La franja de terreno sobre la que se levantaba el muro, se ha convertido en una ruta para bicicletas y muchos de sus fragmentos en monumentos.
Este 9 de noviembre se cumplen 30 años de la Caída del Muro de Berlín, que dividió por casi tres décadas la capital alemana, estableciendo en el país un lado Federal y uno Democrático. El derrumbe de esta división física entre ambos lados significó el fin de la guerra fría.
Luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, Alemania fue ocupada militarmente por los ejércitos de EE.UU., Francia, Gran Bretaña y la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), dividiéndola en cuatro zonas autónomas de ocupación.
En 1949 las zonas de ocupación occidentales se unieron en un nuevo Estado denominado República Federal Alemana (RFA) y para escudarse militarmente crearon la OTAN (Organización del Atlántico Norte). Por otro lado, la URSS creó ese mismo año la República Democrática Alemana (RDA) en su zona de ocupación.
En sus inicios, la aplicación de la nacionalización y planificación de la economía en la RDA permitió un desarrollo industrial y recuperarse de los destrozos dejados por la guerra; junto al acceso general al trabajo, la educación, la salud y una posición más igualitaria de las mujeres.
No obstante, el nivel de desarrollo de la parte occidental, alcanzado gracias al Plan Marshall de EE.UU. (1948-61), con la ayuda económica. EE.UU., era superior.
Para 1961 la RDA construyó el Muro de Berlín de acuerdo con la RFA y las potencias de Occidente, que no querían que los alemanes orientales afluyeran a occidente en busca de “progreso”.
En 1989, la pregunta del periodista italiano Riccardo Ehrman, corresponsal de la agencia Ansa, suscitó una respuesta del portavoz del gobierno comunista de la antigua RDA Guenter Schabowski, que precipitaría la caída del muro de Berlín: «¿Desde cuándo se podrá cruzar el Muro?», a lo que el funcionario respondió «Desde ahora mismo».
La orden que se había acordado era que los permisos de comenzarían a autorizar a partir del día 10 de noviembre, pero un error del vocero fue aprovechado por miles de personas que comenzaron a derribar la muralla con mazas y martillos.
En octubre de 1990 se firmó el Tratado de Unificación que hizo que las cuatro potencias (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética) renunciasen a sus derechos, de modo que se reunificó el país y se constituyó nuevamente como una nación en su totalidad.
¿Cuál fue el impacto de la caída del muro?
El imperialismo alemán deseaba anexarse a Alemania del Este para tener mano de obra más barata, utilizar recursos económicos y mostrarse como líder del continente europeo, aunque sin competir con EE.UU.
La caída del Muro abrió un debate en la izquierda y la mayoría de los partidos comunistas se reconvirtieron en socialdemócratas. Algunos plantearon la consigna de “reunificación ya”, creyendo que más allá de que la unificación se hiciera bajo dirección imperialista, lo importante era que la suma de las dos clases obreras fortalecería al proletariado alemán.
Este cambio tan radical después de casi tres décadas de división impulsó decisivos cambios en el rumbo ideológico, político y económico no solo de Alemania una vez reunificada, sino también de muchos países europeos, así como la disminución de la tensión militar de la zona.
Desde la geopolítica, este trascendental acontecimiento contribuyó al fin del periodo de la guerra fría. En el plano económico, se iniciaron las privatizaciones de empresas estatales en la RDA, y se generaron cuantiosos subsidios para paliar las debilidades en la economía y nivel de vida de los alemanes radicados en la RDA.
Todo ello implicó un periodo de tránsito difícil para las finanzas de la naciente república ya reunificada, pues se elevó la tasa de desempleo y el PIB cayó de manera significativa. Desde el punto de vista militar, se disminuyeron los gastos en esa área, debido a la salida de los ejércitos extranjeros y las representaciones militares en territorio alemán.
Actualmente, la división de los trabajadores alemanes continúa, separada por un muro invisible, donde en la ex RDA reinan la inflación, la desocupación y la diferencia salarial con la parte occidental. Los trabajadores de Occidente venían de sufrir varias derrotas que les permitió a los países imperialistas (sobre todo a GB y EE.UU.) imponer lo que se llamó el “neoliberalismo”.
Algo llamativo durante los días posteriores al derribo, fue que comenzaron a llegar ofertas desde el extranjero, de personas interesadas en comprar los fragmentos pintados del muro, según relata la lingüista e historiadora Anna Kaminsky, autora del libro «Dónde están los restos del Muro de Berlín».
Fuente: Telesur y Rt
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