El biólogo francés Luc Montagnier, que ganó el Nobel de Medicina en el 2008 por participar en el descubrimiento del virus del sida (VIH), planteó que el coronavirus causante del COVID-19 es una fabricación humana, obra del laboratorio de Wuhan al que apuntan otras sospechas.
Según Montagnier, se trató de una fuga accidental mientras los científicos chinos investigaban una vacuna contra el sida.
“Eso de que el COVID-19 apareció tras una contaminación ocurrida en un mercado de animales salvajes, en Wuhan, es una bella leyenda. Imposible. Los científicos chinos son grandes especialistas. El virus salió de un laboratorio de Wuhan”, afirmó.
El Nobel francés, de 87 años, aseguró al portal médico Pourquoi Docteur? que el SARS-CoV-2, el patógeno que está provocando la pandemia mundial, contiene algunas secuencias idénticas a las del VIH.
“Trabajando con mi colega y amigo Jean-Claude Perrez, matemático, hemos analizado en los mínimos detalles la secuencia del descubrimiento y propagación del Covid-19. Y creemos bastante plausible que el genoma completo de este coronavirus tiene secuencias muy semejantes a las del VIH, el virus del sida. Y pudo ser fabricado, producido, en un laboratorio chino”, indicó Montagnier.
El coronavirus no salió del laboratorio de Wuhan
Destacados miembros de la comunidad científica pusieron en serias dudas las afirmaciones de Montagnier, tanto por acusar al laboratorio chino, como por relacionar el nuevo coronavirus con el del sida.
«Eso no tiene sentido», indicó Etienne Simon-Lorière, viróloga del Instituro Pasteur de París, en declaraciones a la agencia AFP.
“No hay ninguna prueba de que el SARS-CoV-2 se originase en un laboratorio de Wuhan”, dijo por su parte, Edward Holmes, investigador de la Universidad de Sídney.
El pasado 17 de marzo, el equipo de Holmes publicó un estudio genético del virus en la revista Nature Medicine que “claramente muestra que el SARS-CoV-2 no es un constructo de laboratorio ni un virus manipulado a propósito”.
La investigación planteó que la técnicas de modificación genética de los virus dejan huellas. Y en el nuevo coronavirus no se detectan estas pisadas de científicos.
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