El jueves 16 de marzo, la Cámara Nacional Electoral de Argentina oficializó el calendario para los comicios de este año: las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) serán el 13 de agosto, las generales el 22 de octubre, y una eventual segunda vuelta presidencial el 19 de noviembre.
En las elecciones nacionales se elegirán presidencia y vicepresidencia, 43 parlamentarias y parlamentarios del Mercosur, 24 de 72 representantes del Senado, 230 de los 257 diputadas y diputados, 21 de las 23 gobernaciones provinciales, además de la jefa o jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
PASO
Para las PASO, el tribunal electoral dispuso el 24 de junio para presentar listas de precandidatas y precandidatos a las elecciones, y el 2 de septiembre para cumplir con las presentaciones de listas de candidatas y candidatos proclamados.
Debates presidenciales
Asimismo, entre el 1 y 8 de octubre serán los debates presidenciales. Y, en caso de balotaje, habrá otro el 12 de noviembre.
Argentina elige rumbo
Ya oficializado el calendario electoral, tanto en el oficialismo como en la oposición se empiezan a mover los diversos sectores para buscar las fórmulas para disputar los votos con los que Argentina decidirá si junto al peronismo sintonizará con la oleada progresista del continente -reforzada con la victoria de Lula en Brasil, Petro en Colombia y Boric en Chile-, o preferirá los recortes neoliberales de Juntos por el Cambio (JxC) de Macri o de La Libertad Avanza de Milei.
Es importante señalar que en Argentina el voto es obligatorio para mayores desde los 18 hasta los 70 años de edad. Pero desde los 16 años y después de los 70, se puede ejercer ese derecho de manera voluntaria.
40 años de democracia
Este 24 de marzo se cumplen 40 años de la recuperación de la democracia tras derrocada la dictadura encabezada por las juntas militares que cometieron crímenes de lesa humanidad en el país entre 1976 y 1983.
Actualmente, existen nuevas formas de atentar contra la democracia, con el acoso mediático, la guerra judicial (o «lawfare»), el intento de femimagnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner –como lo definió el Comité de Expertas de la Convención de Belém do Pará de la OEA– que buscó su aniquilamiento físico; y, ahora, con la proscripción, que busca su aniquilamiento político. Estos son los llamados «golpes blandos», que no sólo afectan a una candidata en particular, sino que a toda la sociedad.
Guerra judicial (o «lawfare»)
Como se señalaba, para el oficialista Frente de Todos, las elecciones han estado marcadas por una guerra judicial contra la actual vicepresidenta y candidata favorita a la presidencia, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), quien ha sido recientemente condenada por el Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Sin embargo, la inhabilitación aún no tiene efectos y Fernández de Kirchner hoy podría ser candidata.
Una campaña de odio permanente en los medios oligárquicos, agresiones a su sede parlamentaria y hasta un intento de femimagnicidio son parte de una campaña de odio y violencia política permanente contra contra la vicepresidenta Fernández.
Oficialismo
La discusión interna no se ve fácil en el peronismo. Por lo pronto, CFK ha señalado que no se presentará a elecciones, el actual presidente de Argentina, Alberto Fernández, no se ha manifestado sobre una posible reelección, mientras suenan nombres como Sergio Massa, Eduardo «Wado» de Pedro y Juan Grabois como posibles precandidatos.
Oposición
Asimismo, la oposición también se encuentra dividida, entre Juntos por el Cambio con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta; Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica; Gerardo Morales de la Unión Cívica Radical; y el frenético ultraderechista, Javier Milei, entre otros.
El escenario está abierto en ambas coaliciones donde aún no hay definiciones, lo cierto es que estas elecciones no solo serán trascendentales para Argentina sino también para el resto del continente.
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