Los bosques marinos o bosques azules
Bajo las aguas que rodean las costas de Chile, yacen tesoros naturales de incalculable valor: los bosques azules, también conocidos como bosques marinos, quelpos, kelp o macroalgas pardas. Estos ecosistemas submarinos, desempeñan un papel esencial en la salud del planeta, para mitigar el cambio climático y mantener el equilibrio ecológico marino, se trata de bosques marinos dominados por huiros y cochayuyos.
Mientras las cumbres mundiales sobre cambio climático comienzan a destacan la relevancia de estos ecosistemas, persisten peligros depredadores y emergen nuevas amenazas que exigen una acción inmediata.
En medio de este escenario y la ausencia de políticas públicas para su conservación más efectiva, urgen desde referentes de la sociedad civil para nuevas estrategias que respalden la investigación científica, promuevan la concientización y establezcan normativas para garantizar la preservación a largo plazo de estos cruciales bosques submarinos.
En estos tiempos, la preservación de los bosques azules no solo resguarda la biodiversidad marina y fortalece la resiliencia frente al cambio climático, sino que también representa un llamado a la acción para proteger el corazón mismo de los océanos y del planeta y en ese marco, han surgido diversas noticias durante este 2023. A continuación, un recorrido sobre lo bueno y lo malo durante el año:
I.- Lo BUENO sobre los bosques marinos 2023
1.- Campaña Salvemos los Bosques Azules de la Patagonia:
En respuesta a la creciente amenaza que enfrentan, surge durante el año, una campaña ciudadana en Chile llamada: «Salvemos los Bosques azules de la Patagonia», impulsada por la urgencia de concientizar sobre la importancia de estos ecosistemas submarinos (bosquesazules.cl), la que busca sensibilizar a la población sobre la importancia de preservar estos ecosistemas, informando y educando para promover prácticas sostenibles y políticas de conservación efectivas.
La campaña ciudadana, impulsada por referentes organizacionales y comunitarios en los territorios del sur de Chile, se erige como un faro de esperanza. Álvaro Montaña, de la Agrupación Defendamos Chiloé, hace referencia a los propósitos de la campaña: “Si no se toman medidas de forma proactiva y preventiva de parte de la empresa privada, del Estado y de la ciudadanía, el sur de Chile corre el riesgo de enfrentar una deforestación submarina con enormes costos económicos y ecológicos como la que está viviendo el norte de Chile”.
El profesional chilote, también comenta: “Los bosques de huiros y cochayuyos sustentan las pesquerías de erizos, jaibas, lapas, locos, centollas, centollones, caracoles, especies que generan miles de empleos en el sur de Chile. Estas macroalgas pardas producen el oxígeno que respiramos y secuestran el carbono, una tarea vital en la época de colapso climático en que vivimos, es urgente por lo tanto generar una reconversión laboral urgente de extracción de algas desde bosques marinos hacia cultivos de macroalgas”.
Finaliza Montaña: “Chile no puede seguir despilfarrando su capital natural, su biodiversidad y destruyendo uno de los ecosistemas más valiosos del país simplemente porque hay empresas que generan una demanda de algas para satisfacer el mercado chino, esto es pan para hoy y hambre para mañana. Para evitar esta situación numerosas organizaciones del sur de Chile hemos apoyado la campaña ciudadana, comunitaria de sensibilización y educación ambiental marina bosquesazules.cl, el primer paso para avanzar en medidas de resguardo de estos ecosistemas es informar, educar y sensibilizar”.
“Dado el impactante escenario que tenemos en el norte de Chile con la extracción descontrolada de bosques de algas pardas y dado además los tremendos servicios que nos regalan, como generar oxígeno, capturar CO2 y ser la base para la vida de cientos de especies como locos, centollas, jaibas y cientos de otras es que un grupo de personas creamos la campaña “Salvemos los #BosquesAzulesCL de la Patagonia”, comenta Juan Carlos Viveros, coordinador de la campaña “Salvemos los Bosques Azules de la Patagonia”, iniciativa, de acuerdo a su presentación, indica: “La campaña nace del profundo sentir del grupo de personas y organizaciones que la creamos, quienes la hemos denominado: Salvemos los #BosquesAzulesCL de la #Patagonia Mediante la permanente entrega de contenidos propios en nuestras redes sociales y apariciones en prensa local, regional y nacional”.
La campaña también destaca: “Queremos llegar desde las comunidades mismas de pescadores artesanales, recolectores de orilla, buzos, comunidades originarias y quienes habitan los tres maritorios: Los Lagos, Aysén y Magallanes, hasta las principales autoridades vinculadas a la puesta en valor y conservación de estas maravillosas especies, de manera de lograr políticas publicas concretas y específicas para su protección”.
2.- Recolectores de algas y científicos unen sus fuerzas para repoblar de bosques marinos en pequeña caleta.
“La sobreexplotación de algas ha arrasado con los bosques marinos de ciertos lugares convirtiendo los fondos en verdaderos desiertos. Científicos y pescadores, sin embargo, están repoblando algunos de esos sitios con la Súper Alga, una especie más fuerte y resiliente al cambio climático que investigadores obtuvieron a partir de la selección de cepas más resistentes”, destacaba así un reportaje de la revista internacional: Mongabay Latam, en abril de este 2023.
Se destaca en el reportaje, que luego de plantar la súper alga en la playa Las Papas, un área de manejo cerca de Caleta Talca (Ovalle), en el norte chico del país, los resultados fueron contundentes. Las que habían sido plantadas prosperaron y otras nuevas aparecieron. “Fue un éxito, pues en el sector que se restauró no tenía algas y ahora hay muchas”, cuenta Susana Galleguillos, presidenta de la caleta de pescadores artesanales en Caleta Talca.
3.- Ciencia al servicio de la biodiversidad:
La investigación científica sobre los bosques de algas marinos desentraña secretos fundamentales para la salud de los océanos y el equilibrio global. Estos estudios, en particular en las costas de Chile, proveen una visión detallada de la biodiversidad submarina, revelando el papel crítico de las macroalgas en la absorción de carbono y la regulación del clima marino, así, como sostenedores de otras especies fundamentales para la biodiversidad y las economías de las comunidades costeras.
La investigación geográfica y cartográfica permite obtener mapas precisos de estas comunidades submarinas y ofrecen valiosa información para la formulación de políticas públicas orientadas a la conservación y el uso sostenible de estos ecosistemas costeros. Al comprender la distribución y función de los bosques de algas, la ciencia proporciona las bases necesarias para implementar estrategias que aseguren la preservación de estos recursos marinos vitales y la construcción de un enfoque holístico hacia la gestión de nuestros mares.
“El Poder de los Mapas: Uniendo Herramientas, Tecnología y Personas para Entender cómo Gestionar y Proteger los Bosques de Algas Marinas”, es el nombre de un encuentro en noviembre de este 2023, que dio cuenta del lanzamiento de una guía que recogió la aplicación de diversas técnicas de monitoreo y mapeo de algas de última generación para informar sobre la gestión estratégica y la conservación, las que se recogen en un guía para mapeadores de algas de todo el mundo (en inglés y español) llamada: “Mapping Canopy-Forming Kelps in the Northeast Pacific”.
II.- Lo MALO sobre los bosques marinos 2023
1.- Extracción y depredación de los bosques marinos:
La importancia y belleza de los bosques azules se ve empañada por los daños causados por la depredación irracional. La extracción indiscriminada ha llevado a la pérdida acelerada de estos bosques, comprometiendo su capacidad para actuar como sumideros de carbono y refugios para innumerables especies marinas.
Cada bosque marino de macroalgas pardas (huiros y cochayuyo), son el hogar de más de 150 especies que se asocian a las distintas partes del alga y dan refugio a otras como los peces de roca, moluscos, cangrejos, caracoles, centollas, erizos y peces, por ello, la extracción ilegal, lleva consigo una amplia depredación.
La demanda incontrolable de China por las algas pardas está causando una sobreexplotación de este vital recurso en Chile y Perú destruyendo los bosques de algas de la región, generándose redes ilícitas que las están explotando. Continuamente, se incautan miles de toneladas de algas extraídas ilegalmente, la mayoría se concentra en el norte de Chile.
Diversas organizaciones y estudios científicos han demostrado que el uso indiscriminado del denominado “barreteo”, uso de la barreta como método de recolección activa de algas, generan gravísimos daños a los ecosistemas marinos y su biodiversidad.
De acuerdo a una investigación periodística, el alza de las exportaciones puede atribuirse a dos factores. El primero es la disposición de los algueros (recolectores) para cosechar todas las algas que sean posibles, mientras el precio sea rentable. En segundo lugar están las empresas encargadas de procesar y exportar las algas, sin importarles la procedencia legal o ilegal de estas, agregó.
2.- Plantas desalinizadoras y afectación a los ecosistemas marinos
Las nuevas políticas públicas en Chile están aumentando la presencia de plantas desalinizadoras en las costas, las que ya han sido introducidas por la industria minera y hoy, serán impulsadas por el Ministerio de Obras Públicas, según una nueva ley, destinada para “consumo humano, saneamiento o al riego, incluyendo el tratamiento, conducción y disposición final de las aguas e infraestructura para mejorar la eficiencia de estas”.
Sin embargo, los impactos negativos de estas plantas son motivo de controversia. Estudios científicos dan cuenta que la salmuera vertida en el medio marino costero aumenta la salinidad y temperatura, afectando a la vida marina, los recursos pesquero-bentónicos y generando contaminación. A nivel mundial, las desaladoras generan grandes volúmenes de salmuera, con efectos perjudiciales para organismos marinos, incluyendo estrés osmótico y pérdida de biodiversidad, dado los cambios en los ecosistemas bentónicos (piso marino) que generan los cambios de salinidad. Situación que nos debe poner en alerta sobre el impacto de esta nueva tecnología en el borde costero, su biodiversidad y la pesca artesanal.