Más de 110 rohingya han sido condenados a prisión por un tribunal respaldado por militares en Myanmar por intentar escapar de los campos de refugiados sin la documentación adecuada.
El grupo, que incluye a 12 niños, fue arrestado el mes pasado en las costas de la región de Ayeyarwady mientras esperaban dos lanchas motoras que esperaban les facilitarían el inicio de su viaje a Malasia.
Las sentencias para el grupo oscilaron entre dos y cinco años, dependiendo de si abandonaron los campamentos en Bangladesh o Rakhine. Los niños fueron enviados a “escuelas de formación”.
Los informes de los medios locales sugieren que, desde diciembre de 2021, unos 1.800 rohingya, incluidos niños, han sido arrestados cuando intentaban huir de los campamentos.
“Los cargos en su contra por viajar sin documentación se derivan de la propia negativa de la junta a reconocer a los rohingya como ciudadanos”, dijo Daniel Sullivan de Refugees International. El grupo minoritario musulmán no está legalmente reconocido por la ley de ciudadanía de Myanmar de 1982. Esto limita su acceso a los servicios básicos y la libertad de movimiento.
“El último encarcelamiento de rohingya por parte de la junta de Myanmar es un recordatorio para el mundo de que los arquitectos del genocidio rohingya siguen en el poder en Myanmar”, dijo Sullivan.
En 2017, cerca de 75.000 rohingya huyeron a Bangladesh en un intento de escapar de la brutal persecución militar que actualmente está sujeta a una investigación por genocidio por parte de la corte internacional de justicia de la ONU. Alrededor de 600.000 rohingya permanecen en el estado de Rakhine en Myanmar, donde 142.000 están confinados en campamentos cerrados.
Desde que las fuerzas militares tomaron el control de Myanmar en un golpe de estado en 2021, Aung Kyaw Moe, asesor de derechos humanos del gobierno de Myanmar en el exilio, el Gobierno de Unidad Nacional, dijo que el trato a los rohingya había empeorado. “Hay restricciones adicionales impuestas con órdenes locales de libertad de movimiento dentro del municipio [y] el acceso a la asistencia humanitaria está afectando en gran medida la supervivencia de los rohingya restantes en Rakhine”, dijo.
El encarcelamiento de menores de edad, dijo Kyaw Moe, fue una clara violación del Comité de los Derechos del Niño. “La comunidad internacional debe tomar medidas más concretas para detener las atrocidades, en particular los países de la ASEAN como Indonesia y Malasia, que se ven gravemente afectados por el intento de salida de los rohingya”.
En Bangladesh, los niveles de violencia, agresiones sexuales y acoso dentro de los campamentos están obligando a la gente a huir, dijo Mohammed, un refugiado rohingya que vive en un campamento de Bangladesh y deseaba usar solo su nombre de pila por razones de seguridad. Los secuestros, los asesinatos, el tráfico y las drogas se reportan como algo común.
Durante el mes pasado, tres barcos que transportaban a más de 150 rohingya llegaron a las costas de Indonesia, pero se desconoce el paradero de otro barco que transportaba a más de 180 personas.
A pesar de conocer los peligros de un viaje por mar y la posibilidad de encarcelamiento, muchos optan por hacer el viaje, dijo Mohammed. “Los rohingya creen que la prisión será más segura para ellos”.
Fuente: The Guardian
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