Los que piden no acudir a las mesas podrían ser aún más. Por el momento, uno de cada cuatro de los cerca de 82.000 ciudadanos que han sido elegidos en el conjunto de Cataluña para ser presidentes o vocales de las 9.117 mesas electorales para las elecciones del 14 de febrero, no quiere acudir a pesar de poder incurrir en un delito grave.
A pesar de que la Generalitat no cesa en sus esfuerzos para asegurar que las elecciones que se celebrarán el próximo 14 de febrero son tan seguras como hacer cualquier actividad cotidiana como ir al trabajo o al supermercado, no para en la comunidad el número de peticiones de personas que han pedido ser eximidas de formar parte de una mesa electoral.
La cifra ha crecido de manera preocupante en los últimos días y ya suponen un 25% del total de 82.251 ciudadanos que han sido convocados en alguna de las 9.117 mesas electorales distribuidas por toda la región. La mayoría ha alegado motivos médicos en plena tercera ola por la pandemia y el miedo al contagio. Sin embargo, deberán presentar un informe médico facultativo que acredite su solicitud.
La ley española es muy estricta con el cumplimiento del deber de los miembros de la mesa electorales en una jornada electoral. Son nueve miembros por cada mesa (un presidente y dos vocales, con dos suplentes para cada puesto), y son elegidos por sorteo. Deben presentarse en el colegio electoral puntualmente y si no lo hacen incurren en un delito castigado con penas de multa o incluso podrían ir a prisión.
La formación de estas mesas compete a los ayuntamientos de cada localidad, y los miembros de mesa deben ser mayores de 18 años y menores de 70 y deben saber leer y escribir. Cualquier ciudadano que quiera quedar eximido de esta responsabilidad debe presentar un escrito formal a la Junta Electoral alegando los motivos por los cuales piden ser liberados y deberán entregar toda la documentación pertinente que acredite su solicitud en los siete días siguientes a recibir el comunicado oficial de que deben formar parte de la mesa.
La Junta de Barcelona, ante esta situación insólita, ha pedido asesoramiento forense y contará con médicos que determinarán hasta que punto las solicitudes de los ciudadanos alegando causas médicas derivadas de la pandemia para eludir sus responsabilidades el día de la votación, son verídicas o forman parte de un alud de cierta picaresca debido a la situación de emergencia sanitaria.
La situación está llegando a un nivel de preocupación tal que el presidente de la junta de zona de Barcelona, Santiago García, ha propuesto que se cuente con voluntarios para no obligar a nadie a estar en las mesas electorales en contra de su voluntad.
El gobierno dice que votar es seguro
El Ejecutivo catalán abrirá los colegios electorales en su horario habitual, de 9h a 20h, pero para garantizar la seguridad de los ciudadanos ha recomendado franjas horarias para los diferentes colectivos y evitar así aglomeraciones y que no coincidan los sectores más vulnerables con personas más jóvenes y no incluidas en grupos de riesgo. De esta manera, se ha pedido a las personas mayores o de riesgo que vayan a votar de 9h a 12h, a los demás de 12h a 19h, y se ha reservado la última hora para las personas que hayan estado en contacto con un positivo de COVID y estén guardando cuarentena o incluso a los propios contagiados por el virus.
Además, habrá más mensas que de costumbre en los centros electorales y se utilizarán edificios más grandes y que puedan ventilarse con más facilidad. Las colas no se harán nunca dentro de los edificios sino siempre en el exterior, al aire libre, y evitando que las personas que salen y entran se cruzan. Por último, se está fomentando el voto por correo desde hace semanas como mejor opción para participar en los comicios de este próximo 14F.
Cortesía de Sputnik
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