Recién ahora es posible acceder a una serie de documentos relacionados a investigaciones policiales sobre la presencia de Nazis en Chile que hace un recorrido desde redes de espionaje hasta la “Operación Tierra del Fuego”
Cabe señalar que uno de los enclaves nazis más emblemáticos en Chile, fue Colonia Dignidad.
Expedientes secretos desclasificados
Por solicitud de un grupo de diputados, en junio de 2017 se resolvió desclasificar los documentos confidenciales del Departamento 50 relativos a esta investigación y transferirlos al Archivo Nacional, que los restauró y digitalizó, el que recién ahora está disponible.
El material, compuesto por 23 extensos volúmenes, da cuenta del funcionamiento de una compleja red de espionaje nazi en Chile durante la década de 1940, iluminando además sus múltiples conexiones con organizaciones análogas en distintas regiones de América Latina. La documentación revela asimismo el conflicto entre democracia y autoritarismo en la política tanto nacional como internacional, así como el trabajo conjunto de contraespionaje entre América Latina y Estados Unidos.
El fondo reúne informes, fotografías, declaraciones y análisis que suman más de 6000 documentos. Entre ellos se destacan las declaraciones, fotografías e interrogatorios a los imputados; imágenes de reuniones de grupos nazis en Chile; peritajes tecnológicos (incluyendo criptografía y claves); certificados de antecedentes e informaciones de la policía internacional emitidos por el equivalente al Registro Civil de la época; solicitudes de información entre distintos organismos del Estado chileno; registros del seguimiento de los sospechosos; y conclusiones sobre sus conexiones y funcionamiento.
Por sobre todo, el material del Departamento 50 es relevante para comprender un período clave en la historia mundial, latinoamericana y chilena. En él es posible rastrear, asimismo, aristas insospechadas de la historia reciente de Chile, que incluyen, entre otras, la reflexión de la Policía de Investigaciones sobre su propio papel en el mantenimiento de la democracia y detalles poco conocidos sobre la vida de los inmigrantes en los años ’40.
Descarga el artículo completo «Los documentos del Departamento 50: Descifrando el espionaje nazi en Chile», por Valeria Navarro-Rosenblatt.
Los documentos del Departamento 50: Descifrando el espionaje nazi en Chile.
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Los documentos del Departamento 50: Descifrando el espionaje nazi en Chile
Fotografías de la investigación del Departamento 50 de la PDI
Accede aquí a nueve cuadernos con documentos mecanografiados, y un álbum con 247 fotografías en blanco y negro / Ver más
Accede aquí a 13 cuadernos que incluyen informes, oficios, telegramas, fichas policiales, declaraciones, pasaportes, carnet de militantes y fotografías, entre otros documentos / Ver más
Nazis y Chile
Chile fue considerado de especial interés por las redes nazis, por su posición geográfica en el Océano Pacífico, en el acceso al Canal de Magallanes (ante la posibilidad de destruir el Canal de Panamá, que se encontraba entre los planes de sabotaje estratégicos de los espías).
En Chile hubo tres medios a través de los cuales los nazis tuvieron influencia. El primero fue a través de los alemanes nazis residentes en Chile, en especial los representantes diplomáticos, quienes tuvieron un rol importante en la difusión ideológica y conformación de redes de apoyo y espionaje a favor de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
La ideología y cosmovisión nazi penetró distintas áreas de la vida en Chile, incluyendo las Fuerzas Armadas, las escuelas alemanas en Chile, la formación de médicos profesores y antropólogos, entre otros.
Los agregados comerciales y políticos de los consulados en Santiago y Valparaíso tuvieron un transcendental papel en organizar y coordinar la red de espionaje que se estableció a lo largo de Chile. A cargo de la red se encontraba el embajador Barón Von Schoen, el agregado comercial Walter Boettger, que era el jefe del partido nazi en Chile, y el agregado militar Ludwig Bohle.
El segundo origen de los espías correspondió a algunos de los alemanes residentes en el país y algunos descendientes de alemanes nacidos en Chile, hijos y nietos de inmigrantes. La mayor parte de ellos residía en el sur de Chile, desde donde establecieron redes de apoyo y espionaje para la Alemania nazi. Esto incluyó periódicos y radios, asociaciones periodísticas, agencias de noticias, como Transoceanic, organizaciones culturales, juveniles, entre otros, a través de los cuales difundían su ideología y promovían la lealtad al Tercer Reich. También formaron milicias paramilitares e ideológicas que tenían entrenamiento a través de la estructura del partido nazi en Chile y con el apoyo de los diplomáticos alemanes en Chile. En 1932, se había formado en el país la división extranjera del Partido Obrero Nacional Socialista Alemán, que dependía directamente de Hitler y sus representantes en Chile. Esta organización fue considerada como una “Quinta Columna” por la Dirección General de la PDI.
Finalmente, junto con la extensión chilena del partido nazi, hubo una serie de asociaciones pro nazi que mantuvieron redes de apoyo para los países del Eje. Entre ellas se encuentran los dos partidos nazis que se formaron en Chile. Estos partidos estaban integrados tanto por descendientes alemanes como por chilenos sin ascendencia alemana evidente, admiradores de Alemania y simpatizante con la ideología nazista. Estos fueron el Movimiento Nacional Socialista (1932-1938), de Jorge Gonzalez Von Marées (luego Vanguardia Popular Socialista, VPS), y el Partido Nacional Fascista (1938-1940), de Raúl Olivares Maturana. Ambos partidos tuvieron una fuerte influencia en la discusión política de Chile, donde González Von Marées era diputado. Los partidos tenían también sus medios de difusión a través de distintos periódicos, como Trabajo, Acción Chilena y La Patria, entre otros. Estos partidos tuvieron cabida en el país por la inestabilidad política tras la crisis económica de 1929, tal como en Alemania fueron una respuesta ante la quiebra “del proyecto económico y político liberal”.
Con el transcurso de la guerra se identificó través del Departamento 50, dos redes de espionaje que entregaba información a los nazis. El trabajo de la PDI fue esencial para que Chile cortara sus relaciones con Alemania.
Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial hubo una renovada influencia de alemanes nazis en América Latina y Chile. Varios líderes alemanes encontraron refugio en el continente, cuando buscaban escapar de los juicios de guerra generados por los aliados.
Entre los jerarcas nazis y militares que llegaron a Chile destacan Walter Rauff y Paul Schaeffer. Walter Rauff fue uno de los gestores del uso de camiones como cámaras de gas para asesinar a los grupos perseguidos por los nazis. Dado que Rauff creó y diseño parte de la maquinaria de la muerte nazi, es acusado de genocidio. Después de la Segunda Guerra Mundial estuvo en Italia, Siria y Ecuador, para asentarse de forma definitiva en Chile. Desde 1962, fue solicitado por la justicia internacional para ser juzgado por sus crímenes, y la Corte Suprema rechazó los llamados de extradición. Un nuevo intento por llevarlo a los tribunales internacionales sucedió en durante el gobierno de Salvador Allende. El Presidente chileno reiteró su rechazo sustentando la independencia de la justicia chilena. Una nueva petición solicitó la expulsión de Rauff de Chile en 1984, tras una orden de arresto emitida en Alemania. A pesar de las gestiones de personeros y figuras de derechos humanos internacionales, Rauff muere, en 1984, sin ser juzgado.
Asimismo, a mediados de la década de 1950, se estableció en las cercanías de Parral, un enclave de refugiados nazis y alemanes. Desde 1961 fue dirigido por Paul Schaeffer, quien había participado en el ejército alemán y había escapado de la Alemania Federal por acusaciones de abuso sexual. Ya, a mitad de los sesenta, había acusaciones de abuso sexual y adoctrinamiento en la colonia. Para los años después del golpe militar de 1973, Colonia Dignidad se convirtió en un centro de detención y torturas clandestino. En dicho lugar se realizó también espionaje y entrenamiento para los militares en el poder.
Finalmente, recapitulando sobre los nazis en Chile es necesario recordar que una figura importante de este movimiento e ideología en el país fue el escritor Miguel Serrano, quien desarrolló parte del nazismo esotérico que se difunde en Chile en la actualidad.