El problema de las haciendas de Calleuque

Calleuque es una calle de Peralillo que comienza en un puente y termina en la copa de agua azul, y destaca por las tres familias hacendadas del lugar: los Valdés, los Tagle y los Foster. Todos emparentados entre sí, por relaciones actuales o pasadas, son quienes configuran las relaciones que existen entre sus habitantes, al igual que la ayuda que reciban sus inquilinos.

Esta situación fue expuesta por varios de los vecinos del sector, quienes dijeron sentirse desamparados ante la respuesta de los patrones. «Nos tiene tirados como perros», señaló un inquilino de Cristián Valdés, ante la impotencia de llevar 24 días durmiendo en una carpa. «Toda una vida trabajándoles y así nos pagan, dándonos la espalda», señaló otro de los asistentes a la reunión con el alcalde, Gerardo Cornejo, en la pequeña escuela rural EG-523 de Calleuque, que recibe a 15 alumnos de 1º a 6º básico.

Las casas derrumbadas pertenecen a los dueños de los fundos, que las facilitaron a los abuelos de los actuales vecinos y estos a sus hijos, quienes reproducen la condición de inquilinaje. La Municipalidad no puede intervenir en sus predios, facilitando mediaguas, por ser recintos privados y los patrones tampoco permiten que ellos las lleven. La solución que plantean es reparar las casas y volver a vivir ahí. Sin embargo, los catastros y evaluaciones técnicas proyectan que es imposible habitar la gran mayoría.

¿DE QUIÉN ES LA RESPONSABILIDAD?

Gerardo Cornejo, por su parte, señaló que el dueño del inmueble es quien determina la restauración o demolición de la casa dañada. «Trataré de hablar con los empresarios de la zona, pero corresponde a ellos la decisión», precisó el alcalde, ante las preguntas de algunos asistentes.

Esta condición evidencia una sensación de vacío para los habitantes de la zona, quienes están a expensas de lo que piense el patrón, situación que recuerda pasajes de la historia de Chile, de hace 50 años atrás, cuando no se pagaba a los trabajadores y sólo se hacía tratos de inquilinaje a cambio de techo y comida.

Desde el Movimiento Unitario Campesino y Etnias de Chile, Mucech, señalan que es competencia absoluta del alcalde el velar por las condiciones de su comuna «por algo son la máxima autoridad». Agregan que la Municipalidad debe asumir a través de una visita de la asistente social y alertan sobre posible despidos de los patrones en estas situaciones, aduciendo razones de la empresa.

PATRONES Y ORGANIZACIÓN VECINAL

No todos, sin embargo, han tomado esta actitud. Esta es la quinta generación de «Valdeses» que reside en la misma hacienda desde 1886, después de que fuera comprada a los jesuitas. Elías Valdés, quien vive en la antigua casa patronal, señala que sus trabajadores están bien. «Por lo menos los que trabajan aquí de planta, el problema puede ser con los que vienen de afuera», señala respecto a las facilidades que ha otorgado para reubicarse y obtener viviendas. Pero de los otros seis hermanos Valdés no hay evidencia de que estén apoyando a sus trabajadores.

Según Carmen Pino, dirigenta vecinal por más de 11 año de la Junta Los Pequenes, «la ayuda está llegando por los caminos principales, pero los que están hacia adentro no les llega nada». Agrega que hay algunos patrones que no están dejando que entre la ayuda y se debe, en gran medida, a la falta de organización de los vecinos, según relata. «La junta de vecinos no ha funcionado bien», puntualiza como un problema que surgió durante la emergencia.

En este sentido, desde Mucech, señalan que es imprescindible la organización vecinal en estos casos. «Es necesario que los vecinos se unan y organicen, a través de un sindicato o algo así, para que denuncien y tomen medidas», dicen en cuanto a las complicaciones de acceso a la ayuda que han enfrentado los inquilinos de Calleuque.

Por Leonel Retamal Muñoz

El Ciudadano