El otro balance de la elección en Alemania

El Mercurio, tan poco proclive a noticias internacionales, titula hoy con la victoria de la centro derecha en los comicios celebrados el domingo


Autor: Wari

El Mercurio, tan poco proclive a noticias internacionales, titula hoy con la victoria de la centro derecha en los comicios celebrados el domingo. La Segunda, históricamente tan poco proclive a todo lo que huela a europeo, destaca en su editorial el giro hacia la centro derecha en Alemania y otros países europeos, pese a la crisis financiera mundial que, según deja entendido tan sabiamente entre líneas, se suponía marcaría el comienzo del fin del capitalismo salvaje.

Ahá. Desde luego, no es nada nuevo que los tradicionales medios de derecha chilenos busquen, de una manera u otra, presentar noticias internacionales a la luz de sus propias conveniencias. En este caso, gracias a dios, el mercado no ha muerto, y aleluya, la centro derecha puede ganar en medio de una crisis de confianza del sistema. O sea, Piñera presidente.

Para estos medios y la gente que representa es fácil hacer estos parelelos subliminales con Chile. Pero están equivocados en su análisis. Por tres razones.

Primera, la centro derecha alemana es lo que aquí conocemos, más o menos, como los demócrata cristianos. La CDU (Unión Cristianodemócrata) de Angela Merkel no es nuestro RN, y mucho menos nuestra UDI. Es verdad que hubo miembros de su socio menor, la CSU de Baviera (Unión Social Cristiana),  que simpatizaron con Pinochet, pero los gobiernos alemanes de la CDU siempre fueron críticos acérrimos de la dictadura y Alemania fue uno de los pocos países que apoyó financieramente el retorno de exiliados chilenos (sin perjuicio, claro, que muchas de esas platas desaparecieran misteriosamente acá en Chile).

En términos valóricos, la centro derecha alemana, como la francesa, la española, la inglesa, la italiana, es  liberal. Mucho más liberal que nuestra DC. Más liberal incluso que muchos en nuestro PS criollo. Están claramente en contra de la pena de muerte (de hecho, un requisito para la membresía en la Unión Europea es abolir la pena de muerte), la mayoría favorece el aborto, todos apoyan la píldora del día después y fomentan los derechos de las minorías sexuales.

Sin ir más lejos, el jefe del partido liberal alemán (FDP), Guido Westerwelle, que conformará gobierno con la Merkel, es un homesexual declarado. Durante la campaña además se le vio vestir de manera bastante informal: con una camiseta de AC/DC. No es precisamente lo que acá en Chile conocemos como centro derecha.

Segundo, es verdad que la CDU/CSU y el FDP están a favor de bajar impuestos y flexibilizar el mercado laboral para dar un empuje al sector empresarial. Pero esto es en un país que cuenta con impuestos sobre las ganancias empresariales de hasta 50%, donde la salud y la educación son gratis, donde el seguro de desempleo es financiado por el Estado por hasta dos años con casi el mismo salario que se tenía en el último empleo.

Es, en fin, un país que fue pionero en crear un estado de bienestar social. También es el país cuyos profesores, empleados del Estado, ganan lo suficiente como para ser hoy en día el mayor comprador extranjero de inmuebles y terrenos en la Toscana italiana. Sí, ha leído bien. Y no me refiero a profesores universitarios, sino a los maestros de escuelas.

Tercero, y esta es quizás la lección más relevante de los comicios alemanes, la centro izquierda e izquierda logró, en conjunto, casi 45% de los votos. Los socialdemócratas (SPD) obtuvieron 23%, su peor resultado en la postguerra. Los Verdes, que fueron el socio del gobierno de Gerhard Schroeder de 1998 a 2005, lograron 10,7%.

Y tal vez la verdadera noticia sea que La Izquierda (Die Linke), un partido que nació de las cenizas del SED -Partido Socialista Unificado- de la Alemania Oriental, haya alcanzado 11,9% de los votos.

En un momento no era descabellado pensar en un gobierno del SPD, Verdes y La Izquierda. Pero fue la rotunda negativa del SPD (resentida con La Izquierda por el papel fundamental que ha desempeñado en ese partido el ex jefe del SPD, Oskar Lafontaine) la que no permitió hacer una campaña conjunta.

No hay que olvidar que Alemania tiene un sistema parlamentario que fuerza a los partidos a hacer coaliciones. Esta vez a Merkel le alcanzó, pero raspando. La votación de la CDU/CSU (que siempre se presentan juntos, ya que la CDU no tiene representación en Baviera, que es un feudo de la CSU) bajó 1,4% frente a los comicios anteriores.

Fue el éxito de la FDP, con su líder gay y camisetas rockeras, el que permite a la centro derecha alemana retener el poder.

por Víctor Herrero

Periodista


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