Este artículo obedece a un análisis que no es fácil de hacer cuando uno en cierta forma pone en juego la idea de ser siempre consecuente, pero se circunscribe a una trayectoria del acontecer político un tanto especial en el cual las decisiones hay que supeditarlas de manera inevitable a como se suceden los hechos por sobre el pensamiento de larga data, sin caer en una resignación que en ocasiones es un estado esperado de conducta de los ciudadanos, a veces vale la pena un breve alto y dar paso a una transformación histórica que puede traer enormes beneficios para el futuro.
En una canción Alfredo Zitarrosa decía “no hay revoluciones tempranas, crecen desde el pie”. El país político no es la base para grandes transformaciones que a la fecha no se han dado y en el cual hay que apelar a cuestiones mínimas factibles para el corto plazo. Un presente con un candidato de la Izquierda, otro de la Concertación y un tercero de la Alianza no daría lugar a las reflexiones siguientes, pero en circunstancias distintas hay que tener en cuenta otros factores determinantes para el devenir de la nación.
En documentos anteriores he partido haciendo alusión al tiempo que falta para las elecciones de diciembre, conservando el mismo estilo, en la actualidad ya podemos hablar que faltan sólo semanas y todo indica que el paso a segunda vuelta será inevitable. Es en este contexto y bajo una mirada que el 13 de diciembre por primera vez se pone en juego una posibilidad más cierta de abrirle el paso a uno de dos candidatos para seguir hacia el mes de enero de 2010 compitiendo con el candidato de la derecha, es que se realiza el análisis siguiente y que hace repensar estrategias planteadas hace algunos meses a lo cual nos ha conducido la forma en que se ha ejercitado la política post dictadura.
Lo que sí se ha mantenido constante es que el proceso político en esta oportunidad ha sido muy dinámico con rasgos de algo impredecible. A esta altura cada candidato de una u otra forma ha exteriorizado su pensamiento dando a conocer líneas para un eventual gobierno, claro está que dentro de un ámbito tradicional en el sentido de prometer cosas que se sabe que no siempre resultan tan ciertas, sobre todo cuando en ocasiones prácticamente se deben vestir con “ropa distinta a la habitual” para entrar en competencia. De los programas habrá que separar aguas entre los aspectos que son de “ejecución directa” y aquellas cuestiones que dependen de “mayorías parlamentarias” y su viabilidad será clara ya el día 14 de diciembre, por cierto la institucionalidad trazada por la dictadura y acatada después, se compone de reglas muy precisas de cosas que no se pueden hacer.
Como ciudadano del mundo independiente pero con mucha valoración de la política, que no implica necesariamente la inclusión partidaria, tengo algo pendiente que son las ganas de vivir en un país mejor que se desprenda de trabas que nos han mantenido atados por largos años a características sociales que hacen que en forma reiterativa se escuchen alusiones contra la desigualdad, pero a pesar de ello no se entiende que para su abolición se debe remover la relación económica dispar existente entre las personas y tiene que haber un movimiento en las situaciones de unos y otros, salvo que se produzca un hecho casi imposible el cual es que estemos en un país en que el recurso sea prácticamente ilimitado.
Es indudable que habiendo 4 candidatos de los cuales sólo uno será el próximo Presidente, hay una preferencia “ideal” por pensamiento, hacia uno de ellos. Paralelamente se hace presente el desagrado profundo de que otro alcance ese cargo, y aquí hago eco de las palabras del ex Presidente Lagos en cuanto a que quienes rodean a Piñera eran parte de los cercanos a Pinochet y algunos tenían el rol de ser sus colaboradores directos, ello no se olvida y tiene la implicancia de una repercusión en los problemas del Chile actual ya que se han insertado en la administración de los sistemas de carácter privado de los ámbitos de la salud, previsión y educación.
Por otra parte si en el país se hubiera desarrollado un pensamiento político de alturas, con un deseo de producir un transformación social no centrada en el individualismo, con acciones que hubiesen resultado en erradicar desigualdad con el ataque a causas basales, con la convicción de que la Educación se debía estructurar en un proyecto bien cohesionado que después de un tiempo ya debería contar con manifestaciones favorables para el desarrollo de las personas y sin transformarla en un negocio, la realidad es que estaríamos en un escenario en que las propuestas programáticas serían distintas y no reincidentes en las temáticas de elecciones anteriores, estaríamos con un conglomerado de izquierda más numeroso disputando los tercios en los comicios electorales. Sin embargo, estamos en una situación en que coexisten dos fenómenos: un Presidente de Izquierda al país le queda grande por que sus habitantes carecen de una madurez política y la izquierda no ha podido “encantar” al pueblo o a los ciudadanos, da lo mismo como se le llame, aunque los principios de la izquierda tienen una riqueza humana considerable y van a la raíz de los problemas que se viven hoy en día. Lo anterior se produce por la falta de una postura de unidad que permita enfrentar tareas de criterio común que perfectamente serían abordables en un período de gobierno de cuatro años y que al complementarlas con beneficios que trae el aproximarse a una sociedad diferente permitirían su permanencia a largo plazo. De todos modos la responsabilidad en este aspecto no es atribuible en toda su magnitud a este sector político, sino que tiene su origen en la forma en que la dictadura militar aniquila la participación ideológica y posteriormente en la manera en que han actuado los gobiernos de la Concertación que una vez instalados en el poder perdieron el Norte de los ideales, conservando de antaño sólo el nombre de los partidos pero no el fondo. Al respecto creo que la mayor valoración para un político es su consecuencia en el tiempo sin que culpe a la transformación del mundo como gravitante en su pensamiento o que sea el dinero la causa del viraje en las ideas, el mundo lo construyen las personas y no al revés.
Para no apartarse del tema eleccionario, como ya se ha mencionado con un escenario diferente a ocasiones anteriores, por primera vez se rompe la situación, con excepción de la elección del año 1989 que tenía una connotación especial, en que la Concertación se cree como único referente válido en oposición a la derecha y que el voto por la izquierda representa una manifestación de descontento, que finalmente al menos en las dos últimas elecciones, acude al rescate para que ese sector siga gobernando, transformando la política en una situación de naturaleza binaria, con un sabor amargo de escoger lo menos malo de entre lo malo.
Luego del término de la dictadura Chile era un país de mucha esperanza, la imaginería de esa época habría proyectado un país muy distinto al actual si es que se hubiese trazado una recta que apuntara al 2009 y con mayor razón al bicentenario, pero se impuso por sobretodo un estilo conservador de las directrices fijadas por el gobierno de los militares que con el tiempo fue sumando herederos.
El conglomerado gobernante en los últimos 20 años paulatinamente fue restando fuerzas, tanto en su componente político como también en el no inmutarse por la escasa participación política de los jóvenes que en su mayoría se encuentran totalmente desvinculados de estas materias. Sin lugar a dudas si los últimos gobiernos hubiesen sido buenos, habrían aglutinado en su entorno a muchos jóvenes con un gran número de inscritos en los registros electorales. Más aún en temas de importancia considerable como lo es la Educación, hacen alianza con la derecha y es sabido que cuando la derecha queda contenta con algo y aporta con su aprobación, la esencia del acuerdo les favorece. Contradictoriamente en tiempos eleccionarios, Concertación y Derecha son grandes enemigos.
La situación descrita produce un fenómeno especial y es que los tres candidatos contrincantes de Piñera provengan de la Concertación no siendo un hecho menor, se agrega que dos de ellos disputan la posibilidad de un paso a segunda vuelta. Luego el voto independiente que otrora fue voto duro de la izquierda, hoy en día se ve enfrentado en primer lugar a que su candidato natural no tiene posibilidades de llegar a ser Presidente y el actuar de la Concertación en diferentes ámbitos presenta deficiencias con situaciones por decir lo menos indeseables. El hecho más latente en el año de las elecciones es la forma en que se levanta el candidato Eduardo Frei en su representación de la sexta y séptima región. Posteriormente en el proceso de campaña hay cuestiones que bordean lo no creíble y la acción retardada sacando temas que dan la sensación de que recién “viene amaneciendo” en cuestiones que se deberían haber abordado antes. Hay una frase que expresa que no se debe llorar sobre la leche derramada, pero en este caso no aplica, es preciso llorar y no seguir derramando leche. Se supone que quienes nos gobiernan deben actuar bien, con planificación y medidas correctas, salvo imponderables derivados de catástrofes naturales. No hay ninguna justificación en un diseño deficiente del Transantiago, en no haber desarrollado un Proyecto Educativo de importancia liderado por una persona idónea, mantener las estructuras del Sistema Previsional y de Salud creado en época de Pinochet y administrado por sus antigüos colaboradores, textualmente frente a las propuestas del Obispo Goic en relación al sueldo ético se aplicó la frase “no se oye padre”, los Ferrocarriles del Estado nunca se reactivaron. Sólo se aprecian medidas en el último gobierno de medidas tangenciales en lo social, dejando de lado la valoración del trabajo con sueldos dignos que deberían estar representados en cifras precisas y que no deambulen por el aire al estilo del candidato derechista. El problema medular es con cuánto dinero vive una persona en forma digna.
La visión anterior nos lleva a identificar un estilo de autoridad gubernamental que tuvo un viraje en relación a las concepciones que tenían cuando se formaron como lideres políticos, aparte de notar estilos de autoridad no tolerantes a los movimientos sociales y pensar que los grandes temas se van a resolver en torno a una mesa, lleva aparejado no reconocer la forma en que se va haciendo la historia del país. Además, en un conglomerado tan multifacético y un tanto desmoronado, es imposible no pensar que en su interior hay personas de derecha que se dieron cuenta con el tiempo que el modelo proveniente de la dictadura no estaba en riesgo. Como proyección de la continuidad de un quinto gobierno de la Concertación, y en relación a los equipos de trabajo del actual gobierno, veo que a lo menos hay tres Ministros y otras personas de cargos inferiores que nunca tuvieron una concepción antidictatorial y sin embargo han sido parte de cuotas de poder y defensores de intereses creados.
Otro hecho que me llama la atención es como el candidato Frei repite la frase que se necesita “más Estado”, dado que esa era una cuestión obvia pero hace 20 años atrás, lo mismo ocurre con reflotar desde su coalición el tema constituciona. Si se otorga un período de gracia a la Concertación sobre muchas propuestas de campaña cabría la interrogante de porqué no su ejecución en los últimos 10 años y recién ahora se esgrimen como metas del próximo gobierno. Claramente las promesas de campaña deben ser de amplio espectro para captar apoyo transversal, pero un hecho reciente como lo es la colusión de las farmacias demuestra un continuó de un Estado ausente y superado por un privado muy presente, siempre se ha sabido que en Chile se instauro desde los militares la ausencia de regulación y se aumentó la supremacía del poder económico.
Intencionalmente deje para el final la referencia a la candidatura de Marco Enríquez, ya que vislumbro en su persona una preocupación real por el tema educacional desde sus raíces, no es destructivo con avances que indudablemente se han logrado en los últimos 20 años y claramente va en una dirección que refuerzan una teoría que visualizaba desde hace algún tiempo en cuanto a la necesidad de un by pass en la política. Como valores adicionales creo que es realista en cuanto a que no puede proponer un cambio en el Sistema Económico, aunque a un plazo mayor veo que un puente de transformación que lleva hacia ello es la población con un alto nivel de Educación que necesariamente se tornaría más exigente, menos resignada y con valoración al verdadero sentido de vivir en un Estado de justicia social, que sí no se parte por reforzar la Educación nunca se logrará. Aunque Marco Henríquez no lo exprese, hay cosas que después vienen por añadidura y se tornan inevitables, sin lugar a dudas las dificultades que conllevan un sistema económico como el actual el próximo gobierno cualquiera sea quien llegue a La Moneda, no se van a resolver, pero si se tiene una visión sistémica siendo una nación “un sistema mayor”, los cambios que se logren en uno de los subsistemas, necesariamente repercuten en otros, y por efectos de una concepción relacional se van logrando transformaciones que fluyen de manera natural.
Respecto a la Izquierda creo que en esta oportunidad no se trata de una cantidad mayor o menor de votos, sino que dirimir si para un proyecto futuro de un mejor posicionamiento de sus ideas se avanza más hacia los jóvenes y a un país mejor con la continuidad de la Concertación o con Marco Enríquez, para estas elecciones tengo un mayor convencimiento por la candidatura Independiente y también me hace colocarme en un escenario de otro análisis de hace algunos meses en que veía que después de estas elecciones aparecería un nuevo referente, aunque sí tengo que reconocer que el reparto de actores no era exactamente el mismo que el actual.
Con un espíritu democrático, en lo inmediato me parece que el apoyo al Juntos Podemos hay que volcarlo hacia sus parlamentarios. Es conveniente iniciar un período de transparentar este tipo de ideas como las expresadas en estas líneas y que se relacionan con la realidad que vivimos. Ciertamente un factor muy influyente en esta visión ha sido la forma en que la Concertación como gobierno ha encarado los últimos conflictos sociales en que se ha hecho sentir el estilo de “colaboradores de confianza” que indudablemente no se han sumado a la campaña y mantienen el grado de obcecados con que se han dado a conocer desde el interior del gobierno y que nos lleva a un momento en que ya no se puede hacer nada para revertir un accionar errado. Hace un rato (15 de noviembre) escuchaba al Ministro de Hacienda en un programa de televisión en que se refería y desconocía la deuda histórica de los profesores, señalaba para avalar su postura los pronunciamientos de la Contraloría y los 41 fallos de la Corte Suprema, sin embargo, lo que no considera el secretario de Estado es que este es un tema enraizado en el período de la dictadura y que vislumbraba tareas para la democracia, en cambio, la Contraloría y la Corte Suprema deberían haberse pronunciado a lo largo de su historia sobre la inconstitucionalidad del régimen que impero entre los años 73 y 89 donde se produce una descomposición del país. En relación a esto último veo que en el equipo de gobierno actual las sensibilidades humanas difieren enormemente entre unos y otros, invitó al Ministro de Hacienda a que revise la evolución que tuvo el gremio de los profesores desde los años 60 hasta el 73 y ahí descubrirá la magnitud del golpe dado al magisterio durante el gobierno militar, la forma de descalificar un movimiento gremial creo que ni siquiera es compartido por la Presidenta y lo asocio más al estilo de la autoridad de Educación representado en la Sra. Jiménez, que por cierto ese tipo de autoridad debería erradicarse de los futuros equipos ya que introducen riesgos para los gobiernos y no aportan al país. Objetivamente la Concertación fue entrando durante este año sucesivamente en un actuar que cuesta imaginarse cómo en forma simultánea persigue captar apoyo para las elecciones de diciembre, ciertamente con esta vista al gobierno no se le puede acusar de intervención electoral.
El momento actual nos hace dar un paso para romper con la inercia en la política, producir un remezón y aprovechar la oportunidad de entrar en una etapa de recapitulación y medidas a ritmo acelerado en un próximo gobierno. Quienes puedan aportar por un Proyecto educativo que lo hagan, quienes tienen la convicción de una nueva Constitución que inicien la redacción para dar sentido a propuestas al momento en que se acuerde una Asamblea Constituyente u otro mecanismo para abordar el tema y así ir construyendo entre todos esas ideas grandiosas que se han exteriorizado durante la campaña, no es necesario estar en el gobierno para aportar para el país, ello debería ocurrir desde cualquier lugar y en todo momento. No se trata de un llamado a tener gobiernos paralelos sino que el futuro se debe construir con hechos y generando condiciones para disponer de propuestas cuando se presenten condiciones para transformar la sociedad sobre un terreno plagado de avances y no a partir de un punto cero. Cuando hay signos que hacen manifiestos síntomas de agotamiento, desaciertos y divisiones, se debe dar lugar a algo nuevo a lo cual no se le puede hacer el quite ya que recomponer puede resultar más costoso y sin posibilidades de llegar a buen puerto. No hay confiabilidad en un próximo gobierno de un sector en el cual paulatinamente ha mostrado una “fuga” de parte de su clase dirigente que nutren las tres candidaturas no oficialistas, la Concertación no puede negar que el año 2009 ha tenido que convivir con serias dificultades internas, luego cabe la interrogante ¿será conveniente para el país dar apoyo a un sector que tiene la casa un tanto desordenada?
Obviamente gobernar no es fácil y el movimiento social es inherente a una sociedad educada, una sociedad viva y que exige derechos, la vida es breve en relación a los siglos que tiene la historia y se debe incentivar a que todos los seres humanos tengan cabida en las decisiones como personas activas y no como entes pasivos sujetos de discriminación. La calidad, dignidad, igualdad de oportunidades, entre otros, son conceptos que requieren urgente de precisión al momento de iniciar un nuevo gobierno, los supuestos y slogan no resuelven nada, es conveniente que cada uno se ponga en la balanza y con honestidad diga cuánto pesa en relación a estos términos que al escucharlos suenan interesantes. O es que acaso son algunos más merecedores de calidad que otros y el monto actual del sueldo mínimo representa la condición de dignidad esperada.
A pesar de este análisis de la realidad inmediata, pienso que la Izquierda es un buen aporte para el país y debe consolidarse trabajando en el eje programático de la elección, que la Concertación en su conjunto no lo ha hecho bien y de a poco se ha desmoronado, y un gobierno de derecha sería muy inconveniente para la mayoría de los chilenos. Estos son los puntos clave que deben estar presentes en la decisión del 13 de diciembre y del domingo 18 de enero en que se llevará a efecto la segunda vuelta, por cierto la posición habría sido diferente si la competencia presidencial se hubiera circunscrito sólo a 3 candidatos, ciertamente el panorama político no es el que se habría esperado hace un año lo cual es bueno y ciertamente al cual no estábamos acostumbrados.
El espíritu de este artículo es aportar con una visión que trata de transmitir otra forma de ver la elección de manera menos apasionada y con objetividad, los deseos de contar con un país justo y aunque el tiempo para la elección es breve también aportar con elementos para la discusión que siempre son de importancia. Para algunos el concretar sus ideas está más cerca, para otros es conveniente efectuar retroalimentación y para la mayoría del país un gobierno de derecha es nefasto. Porqué no volver a lucha por ideas determinadas en pro de un país diferente donde impere un pensamiento que lleve a un estilo de vida justo y racional para todos los seres humanos.
Finalmente me parece que dado lo especial de estas elecciones en que el contrincante de Piñera de segunda vuelta requerirá más que unos puntitos porcentuales, es conveniente pasar por alto Navidad y Año Nuevo otorgando atención especial a refrendar acuerdos de cara al país que pueden pasar por fusionar programas si fuese pertinente y trazar una carta de navegación conjunta entre todos los sectores que estiman que el candidato de la derecha bajo ninguna forma puede llegar a ocupar el sillón presidencial. Decididamente se debe marcar la diferencia entre las conductas erradas de casi 20 años de gobierno con las proyecciones de futuro y dimensionar que estos últimos meses no han sido muy auspiciosos para sectores que en condiciones diferentes acudirían a las urnas a dar el apoyo sin mayores reparos.