María Gabriela Epumer: 20 años se cumplieron de su partida
(El Ciudadano) El 30 de junio del 2003, el mundo del rock argentino perdió a una de sus figuras más destacadas, María Epumer. Hoy, se recuerda su legado y su impacto duradero en la música.
Nacida en una familia de raíces mapuche ranquelche, María fue bisnieta de un reconocido lonko, Epumer (Epugner), quien fue capturado por el General Racedo en el marco de la llamada “Campaña del Desierto” y confinado en la isla Martín García en 1880, un campo de concentración, un centro de holocausto del Estado argentino. El lonko murió en cautiverio, según acta de defunción, en el año 1884, luego de haber sobrevivido al hambre, los malos tratos y la epidemia de viruela que azotó la isla.
La música en la sangre
María Epumer se destacó por su habilidad excepcional con la guitarra y su voz poderosa. Su trayectoria en el mundo de la música fue amplia y diversa. Formó parte de bandas emblemáticas como: Rouge, Viuda e Hijas de Roque Enroll, la Montecarlo Jazz Ensamble, Las Chicas, y el dúo Maleta de Loca. Sin embargo, su paso más destacado fue junto al renombrado artista argentino Charly García e incluso participó en la vuelta del dúo Sui Géneris (de Charly García con Nito Mestre)..
María Gabriela Epumer nació en el barrio de Villa Devoto, Buenos Aires, Argentina, hija de Dora Carballo y Juan Carlos Epumer. Su familia estaba vinculada a la música: su abuelo, Juan Epumer, músico ligado al canto y fue guitarrista del cantor Agustín Magaldi; su hermano Lito es guitarrista e integró la última formación de Spinetta Jade y la última de Madre Atómica; y su tía era Celeste Carballo (hermana menor de Dora), “de la cual tomó la iniciativa y la fuerza necesaria para dedicarse a la música”, resaltaron medios especializados sobre su biografía.
De acuerdo a medios de música argentina, desde pequeña María Gabriela mostró aptitudes musicales. Realizó cursos de piano y ballet, luego se formó en danza contemporánea y a los diez años comenzó a estudiar guitarra.
La relación de María Epumer con Charly García fue de profunda admiración mutua. Charly la consideraba «la mejor guitarra que existió» y reconocía su virtuosismo y talento innato. Su conexión artística trascendió los límites y dejó una huella imborrable en la historia del rock argentino.
En el día en que cumpliría cincuenta y cuatro años, Charly le dedicó unas palabras y su último disco: “Pienso mucho en vos, María Gabriela. Todavía en los shows me doy vuelta para buscar tu mirada cómplice. Ojalá tengan tocadiscos en el cielo. Random es mi humilde homenaje a la mejor guitarrista que existió«, escribió en las redes sociales el 1° de agosto de 2017.
Amistades de su círculo cercano, han señalado que Epumer era una persona fuerte y a su vez, dulce e ingenua. De su intimidad, se señalaba que le gustaba coleccionar muñecas, su casa siempre olía a vainilla, no tomaba alcohol, ni fumaba cigarrillos, ni nada. “Amaba a Charly, era su contenedora, lo sostenía y no de una forma crítica, sino de cuidado. Ella le ponía los puntos y le decía que no, cosa que nadie le decía”, destacaba un músico amigo de María Epumer.
Producciones musicales
Su discografía con bandas Argentina es amplia y variada. Como solista, destacan las siguientes producciones musicales: 1998, Señorita Corazón; 2000, Perfume; Simples y EPs; 2001, Pocketpop (EP); 2005: Una sola cosa (simple). En álbumes recopilatorios: 2003: The compilady; 2006: Homenaje a María Gabriela Epumer.
Con Charly García, destacan: 1992: Prix D’ami; 1994: La hija de la lágrima; 1995: Casandra Lange: estaba en llamas cuando me acosté; 1995: Hello! MTV unplugged; 1996: Say no more; 1997: Alta fidelidad; 1998: El Aguante; 1999: Demasiado ego; 1999: Charly & Charly (Charly & Charly, en Olivos); 2002: Influencia. Con Sui Generis, 2000: Sinfonías para adolescentes; 2001: Si. Con Fito Páez, 1986: Corazón clandestino; 1992: El amor después del amor (con Las Chicas en la presentación del disco). Con Sandra Mihanovich y Celeste Carballo, 1990: Mujer contra Mujer. Con Luis Alberto Spinetta, 1991: Pelusón of milk (presentación del disco). Con Celeste Carballo, 1991: Celeste en Buenos Aires; 1993: Chocolate inglés, entre otros.
En memoria de María Epumer
En el vigésimo aniversario de su partida, diversos medios argentinos rindieron homenaje a María Epumer. Recordaron su legado musical y destacaron su contribución a la escena rockera. También se mencionó la causa de su fallecimiento, que dejó un vacío en el corazón de la música argentina.
Nueve días antes de su muerte, a Epumer le diagnosticaron «una gripe con secreción mucolítica». A partir de ese cuadro, una doctora del servicio de emergencias Vital (del Hospital Francés) le recetó antibióticos y un broncodilatador, según consta en el expediente. Un día después, la doctora personal de Epumer, que era homeópata, suspendió su tratamiento. Su estado no mejoró, por lo que el sábado 28 de junio la cantante fue a la guardia del Hospital Alemán con un cuadro más grave, donde dos doctoras (una doctora clínica y una radióloga) determinaron que solo se trataba de una gripe y la enviaron de vuelta a casa. Al día siguiente (domingo 29 de junio), Epumer volvió al Hospital Alemán y fue atendida por el jefe del sector, quien le recomendó reposo en su casa, pero el lunes 30 Epumer fue internada en el Hospital Francés y (pese a realizarle tareas de reanimación) tuvo una falla cardíaca y falleció de un paro cardiorrespiratorio a los 39 años. La autopsia determinó que había sufrido un edema pulmonar.
La comunidad mapuche también la recordó en esta fecha especial. El programa radial Mapuce Kimvn, desde la provincia de Neuquén, dedicó una programación especial en su memoria. En la columna de Historia «Taiñ Tukulpazugun», conducida por Stefania Rivera Nahuelan, se destacó a María Epumer como la gran músico del rock, guitarrista mapuche-ranquel, que siempre reivindicó con orgullo sus raíces.
Hoy, toma fuerza afirmar que María Epumer se ha convertido en una leyenda del rock argentino. Su virtuosismo en la guitarra, su voz inconfundible y su pasión por la música la han elevado a un estatus icónico. Su legado perdura en la memoria de los amantes del rock y su influencia sigue siendo palpable en las nuevas generaciones de músicos argentinos.