Podemos contar, entre quienes tenemos conocimiento de las condiciones en que vivimos dentro de esta larga y angosta faja de injusticias, al menos cuatro grupos. Esto, simplificando bastante algo que es del todo complejo, como cualquier otra categorización que pretenda establecer un orden en el ámbito que sea.
La historia del pensamiento humano está repleta de carriles y la mayoría de estos, con o sin asidero en la realidad observable por un grupo dado de individuos, han contribuido a la reflexión y comprensión de nosotros mismos como personas y como sociedad.
Al menos, el identificar estos carriles puede ser un ejercicio práctico que ayuda a pensar en nosotros mismos y nuestras condiciones de vida, o en algo simplemente distinto de lo que nos transmite la televisión y la patronal.
Así, proponemos que estos grupos son y actuarían más o menos de la siguiente forma:
1.- Quienes tienen conciencia de la realidad pero sienten que es absolutamente imposible cambiarla. Este grupo de personas se caracteriza por el alto grado de comprensión de las condiciones de vida a las que nos somete este sistema biopolítico, económico y social, pero a su vez se distingue por el pesimismo y conformismo con que enfrentan la realidad; son personas resignadas a lo que les tocó vivir y no están dispuestas a perder el tiempo tratando de cambiar un sistema que ven como imposible de cambiar, y creen en un “más vale vivir lo mejor que se pueda dentro de las condiciones dadas”. Muchos de ellos incluso le tratan de ver el lado positivo a las cosas, por mal que se presenten, y hasta logran disfrutar de los “beneficios” del sistema.
2.- Quienes tienen conciencia de la realidad que vivimos y de una u otra forma quieren cambiar todo el sistema a como dé lugar. Estas personas se sienten llamadas a emprender grandes cruzadas que apuntan a tomar el poder para así poder decidir cómo tienen que vivir todos. Este grupo cree poseer la verdad única y absoluta y se arrogan la tarea de llevar a todos por el camino que ellos “saben” es el correcto, el más justo. Este grupo cree en las vanguardias y en las masas, y que éstas deben ser dirigidas por aquellas. Algunos se sienten más democráticos y establecen que las masas deben ser protagonistas de su historia y ser los sujetos de cambio, que las vanguardias nacen de las masas y demás, pero en el fondo están convencidos de saber el único camino correcto para la emancipación del ser humano, y tiene que ver, de una u otra forma, con tomarse el poder y aplicar ‘su verdad’, ‘su justicia’. Este grupo siente que el único cambio posible es el cambio total y ahora, el cambio que ellos determinan. Creen en lo radical y muchas veces ante la imposibilidad de un cambio o posibilidad de diálogo para éste, caen en la frustración que en ocasiones se desahoga en actos de violencia.
3.- El grupo de quienes tienen conciencia de que este sistema es injusto, pero les beneficia. Son claramente una minoría que no cree en que la sociedad sea capaz de organizarse para cambiar nuestro destino. Son los tecnócratas que se dedican a perfeccionar este mismo modelo y que hacen que se acreciente la brecha entre los más ricos y más pobres. Una minoría muy poderosa, controladora y que cuando se ve amenazada por el despertar social, también actúa de forma violenta, solo que no manifiesta su enfado por sus propias manos, sino que envía a “otros” a hacer el trabajo sucio. Son personas que creen tener un estado elevado de conciencia, pero sus vidas más materialistas que espirituales, en muchos casos, les convierte en seres mezquinos y deleznables.
4.- Quienes, al igual que los segundos, tienen conciencia de la importancia y urgencia de cambios a gran escala, pero creen que, para que ese cambio sea verdadero, sólido y profundo, debe comenzar por sí mismos. Son quienes saben cuán hondo ha penetrado el sistema a nivel cultural, en los modos de vida y costumbres, y experimentan primero un cambio individual profundo para luego permear ese camino mediante el ejemplo y la transmisión de lo aprendido. Este grupo lo conforman personas que no se arrogan la verdad absoluta; son quienes creen en la autonomía, el autoconocimiento y aprendizaje colectivo. Este grupo es creativo y siempre busca formas nuevas y alternativas de desarrollo humano y de vida en comunidad. Estas personas respetan y practican profundamente la libertad, no la falsa libertad del mercado obviamente sino la libertad de todos para decidir la vida que desean vivir, con respeto a la vida de los otros y la naturaleza, sean de la especie que sean. Este grupo se la juega por la solidaridad, pero de la verdadera, aquella que se realiza horizontalmente y que implica respeto mutuo. Este sector comparte un pensamiento diametralmente distinto y radical respecto de quienes desean tomar el poder, porque creen que lo que hay que construir es una nueva forma de vida y están decididos a ello. También lo proclaman y comunican por todas las vías posibles y están trabajando duro en ello con cientos de iniciativas de todo tipo que tienen llegada a diversa cantidad de personas. Este grupo respeta la individualidad pero no cree en el individualismo y sabe que este camino es largo y a veces parece inalcanzable, pero tiene la convicción de que de esta forma el cambio es real y profundo. Este grupo observa cómo cada vez son más quienes toman conciencia y se suman en esta tarea; este segmento obviamente participa en la vida política pública y ya ha tomado lugar en diversas áreas de la sociedad; este grupo va de chico a grande. Y declaramos abiertamente que, con matices, es con este sector con el que nos sentimos identificados.
Por Equipo Editor
El Ciudadano Nº137, primera quincena diciembre 2012
Fuente fotografía