Una investigación realizada por la Universidad de Talca reveló que 80% de mujeres ha sufrido violencia obstétrica o ginecológica en Chile. Dentro de estas malas prácticas se encuentra el minimizar, desconfiar de los síntomas, no creer o desvalorar su experiencia, no dejarlas expresar su malestar, entre otras.
Actualmente, el proyecto de ley conocido como “Ley Adriana”, establece derechos en el ámbito de la gestación, preparto, parto, postparto, salud ginecológica y sexual, y sanciona la violencia gineco-obstétrica.
Mediante información recabada en el sitio web de Chile Crece Más, es posible tener un parto respetado en Chile, siempre si se recurre a una atención personalizada del proceso de nacimiento, que se refiere a:
-Atención integral y personalizada a la mujer gestante y a su acompañante en los diferentes momentos del proceso del nacimiento; atendiendo a sus necesidades emocionales y físicas, con el manejo oportuno del dolor y respetando la pertinencia cultural.
-El trabajo de parto se maneja siguiendo los procesos fisiológicos naturales, no invasivos, previniendo complicaciones para la madre y su hijo/hija y considerando los procesos emocionales de la mujer y su pareja o persona significativa.
–El equipo de salud debe estar capacitado para dar una atención centrada en las necesidades de la mujer, en el establecimiento de un vínculo con su recién nacido(a) y promover la participación activa de la pareja o persona significativa durante todo el proceso del nacimiento.
Por otro lado, desde el Observatorio de Violencia Obstétrica, OVO Chile, ofrecen cursos y formaciones, con un alto interés de personal de salud y estudiantes tanto de Chile como del extranjero. Además, recalcan la importancia de averiguar, educarse y exigir sus derechos en torno al nacimiento.