El pueblo chileno no es de derecha

El resultado de la elección del 17 de enero no se debe interpretar como un giro a la derecha del pueblo chileno, puesto que votó por Piñera sólo como una forma de sacar a la Concertación del poder, precisamente porque se había derechizado demasiado y no mostró en la campaña ningún interés en querer cambiar […]


Autor: Wari

El resultado de la elección del 17 de enero no se debe interpretar como un giro a la derecha del pueblo chileno, puesto que votó por Piñera sólo como una forma de sacar a la Concertación del poder, precisamente porque se había derechizado demasiado y no mostró en la campaña ningún interés en querer cambiar ese rumbo. No es la derecha que ganó sino que es la Concertación que perdió. No se votó por Piñera sino contra la Concertación. Aunque parezca un juego de palabras no lo es, porque ya en las próximas elecciones municipales del 2012, quedará demostrado que el pueblo chileno no es de derecha, porque volverá a votar mayoritariamente por los partidos de centro y de izquierda.

Otra prueba de que el pueblo chileno no es mayoritariamente de derecha, es el hecho que la derecha no había ganado una elección presidencial desde 1958, cuando Jorge Alessandri fue elegido Presidente pero sólo con el 36% de los votos. Si en ese tiempo hubiera existido la segunda vuelta, la derecha tampoco habría ganado. Treinta y cinco años después, esta derecha era aún más minoritaria, ya que en diciembre de 1993, a solo 4 años de restaurada la democracia, Eduardo Frei arrasó en primera vuelta con el 58% de la votación, y a ello se debe agregar que otros 3 candidatos de izquierda sumaron 11,4%. Es decir el centro y la izquierda sumaban casi el 70% del electorado, mientras que los 2 candidatos de derecha alcanzaron apenas el 30,5% de la votación. No se puede decir entonces que el pueblo chileno sea de derecha, como hoy sacan conclusiones alegres algunos interesados analistas de la elección del 17 de enero.

La Concertación llegó  al poder en 1989 con un programa que prometía alegría y cambios profundos no sólo a la economía sino que a la forma de vida y valores que había impuesto la dictadura,  y eso explica que 4 años después, en 1993, Frei haya ganado en primera vuelta con el 58% de los votos. Era tal el dominio que tenía la Concertación sobre el electorado que seguramente pensaron que podían hacer y deshacer sin esperar sanción, porque la derecha no representaba ningún peligro y menos aún la izquierda extraparlamentaria. No es el pueblo, sino que los partidos de la Concertación que viraron a la derecha. Exaltaron el individualismo, “el cada uno mata su toro”, el “emprendimiento” y los negocios e incluso los negociados. Ya no había que regirse por valores, solo contaban los precios. Todo esto es cultura de derecha que la misma Concertación se encargaba de propagar. Y  tanto va el cántaro al agua… DE LA DERECHA, que finalmente votar directamente por políticos de derecha ya no asustaba a la mayoría de nuestro pueblo, y sobretodo a los jóvenes. Pero lo que no tuvieron en cuenta los dirigentes de la Concertación, es que  ellos mismos le enseñaron al pueblo chileno a no temerle a la derecha, inculcándole y difundiendo una cultura de derecha. Banalizaron las políticas de derecha, las hicieron inocuas, no peligrosas, normales…

Pero la Concertación no solo se encargó de producir este cambio cultural hacia valores de derecha, sino que su política económica plasmó esos valores en proyectos de ley que renegaban totalmente de lo que había sido el programa que la Concertación le prometió al país en 1989 para derrotar a la dictadura. Habían prometido recuperar las empresas que habían sido privatizadas por la dictadura a precio de huevo, sin embargo hicieron todo lo contrario, no solo no recuperaron nada de lo ya privatizado, sino que en pleno consenso con la derecha, privatizaron, y también a precio de huevo, todas las centrales eléctricas que aún estaban en manos del Estado, privatizaron los puertos, las sanitarias, las carreteras y calles de nuestro país, e incluso privatizaron el subsidio o seguro de desempleo. Y para poder justificar las privatizaciones, se desprestigió al Estado como absolutamente ineficiente en la administración de empresas. Se sostuvo hasta la saciedad que el Estado no era capaz y no debía administrar empresas. Es más, HOY EN ENERO DE 2010, en perfecta unidad con la derecha, y aún después de la derrota de este domingo, se aprestan a aprobar la ley para privatizar el mar. No estamos hablando de un lejano pasado privatizador, sino que es hoy incluso después de la derrota del domingo que se está privatizando el mar, bien nacional de uso público que pertenece a todos los chilenos. Y es esta ideología de derecha que durante años la Concertación popularizó e hizo suyas, y es esta banalización de las ideas de derecha que hoy le sirvieron a la derecha para quitarle los electores que la misma Concertación educado para votar por la derecha.

Y lo que hicieron con el cobre sencillamente no tiene nombre. En 1971, después de décadas de lucha de la izquierda y de demócratas cristianos como el visionario Radomiro Tomic o Frei Montalva, se nacionaliza el cobre por la UNANIMIDAD del Congreso Nacional. La dictadura se negó a volver atrás en la nacionalización, por el contrario, desde 1974 hasta 1989, aumentaron al doble la producción de Codelco, sin embargo, es la Concertación que a partir de 1990, en pleno consenso con la derecha, aprueba leyes para que las mineras extranjeras no paguen impuestos en Chile y es así como se inicia la desnacionalización nuestro cobre, que se expresa en que las transnacionales hayan aumentado en 14 veces su producción entre 1989 y 2010. No puede haber una política más representativa de la derecha que la entrega de nuestras riquezas naturales a empresas extranjeras, pero son los gobiernos de la Concertación que lo hicieron.

Con todas estas políticas de derecha que la misma Concertación se encargó justificar y de defender ante el pueblo chileno, este le fue perdiendo el miedo a que la verdadera derecha llegara al poder.  El pueblo aprendió la lección que le enseñó la misma Concertación: las políticas de derecha son buenas, y de esa manera no era difícil concluir que los políticos de derecha no pueden ser peores que los de la Concertación. Y ese es el paso que muchos chilenos dieron este domingo, pero esto no quiere decir que este pueblo se haya vuelto derechista. Todo lo contrario, es por haberse derechizado demasiado que el pueblo quería sacar a la Concertación del poder, y al no existir fuerza de izquierda que pudiera hacerlo, no le quedaba otra solución que votar por la derecha, así como hace algunos años el pueblo mexicano votó por la derecha con tal de sacar al PRI del gobierno, por su exacerbado clientelismo y derechización. Sin embargo hoy, todas las encuestas anuncian que un PRI renovado está de vuelta y derrotará a la derecha en las próximas elecciones presidenciales.

En Chile pasará  lo mismo. A Piñera no le sucederá otro gobierno de derecha, precisamente porque el pueblo chileno no es de derecha y volverá a buscar una alternativa de centro o de izquierda, sobretodo cuando más de 3 millones de electores se incorporarán al padrón. Pero eso no quiere decir que esa recuperación podrá ser encabezada por los mismos políticos de la Concertación que le pavimentaron el camino a la derecha, y más encima lo pavimentaron mediante licitación a privados.

Por Julián Alcayaga O.

Economista


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