El llamado hecho por el excandidato presidencial ecuatoriano, Yaku Pérez, y su partido, el movimiento Pachakutik, para que la ciudadanía votara nulo en las elecciones de este comingo, tuvieron un importante respaldo popular.
Más de 1,7 millones de los votos depositados en las urnas, y que representan un respetable 16,33 por ciento del total, fue computado como nulo, enviando un mensaje de desaprobación a ambos candidatos que participaron en el balotaje.
Esta forma de votar tuvo sus consecuencias. Aquellas 13 provincias donde Yaku Pérez obtuvo mayoría de votos durante la primera vuelta electoral, fueron las que, a la postre, resultaron decisivas en la victoria de Guillermo Lasso.
Yaku Pérez y su partido, Pachakutik, pidieron a sus simpatizantes votar nulo en protesta por lo que consideran un fraude electoral en la primera vuelta del 7 de febrero, cuando después de pasar gran parte del recuento clasificado para la segunda vuelta con Arauz, repentinamente fue superado por Lasso por apenas 32.000 votos.
Los organismos electorales desestimaron sus recursos y peticiones para un recuento de votos en varias provincias del país, incluido el acuerdo alcanzado entre Lasso y Pérez para solicitar el recuento del que el propio Lasso se retractó.
Esta postura fue respaldada recientemente por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), organización que, mediante un comunicado, expresó: «hacemos nuestra postura oficial (…) impulsar el voto nulo ideológico por la unidad organizativa en rechazo al divisionismo y la demagogia coyuntural en elecciones”.
Cortesía de TeleSUR
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