El control social en su forma más espectacular: montajes legales

1984 en el 2010, próximamente se creará el Ministerio de la Verdad, la prensa, el gobierno y los fiscales desean a los jueces controlados por la opinión publica para perseguir a los herejes

El control social en su forma más espectacular: montajes legales

Autor: Wari

1984 en el 2010, próximamente se creará el Ministerio de la Verdad, la prensa, el gobierno y los fiscales desean a los jueces controlados por la opinión publica para perseguir a los herejes.

Luego de muchos intentos de criminalizar a l@s anarquistas y antisistémic@s, que no se engloban en luchas de poder, y por tanto, no tan fáciles de controlar con acuerdos de gobernabilidad u otras yerbas. Es así como, desde el estado y con mayor fuerza en los medios de comunicación –casualmente todos en manos de la derecha económica y política- que fueron armando un montaje al mejor estilo de las grandes capitales contra el Terror causado por bombas de ruido, y de esa forma se fue armando en la cabeza calenturienta del fiscal Jalandro Peña, quien, imagino, con sus ansias de poder particular, fue dando forma a través de formas no tan legales, como intercepción de mail y de llamadas telefónicas  una figura legal que deje fuera a los luchadores antisistémicos y a los supuestos insurrexionalistas, con quienes puede no haber cercanía de formas, pero con quienes compartimos una idea que nos une, y es el anarquismo. Así es como de esta forma luego de muchas semanas con las bombas saliendo casi todos los días en la prensa, con posibles detenciones, con supuesto apoyo internacional de 1000 euros para que se continúen confeccionando o comprando bombas (hasta la cifra es para la risa si es para apoyar a un grupo terrorista).

Si fuese una película mala, de esas antiterroristas de los U$A se podría entender, pero al ser la realidad en la cual estas cosas están pasando, llega a ser kafkiano en la forma y los medios.

Casualmente hoy, cuando otra forma o mejor dicho, la peor forma de TERRORISMO tiene a más de treinta trabajadores sepultados bajo toneladas de rocas en una mina que no contaba con medidas de seguridad básicas para ese tipo de faenas, y ahí, sumándonos a las luchas de la AIT a nivel mundial y de los compañeros de la construcción cuando se denunciaba que los accidentes laborales era terrorismo patronal, es hoy cuando “el caso bombas” aparece en la palestra.

Ahora, lo triste de todo esto es que se le está dando un cheque en blanco para que el estado mueva sus aparatos represivos contra todos los que según ellos configuren asociación ilícita, sean amigos de barrio que salen a rayar, estudiantes que no se someten a las directrices de las federaciones de estudiantes, trabajadores que quemen neumáticos, etc… y en el caso de la gente que okupa casas, peor para ellos, ya que es ahí donde se reúnen los terroristas, y de esta forma la paranoia social crece, ya que la delincuencia bajó unos puntos en las encuestas, es necesario perseguir  la protesta social. Y ahí están los chivos expiatorios: l@s anarquistas y l@s mapuche.

Si bien es cierto, que este caso lleva muchos años demostrando que la lucha antisistema no requiere levantar caras ni nombres para presentarse con protagonismo al estilo fetichismo-exhibicionista que están acostumbrados ciertos grupos de izquierda tradicional, por tanto, ha sido difícil que el estado pueda encontrar a los verdaderos responsables, por tanto, como lo ha hecho a través de la historia, sobre todo si debe tapar errores como lo de la mina en la Cuarta Región. De esta forma es como son llevados a juicio, con pruebas imbatibles, con testigos, etc. Como para encarcelar a todos los detenidos, sin embargo, luego de 14 horas de deliberaciones, con el juez de lado de la fiscalía y luego de días que la prensa oficial ya los juzgó como culpables al igual que el Gobierno, no fueron suficientes las pruebas para encarcelar a todos, así que al estado le vastó que, por lo menos, quedaran detenidos los que ellos asumen como “los líderes” por sus acciones del pasado, las cuales en su momento cumplieron penas, y por tanto pagaron sus culpas -como dicen desde el gobierno por militares presos que han salido libres- y que hoy son los cabezas de turco para tapar los errores de las leyes laborales que tienen fecha desde la dictadura, pero que siguen siendo cómodas para la explotación de tod@s l@s trabajadores.

Por Eduardo Torres

Texto incorporado a esta web por (no es el autor):


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