La ciudad de Temuco se fundó con una campaña militar en 1881 y en 1882 estableció sus primeros solares de ubicación a colonos.
Sin embargo, diversa evidencia da cuenta de la ocupación efectiva del territorio de forma previa a la fundación de la ciudad, acción militar estatal que contravino su propia legislación chilena.
Parte de los hallazgos arqueológicos se relacionan con la cultura pitrén, que va de mil a mil quinientos años.
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A pesar de numerosos antecedentes, prevalece la desprotección de estos espacios, bajo la inacción de una serie de instituciones competentes, así como la constante amenaza a seguir alterando y afectando derechos indígenas y patrimoniales.
Fundación militar contraria a la propia ley chilena
La Ley de 1866, vigente al momento de la fundación de Temuco (1881), denominada “Fundación de poblaciones en el territorio de los indígenas”, establecía en su artículo 6°, inciso segundo: “Para los efectos de este artículo, se reputarán como terrenos baldíos i por consiguiente de propiedad del Estado, todos aquellos respecto de los cuales no se haya probado una posesion efectiva i continuada de un año por lo ménos”.
Se entiende por tierras baldías, aquellos terrenos que no sean ejidos ni propiedad particular ni colectiva, donde no hay trabajos de productividad ni edificación, es decir, donde no hay una ocupación efectiva.
Sin embargo, la fundación militar de la ciudad a nombre del estado chileno, se hizo a base de masacres estatales según consta en numerosas fuentes de historia, espacios que fueron defendidos por una amplia movilización mapuche de diversos territorios, según se desprende, por su característica de sagrado.
Por otro lado, también existen corrientes jurídicas que señalan que las masacres estatales no son fuente de derecho y en el caso de Temuco, existen diversos antecedentes que dan cuenta de la gesta militar sanguinaria sobre terrenos que ya estaban ocupados.
Eltún en el borde Cerro Ñielol:
Numerosos hallazgos registrados en los años 50-60, luego en los 80 y el último en el 2018, dan cuenta que en los pies del cerro Ñielol en la ciudad de Temuco, fue un amplio complejo religioso fúnebre denominado Eltún.
Un estudio sobre sitios, denominado: “ESTUDIO DE SIGNIFICACIÓN CULTURAL E HISTÓRICA BARRIO COILACO COMUNA DE TEMUCO”, barrio contiguo al Cerro Ñielol, elaborado en el marco del Programa fomento y difusión de las artes y culturas de los pueblos indígenas Subdirección Nacional de Pueblos Originarios, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, de agosto del 2021, da cuenta de una serie de hechos.
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El estudio, en primer lugar, considera relevante en su investigación que en la década de los 60 y 80 se realizaron numerosos rescates de cementerios y contextos funerarios en varios puntos de la ciudad de Temuco, destacando la presencia de hallazgos arqueológicos en pleno Barrio Coilaco, a los pies del Cerro Ñielol.
Pabellón de la Araucanía. Una de los últimos desentierros que se identifica, es del año 2018, donde docente y estudiantes de cuarto año de la carrera de Arqueología de la Universidad Católica de Temuco, registran los hallazgos del sitio ubicado en la zona norte del denominado “Pabellón de la Araucanía”, por calle Prat a un costado de la entrada oficial del Monumento natural Cerro Ñielol. Se trata de un hallazgo mixto, de tipo Alfarero Temprano, Histórico y Subactual.
Por su parte, se han registrado destacados hallazgos arqueológicos en el actual Liceo Tecnológico de Temuco, ubicado en Balmaceda #429.
El estudio destaca la descripción de un hecho ocurrido el jueves 16 de agosto de 1984, donde un profesor del Liceo Industrial B-22 de esta ciudad (Hoy Tecnológico), informó al Museo del hallazgo de algunos restos arqueológicos -cerámica y restos óseos– que habían aparecido en trabajos realizados por alumnos dentro del establecimiento.
El hallazgo consistía en un ceramio, con características similares a los encontrados en el sitio Campus Andrés Bello en 1982, asignados al estilo Pitrén. Este se encontraba al lado del cráneo de un individuo sepultado en forma ectada, apoyado sobre su lado derecho, y en posición general S- N, tomando como eje la columna y la mirada hacia el NE.
Cabe hacer notar que el sitio en cuestión ya había sido destacado por numerosos hallazgos de ceramios similares en una remoción de terreno hecho cuando este pertenecía a la Universidad Técnica del Estado. En esa ocasión se retiraron varias piezas que quedaron en poder de dicha casa de estudios.
Actualmente, estos espacios se encuentran amenazados por un proyecto de construcción que viene desde la administración municipal anterior, sin embargo, en el presente, se estaría persistiendo, existiendo una gran preocupación de diversos agentes de la cultura mapuche e intercultural.
De hecho, la comunidad educativa del Liceo y diversas representaciones culturales, académicas, vecinos, fueron parte de la reciente plantación de un Chemamüll, figura religiosa en el eltún, como parte de la proyección de un espacio ceremonial donde hace años hay prácticas religiosas.
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Ñielol 1 y Ñielol 2. Otro antecedente sobre hallazgos en este sector se remonta a una publicación de Américo Gordon en Diarios de Campo del museo de la Araucanía, describe, para la década del 60, dos sitios arqueológicos consignados como Ñielol 1 y Ñielol 2. Sobre Ñielol 1 señala:
“(…) se hallaron varias sepulturas al rebajar el terreno para la plaza de juegos. El material, con cántaros tipo Pitren se halla (sic) en la sede central de la U. Al recorrer el sitio se recolectaron fragmentos de alfarería y esquirlas”. Este sitio corresponde al descrito posteriormente por profesionales del Museo Regional.
El sitio “Ñielol 1” se localiza en las faldas del Cerro Ñielol, separada solo por el Canal Gibbs o Estero Coilaco. Adan y Mera (2011), señalan que la colección está depositada en el Museo Regional de la Araucanía (5 piezas) y en la Universidad de la Frontera (19 piezas que podrían corresponder a un hallazgo anterior), en Temuco.
Se trata principalmente de jarros, botellas, ollas y un “modelado zoomorfo” de mediano grosor (5-7 m.m.), piezas monocromas. Los autores señalan que se trataría de un “sitio de entierro de considerables dimensiones”.
El sitio señalado como “Ñielol 2”, estaría ubicado de calle Lynch hacia el oriente, a los pies del Cero Ñielol y separado por el Estero Coilaco (Canal Gibbs-Gabriela Mistral). Sobre este hallazgo señala Gordon: “Al lado E de la calle y entre el canal al pie del cerro Ñielol algunos artefactos.”
Hallazgo Quinta Santa Elvira, actual Villa Ñielol. Américo Gordon, en la década del 60, denominó otro sitio como “Ñielol 3”. Se trata de un sitio en sector adyacente a Cementerio General de Temuco, por calle Prieto Norte. Hallazgo de urnas funerarias con asociación a Cerámica conocida como “Valdivia”, correspondiente al periodo Alfarero Tardío Prehispánico.
Al respecto Gordon describe el sitio Ñielol 3: “Al efectuar la remoción de tierra (…) el bulldoser pasó por cinco urnas y los cortó y despedazó. Sin embargo, los fondos quedaron in situ. Al revisar el terreno ubicamos una superficie de tierra quemada color rojo, carbón y algunos palos de la construcción de la ruka.”
Este sitio corresponde al descrito posteriormente por profesionales del Museo Regional como “Población Fundo Santa Elvira”. A continuación, se reproduce parte de este informe que describe los hallazgos:
“El lunes 7 de noviembre de 1983, mientras se efectuaban excavaciones para instalar un arranque de agua potable, trabajadores de la construcción encontraron dos urnas funerarias a una profundidad de 70 a 90 cms. Ambas piezas se encontraron fracturadas y una de ella con restos de cerámica en su interior. Se trataría entonces de un sitio de sepultación en urnas funerarias que probablemente fueron más abundantes y destruidas luego por las labores agrícolas. Ambas piezas contenían huesos humanos -según versiones de los autores del hallazgo-, pero éstos fueron destruidos o recolectados por personas del lugar. Sólo se lograron rescatar algunos fragmentos y huesos aislados. Cabe destacar que es el hallazgo de urnas más austral encontrado en la región. Se comprobó que una de ellas presentaba características de cerámica Valdivia (rojo sobre blanco). Es importante hacer notar que años atrás, trabajadores de un lugar cercano arrasaron con varias urnas que se encontraban sepultadas allí. Es probable entonces que estas últimas sean sólo parte de un grupo mayor localizado en el área en particular.
Señalar a su vez, que el sector de emplazamiento de la antigua Escuela Agrícola, actualmente perteneciente al Liceo Pablo Neruda, es mencionado en relatos relacionados con el último levantamiento mapuche de 1881, de ahí su importancia para la historia regional y de la ciudad de Temuco.
Todo este espacio alrededor del cerro Ñielol se relaciona con un espacio fúnebre. También en las inmediaciones en la denominada Avenida Prieto Norte, se identifica una antigua cancha de Palin (palihue) y en MonteVerde, espacios de ceremonia de Nguillatún (nguillatuwe), entre otros.
El estudio del Programa fomento y difusión de las artes y culturas de los pueblos indígenas Subdirección Nacional de Pueblos Originarios, Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, de agosto del 2021, en su estudio señala antecedentes relativos a vestigios en el barrio Coilaco que provienen del período alfarero temprano tipo Pitren (S. IV al XII DC), el alfarero tardío tipo El Vergel (S. XII al S. XVI) y la presencia histórica del pueblo Mapuche en el lugar. Así, por ejemplo, el informe da cuenta de que el actual cementerio general es continuidad de un eltún mapuche preexistente. Entre los episodios relevantes de la historia del barrio que fueron recopilados se cuenta el último Fütamalon mapuche, ocurrido a comienzos del siglo XX.
El estudio indica que la cultura mapuche Pitrén, representa una unidad cultural y cronológica que se ha definido como un complejo datado aproximadamente entre los años 350 a 1100 D.C. correspondiente al Periodo Alfarero Temprano, geográcamente ubicada entre la cuenca del Bío-Bío y el Reloncaví, con presencia en la provincia de Neuquen.
Los cementerios de la denominada cultura mapuche “Pitrén” se emplazaron principalmente en sectores de laderas de cerros o lomas de baja altura en el valle central y la costa, y siempre relacionados con hitos geográficos de relevancia y muy distinto a las características que se conoce hoy de un cementerio, es decir uno al lado de otro.
Cerro Ñielol
Una publicación de 1983 en el Museo Regional de Temuco, de ENRIQUE HAUENSTEIN B; CARLOS RAMIREZ G.; y, MIRTHA LATSAGUE V., señalan al Cerro Ñielol en los 38° 43′ S y 72o 35′ W, al costado Norte de la ciudad de Temuco con una superficie de 89.5 ha, lo que motivó, de acuerdo al Decreto Supremo No 617 de diciembre de 1987, cambiar su denominación de Parque Nacional que mantenía desde el año 1967, por la de Monumento Natural.
“Su altitud máxima es de 322 m s.m, teniendo 115 m s.rn. en su base, con una topografía suavemente escarpada a escarpada. Sus suelos son rojos arcillosos, relativamente ácidos (pH 5.4 – 6.8), con un alto porcentaje de materia orgánica (Lara y P~rada 1983). Derivan de cenizas volcánicas, cuyos orígenes se remontan al pleistoceno. Presentan un primer horizonte de textura franco limosa a franco arcillo”
El nombre del Cerro Ñielol en Temuco, es una toponimia antigua mapuche que invoca una palabra compuesta que indica que, al interior del cerro, existe una gran fuerza o espíritu protector, un Ngen, que es parte de un complejo ceremonial religioso milenario que, de acuerdo con saberes ancestrales, vincula a cuatro cerros distribuidos en amplias zonas, incluido el Cerro Conun Huenu ubicado frente al Ñielol en lo que es hoy la comuna de Padre Las Casas.
En libro “Los primeros habitantes de Temuco”, del antropólogo, Danko Marimán, se señala sobre el Ñielol, que: “es un volcán extinto que “forma parte de uno de los sitios más australes de la formación volcánica efusiva-extrusiva denominada Cordón Huimpil-Ñielol” y que se hace referencia en el plan de manejo monumento cerro Ñielol del 2008, citado en dicho libro.
Libro disponible: “Memoria e historia de los primeros habitantes de Temuko”
A propósito de los ngen que se relacionan con el Ñielol de Temuco, una publicación de María Ester Grebe en el Museo Araucanía de 1983, denominada: “Algunos paralelismos en los sistemas de creencias mapuche: los espíritus del agua y de la montaña”, señala que: “Los diversos ngen parecen integrar una red de interrelaciones que posibilita una percepción ordenada de la naturaleza. En este contexto, se cree que existe una relación estrecha entre los ngen-winkul (espíritu el cerro) y los ngen-ko (espíritu del agua), puesto que el agua nace con frecuencia en vertientes o manantiales situados en cerros boscosos cubiertos de vegetación natural. A su vez, ambas categorías de espíritus se asocian almawida…”.
Los habitantes que ya estaban
Tomás Guevara (1865-1935), fue ex combatiente de la Guerra del Pacífico, profesor normalista y rector del Liceo de Temuco, quien a partir de su trabajo pedagógico y su conocimiento de la realidad mapuche rural escribió varios trabajos importantes y de gran influencia en los estudios etnográficos posteriores, entre ellos, relativos a los primeros habitantes, con diversos testimonios sobre Temuco, que dan cuenta de la ocupación y pre existencia en los terrenos donde se fundó la ciudad.
Por otro lado, el científico, académico y ex director del Museo Araucano de Temuco en 1949, Hugo Gunckel, da cuenta de que la familia colindante al complejo fúnebre del cerro Ñielol, es Lienán.
En una publicación, señala: “Huilío Lienán, dueño de las tierras ocupadas por la Plaza de Temuco (Plaza Aníbal Pinto) y que tenía su ruca donde actualmente se levanta el moderno y elegante edificio del Hotel de la Frontera de propiedad de la Compañía de Seguros La Previsión. Huilio Lienán estuvo casado con Isabel Curamil, hija de Pancho Curamil, otro cacique famoso y enemigo de las autoridades chilenas”.
Lienán fue parte de la resistencia para defender los espacios en Temuco, a quien se le reconoce provenir de un linaje intergeneracional proveniente de Nawelwen, centenario habitante con amplios dominios.
En junio del 2020, se encontró una muralla de ladrillos que podría corresponder a una noria de agua que sería de principios del siglo 19 (O mucho antes), y que fue descubierta en las obras de excavación que se realizan en pleno centro de Temuco, por la reconstrucción del Mercado Municipal que terminó destruido por un incendio en 2016, es decir, en las inmediaciones de donde se identifica la ubicación de la Ruka Lienan en lo que hoy es el centro de la ciudad.
Son varias las familias antiguas que se identifican en terrenos de lo que fue luego la instalación de la ciudad de Temuco, pero contigua al cerro Ñielol y por los diversos antecedentes históricos, se señala a la comunidad Lienán, quien luego de la ocupación militar, fue reducida a un mínimo espacio en los alrededores de la ciudad, con un título de merced en lo que se conoce hoy como la reducción (comunidad), Francisco Huirío Lienán.
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