Aunque más de 100 países tienen prohibido el uso de municiones de racimo en virtud de una convención, Washington las empleaba a menudo en sus campañas militares. Ahora, Kiev está considerando la posibilidad de utilizar este armamento de fabricación estadounidense contra las FFAA rusas, informó un medio norteamericano.
El espacio noticioso citó a los miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, Jason Crow y Adam Smith, que afirman que Ucrania está buscando la bomba de racimo estadounidense MK-20, como parte de la ayuda militar de Washington a Kiev durante la operación militar especial rusa.
¿Qué es una bomba de racimo?
Una munición o bomba de racimo es un arma extremadamente letal que contiene múltiples submuniciones explosivas o bombetas. Estas bombas suelen lanzarse desde aviones o dispararse desde tierra o mar, abriéndose en el aire para liberar decenas o centenares de submuniciones, que pueden saturar un área del tamaño de varios campos de fútbol, o de más de 300 metros.
Los críticos explican que cuando las bombas de racimo se dispersan pueden mutilar y matar a civiles y tienen un alto porcentaje de fallos, por lo que los artefactos sin estallar suponen un peligro durante años después de que finalice un conflicto.
En cuanto a la MK-20 Rockeye II, también conocida como bomba de racimo CBU-100, es un arma convencional de caída libre lanzada desde el aire y fabricada en EEUU. Esta bomba de 222 kg, diseñada principalmente para atacar vehículos blindados enemigos, se introdujo en 1986 para sustituir a las anteriores bombas de racimo utilizadas por la Fuerza Aérea de EEUU en la guerra de Vietnam de 1955-1975.
¿Por qué quiere Kiev bombas MK-20?
Al parecer, el Gobierno ucraniano expresó su esperanza de que las bombas de racimo MK20 den a Kiev «una ventaja en la dura lucha contra las fuerzas rusas en el este de Ucrania».
El principal demócrata del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, Adam Smith, fue citado por un medio estadounidense afirmando que el Ejército ucraniano cree que estas submuniciones «tienen mejor capacidad de perforación de blindajes» que las armas «que lanzaba desde aviones no tripulados».
En un discurso pronunciado en febrero durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, el ministro ucraniano de Infraestructuras, Alexander Kubrakov, declaró que EEUU y sus socios poseen municiones de racimo «para millones de disparos».
Por su parte, el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dimitro Kuleba, recordó que Kiev no es signatario de la Convención sobre Municiones en Racimo, por lo que argumentó que el hecho de que EEUU proporcione a Ucrania este tipo de armamento está supuestamente en sintonía con el derecho internacional.
La compañía estadounidense Textron Systems Corporation dejó de producir las MK-20 en 2016 después de que el país interrumpiera las ventas a Arabia Saudita, pero un asesor del Congreso anónimo declaró a un medio de EEUU que hay más de un millón de submuniciones de racimo en sus arsenales militares.
¿Están prohibidas las bombas de racimo?
La Convención sobre Municiones en Racimo es un tratado internacional que prohíbe todo uso, transferencia, producción y almacenamiento de este tipo de armamento. El documento también establece un marco para apoyar la asistencia a las víctimas, la limpieza de lugares contaminados, la educación para la reducción de riesgos y la destrucción de existencias.
La Convención se adoptó el 30 de mayo de 2008 en Dublín y entró en vigor el 1 de agosto de 2010. En febrero de 2022, un total de 123 Estados seguían comprometidos con el objetivo del documento y estaban obligados a «nunca, bajo ninguna circunstancia»:
utilizar municiones de racimo;
desarrollar, producir, adquirir de cualquier otro modo, almacenar, conservar o transferir a nadie, directa o indirectamente, municiones de racimo;
ayudar, alentar o inducir a nadie a participar en ninguna actividad prohibida a un Estado parte en virtud de la Convención vigente.
Cabe señalar que ni Ucrania ni EEUU son signatarios del tratado.
¿Dónde utilizaba EEUU bombas de racimo?
Entre 1964 y 1973, la Fuerza Aérea de EEUU usó bombas de racimo durante las Guerras de Indochina, en las que se lanzaron 285 millones de submuniciones de racimo estadounidenses sobre objetivos en Vietnam, Laos y Camboya, matando a decenas de miles de personas.
Entre 60.000 y 80.000 bombas de racimo fueron arrojadas sobre posiciones de las fuerzas iraquíes por aviones estadounidenses, británicos y franceses durante la Guerra del Golfo en 1991.
Durante el bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de 1999 contra la entonces Yugoslavia, EEUU y sus aliados utilizaron unas 2.000 municiones de racimo con más de 380.000 bombetas contra las fuerzas de seguridad y la población civil yugoslava.
Según los informes, al menos 25 civiles murieron como consecuencia de los ataques con bombas de racimo durante los tres meses que duró la operación de la OTAN en el ahora desintegrado país.
El Pentágono también lanzó 1.200 bombas de racimo que contenían 248.000 submuniciones en Afganistán entre 2001 y 2002.
En la primavera de 2003, durante las tres primeras semanas de hostilidades en Irak, las fuerzas de la coalición británico-estadounidense emplearon casi 13.000 bombas de racimo que contenían aproximadamente dos millones de submuniciones, y se informó de que algunas de ellas iban dirigidas contra civiles. Además, en abril de 2003, EEUU probó en Irak una nueva bomba de racimo de 500 kilogramos guiada por láser.
Fuente Sputnik
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