Los Bosques Azules de Chiloé
El archipiélago de Chiloé cautiva no solo por su abundancia de islas e islotes, su distintiva cultura o su impresionante belleza natural con diversos lugares que atraen por la historia y tradición, también por su enorme riqueza en biodiversidad marina.
En este territorio, las macroalgas conformadas por cochayuyos y huiros crecen en las costas desempeñando un papel ecológico crucial en el ecosistema, considerados a su vez, un recurso valioso para las comunidades locales.
Varias opiniones locales coinciden y destacan la importancia de las macroalgas en Chiloé, por albergar una gran variedad de especies marinas, hábitats requeridos y refugio para peces, moluscos, crustáceos y otros organismos. Son consideradas «guarderías o sala cuna» naturales, ya que muchos peces jóvenes encuentran en estos bosques submarinos zonas de protección y alimentación. Asimismo, como protectores costeros, ya que estos bosques submarinos ayudan a proteger las costas de la erosión causada por las olas y las corrientes marinas, especialmente en eventos de temporales y marejadas. Las algas absorben la energía de las olas y actúan como barreras naturales, impidiendo la pérdida de suelo en la línea de costa. También, por su ciclo de nutrientes, ya que las macroalgas juegan un papel crucial en los ecosistemas marinos. Absorben nutrientes, como nitrógeno y fósforo del agua, ayudando a mantener la calidad del agua y evitando la eutrofización, que es el enriquecimiento excesivo de nutrientes en el agua.
Chiloé y sus ecosistemas marinos
Víctor Guaquín Mansilla, es habitante originario de Quemchi. De profesión Biólogo Marino y Maestro de Gestión Ambiental, quien destaca: “El archipiélago de Chiloé está constituido por una diversidad de ecosistemas donde habitan también una gran diversidad de grupos de especies o grupos de animales entre los que están los peces, los moluscos y las algas. Estas últimas son el inicio de la trama trófica y tenemos las microalgas y las macroalgas”.
Resalta al respecto: “En cuanto a las macroalgas, son un grupo bastante poco visualizado dentro de la comunidad en general y en el país, se puede decir, debido a que como consumimos peces y moluscos es lo que más podemos ver en nuestro día a día y este grupo que están primordial, está un poco rezagado en cuanto a la educación o cómo nos muestran estas especies, tanto en la educación básica o media, no pudiendo como niños entender cómo funciona el ecosistema nuestro alrededor”.
Guaquín explica al respecto: “Las macroalgas, en este caso tenemos algunas especies, como por ejemplo el huiro o sargazo, la lechuga de mar, también conocida como lamilla, el pelillo y el famoso cochayuyo (…) Estas especies, algunas tienen valor comercial, como, por ejemplo, la luga, el pelillo y el huiro últimamente también y otras tienen otro tipo de valor más cultural, como por ejemplo la lamilla que sirve para poder abonar la tierra para posteriormente poder sembrar”.
También señala el Biólogo Marino de Quemchi: “Estas especies, en específico el huiro y el cochayuyo cumplen un rol de ingenieros de ecosistemas en el ambiente, ya que ellos pueden ser albergue para otras especies como peces, alimento para moluscos, por ejemplo, algunos caracoles y también pueden moldear su entorno, ya que, en el caso de encontrarse en la costa, ellos funcionan como un rompeolas, de aquí disipan la energía de las olas y protegen a la costa de la erosión”.
Guaquín Mansilla considera que es importante la educación marina ambiental en este sentido: “Todas estas características hacen que esta especie sea fundamental para el ecosistema, por lo cual también es fundamental que se enseña en la educación formal, en la básica, en la media, para que cuando seamos adultos entendamos esto del funcionamiento del ecosistema y también lo protejamos ¿Por qué?, porque actualmente existe una extracción de estas algas con fines comerciales y en específico del huiro o sargazo para alimentar a otras especies de cultivo como es el abalón”.
Un ejemplo de importancia para la sostenibilidad y la conservación de estos ecosistemas en el tiempo y que es destacado por este habitante de Quemchi, es que, “han nacido varias iniciativas para poder cultivar estas especies y hacer más sustentable su extracción mediante el cultivo”.
Finalmente, Víctor Guaquín Mansilla comparte el siguiente llamado: “Por ello, insto o dejo el mensaje que tengamos una educación pertinente a los territorios en el país, ya que al tener una gran diversidad de climas y ecosistemas en Chile, necesitamos, en este caso, que también en nuestro territorio, el archipiélago de Chiloé, tengamos una educación adhoc a nuestro entorno”.