuadricula en las zonas rurales, es “normal” el empadronamiento realizado por carabineros a los pobladores y automovilistas, el chequeo de los movimientos bancarios, la detención por sospecha, los chequeos en los viajes de buses interprovinciales y vuelos nacionales, las cámaras de vigilancia, etc, etc. Desde esta TRINCHERA, insistimos una vez más en la imperiosa necesidad de leer lo objetivo y concreto de nuestra realidad; si seguimos leyendo lo que nuestro enemigo de clase nos pautea, nos mantendremos estancados en su discurso y su accionar, y veremos todo lo que suceda en nuestro entorno como “normal”.

En esa misma lógica nos han venido publicitando un marcado “sentimiento nacionalista”; que “nuestra patria es autosuficiente si tiene este cuerpo uniformado y la solidaridad demostrada en las ultimas campañas de ayuda”. Tampoco es casual que cada vez que haya que someter al pueblo, acallar sus demandas y contrariar su organización natural, aparezca el representante del sionismo internacional, a realizar su “show benéfico”, donde los mayores beneficiados son los grandes consorcios internacionales, que por “sus generosos y desinteresados aportes”, reciben a cambio cuantiosas devoluciones de impuesto, que, sumado a la propaganda de sus productos, se transforma en “negocio redondo”. Poco importa que medio país esté en el suelo, el show publicitario sigue potenciando y exacerbando el consumo; donde los únicos ganadores son los grandes consorcios del comercio.

Por otro lado, se insiste por los medios fascistas de alienación, de “lo inoperante que resultaron los civiles para enfrentar la desgracia”, que existiría “improvisación e incompetencia”, que, “como país, hemos puesto al descubierto nuestra escasa capacidad de reacción y comunicación”, que “nuestra nación, quedó sin mando estratégico”, etc.

La verdad es que esa vieja táctica del “desamparo”, nuestro pueblo ya la conoce; nuestro enemigo sigue apostando que, como pueblo, somos imbéciles y creemos que los medios de información y comunicación policiaco-militar se realizan por teléfonos móviles o por red fija o que no existirían los suficientes teléfonos satelitales. ¿Por qué el Comando Sur, crearía una base militar en nuestro país, con aviones F-16, Tanques Leopard y armamento tecnificado de última generación, sin tomar la “precaución” de tecnificar la comunicación entre los mandos responsables?

La explicación a todo lo anterior es una sola: la “gerencia” y la administración de los negocios de los monopolios, a cargo de los Estados fascistas, tuvo, tiene y siempre tendrá su “descanso material” en el agente militar; es de este factor de quien depende en última instancia el lineamiento estratégico a seguir por los “administradores civiles”.

Los grandes monopolios no pueden “correr el riesgo” de depositar su estabilidad en manos de muchas veces “incompetentes civiles”. Por ello, el poder militar avanza como vanguardia de los monopolios; ese es un rol fundamental de los Estados fascistas modernos, y la nueva reestructuración del Estado fascista chileno viene a demostrar lo planteado. Y la oligarquía dirigencial; los Ravinet, los Vidal, los Lagos y Bachalet, vienen a cumplir esa labor encomendada. El que quiera pensar lo contrario, que se quede esperando cómo la cruda realidad le golpea en la cara.

Para terminar, no queremos dejar pasar por alto la responsabilidad del Estado fascista chileno, sus dirigentes y especialmente la Armada, en la gran cantidad de muertes producidas por el maremoto en el borde costero de la zona centro sur de nuestro país. El accionar del SHOA, encargado de entregar la información del movimiento del océano, que luego se canaliza a la población, nos trae a la memoria la llamada tragedia de Antuco del año 2005, que significó la muerte de 45 conscriptos del regimiento de los Ángeles, cuando era comandante en Jefe del Ejército de la época, Juan Emilio Cheyre.

Estos hechos, están lejos de ser catalogados como “involuntarios”, por lo general se trata de “pasadas de cuenta”, que originan las disputas entre mandos o entre los diversos poderes existentes. Pero lo más cruento y que no puede ser descartable es la táctica imperialista de la eliminación de los “humanos sobrantes”. Ya lo vimos con lo sucedido en el huracán Katrina, en Nueva Orleáns, donde no se alertó a la población negra y después tampoco se les permitió salir del área; la masacre fue inmensa, ya que se sumó a la acción de los militares yanquis, que arrasaron con la población.

El fascismo está preparado para generar todas las situaciones posibles para establecer sus “estados de excepción”, que no es más que la infiltración definitiva de las fuerzas militares en el seno del pueblo, como una medida contra subversiva.

Lo que nos resta observar, es cómo se mueven las diversas fuerzas de nuestro enemigo. Así como en Nueva Orleáns, la reconstrucción fue “asignada” a la constructora de Dick Cheney, en el caso chileno ¿Qué consorcios asumirán la reconstrucción, cuál o cuáles son los operadores políticos de los grupos que lucrarán con la tragedia vivida?… Esta historia recién comienza…

NUESTRAS FUERZAS

Este último tiempo hemos visto cómo el imperialismo, a través de la prensa fascista burguesa, de sus dirigentes y sus artistas títeres de siempre, han vuelto a embestir contra la Revolución Cubana, aprovechando la muerte de un preso común que se hallaba en huelga de hambre.

Desde esta TRINCHERA podemos tener la osadía de hacer algunas críticas a cómo el proceso Cubano se ha entrampado ideológicamente, debido al apoyo y complacencia que ha demostrado a algunos procesos reformistas; ¡¡No nos queda otra opción!! Nos podrían decir los compañeros cubanos. Pero lo cierto es que a través de la historia la Revolución Cubana, se ha demostrado como la práctica viviente de la hidalguía, tesón y disciplina revolucionaria, de un pueblo que se niega a volver a un pasado de explotación y marginación capitalista, y que hará todo lo que esté a su alcance, para encauzar el rumbo trazado por la Revolución Mundial.

Los revolucionarios del mundo no nos podemos equivocar, la construcción del socialismo, como proceso revolucionario, está inserto en una guerra de clases, donde el proletariado define la extinción de la burguesía reinante, y esos procesos en ningún caso son pacíficos, ni carentes de muertos o prisioneros; el revolucionario chino Mao Tse-Tung, al respecto, nos advertía que hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan pausada y fina, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima. Una revolución es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual una clase derroca a otra. O el propio revolucionario peruano Mariátegui nos inculcaba que no hay revolución mesurada, equilibrada, blanda, serena, plácida… el poder se conquista a través de la violencia… se conserva el poder sólo a través de la dictadura. Ante ello, nos cabe preguntar a los burgueses y a los falsos pacifistas progresistas, que nos digan un sólo país del mundo capitalista donde no existan muertos, detenidos o encarcelados, por tratar de subvertir al sistema que los domina.

En este contexto de la lucha de clases, es donde los revolucionarios debemos objetivar nuestro análisis; cualquiera que atente contra algún proceso revolucionario debe recibir la contundente respuesta de todos los sectores, no nos podemos perder en pequeñeces; el Comandante de la Revolución Indo Americana, Ernesto Che Guevara, nos decía que aun cuando uno se reconozca comunista, o socialista, o peronista, o cualquier otra ideología política en determinado país, solamente caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios. No hay más.

A los luchadores y combatientes chilenos, a nuestros pueblos, hacemos un llamado a no dejarse engañar por los cantos de sirena, que aparecerán como supuestos “aliados de lucha” viendo a Piñera y a la “Derecha” como el “único y verdadero” enemigo, obviando que hace pocos días atrás, eran ellos mismos que utilizaban la plataforma del Estado burgués para legitimar la explotación y marginación de nuestros pueblos. Hacemos un llamado a no equivocarse, si bien han cambiado algunas caretas, el Fascismo criollo se apoya en la oligarquía dirigencial que realiza sin contrapeso el trabajo ideado por los grandes monopolios. En esa lógica, se vuelven a equivocar la izquierda claudicante y el tibio reformismo de los partidos electoralistas, -parafraseando al Che- su accionar es una mera aspirina que sueña con detener el cáncer.

Finalmente, saludamos a los Jóvenes Combatientes, que siguiendo el legado de los Hermanos Vergara Toledo y tantos otros luchadores de nuestro pueblo, vuelven a levantar la bandera del Comunismo, la bandera de la Liberación y de la Revolución. Pero también saludamos a los antiguos Combatientes, que lejos de lustrar su propio ego, de quedarse mirando el ombligo, han decidido echar a andar la rueda de la historia y realizar el traspaso generacional de la posta de la Revolución en Chile.

Para todos ellos, sólo nos resta decir: Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.

Con el PUEBLO, como Vanguardia Organizada, creando
CONCIENCIA Revolucionaria y con el FUSIL, como guía de la
lucha histórica y constante.

POR LA RAZÓN Y LA FUERZA, LOS TRABAJADORES AL PODER
SÓLO PODEMOS LA VÍA REVOLUCIONARIA
COMBATE O MUERTE

Desde algún lugar de Chile, marzo de 2010

Movimiento de Izquierda Revolucionaria – Ejército Popular Revolucionario (Batallón Chile)
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NOTAS:

(1) Federico Engels, El Papel del Trabajo, en la Transformación del Mono en Hombre.

(2)Ver Análisis Político-Militar, Julio 2009: Los Ejercicios Imperialistas, para Salvar su Crisis, en http://www.cedema.org/ver.php?id=3409

(3)Ver Ley Nº 20.424, del Estatuto Orgánico del Ministerio de Defensa Nacional en http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1010682&buscar=ley+defensa+nacional

(4) El actual Jefe del Estado Mayor Conjunto, General de División Cristian Le Dantec Gallardo, es imputado por el asesinato de 22 campesinos de Paine el año 1973, quienes bajo su orden fueron arrojados en una quebrada próxima al Lago Rapel.

Fuente: www.cedema.org

Texto subido a esta web por (no es el autor):


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