Las macroalgas como fuente basal de carbono orgánico para organismos marinos, incluyendo especies de interés comercial.
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Estos bosques submarinos también llamados “Bosques Azules”, brindan hábitats esenciales para cientos de especies y contribuyen al ciclo del carbono. Se resalta la necesidad de conservarlos y promover una mayor educación ambiental marina en Chile para asegurar la protección de estos ecosistemas vitales.
Pero ¿Cuál es la situación general de las macroalgas en la región de Magallanes?,
¿Cuáles son sus características generales desde el punto de vista ecosistémico para la biodiversidad y cuáles son sus condiciones actuales en materia de conservación y políticas públicas?, ¿qué desafíos se visualizan en materia de educación ambiental marina?
Para hablar de estos temas, la opinión de una científica experta en ecología marina de la región de Magallanes.
Las macroalgas en la Región de Magallanes: características, situación y condiciones.
Claudia Andrade Díaz, es doctora en Ciencias Naturales por la Universidad de Bremen (Alemania) y máster en Ciencias mención Manejo y Conservación de los Recursos Naturales subantárticos por la Universidad de Magallanes. Actualmente, es académica e investigadora de la misma Universidad; Científica del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes (UMAG), Laboratorio de Ecología Funcional y presidenta de la Sociedad Chilena de las Ciencias del Mar.
La científica señala: “Las macroalgas en la región Magallanes son diversas y abundantes, presentando una amplia variedad de especies que crecen en aguas frías y ricas en nutrientes. Estas algas marinas forman extensos bosques submarinos, proporcionando refugio y alimento para numerosas especies marinas, desde pequeños invertebrados hasta peces y mamíferos marinos. Los bosques de macroalgas son ecosistemas altamente productivos y ofrecen hábitats críticos para una amplia variedad de organismos marinos. Diferentes especies de macroalgas pueden albergar comunidades únicas de organismos que dependen de ellas para su supervivencia”.
Andrade Díaz, también acota: “En el contexto del cambio climático y la conservación, las macroalgas como los ‘kelps’ (como se conocen en inglés a estos bosques submarinos), desempeñan un papel importante en el ciclo del carbono, siendo la fuente basal de carbono orgánico para muchos organismos marinos, incluyendo especies de interés comercial. Además, se presume que tienen un papel en la exportación de carbono al océano profundo y costa afuera. Por lo tanto, al diseñar esfuerzos de conservación y mitigación del cambio climático, es crucial considerar estos aspectos”.
La investigadora del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes (UMAG), resalta: “Es importante destacar que los bosques de macroalgas son altamente productivos y contribuyen al almacenamiento de carbono en los océanos. Sin embargo, también enfrentan desafíos de conservación. En la región de Magallanes, existen condiciones actuales que implican una veda extractiva de al menos dos años para el alga huiro Macrocystis pyrifera. Esta medida fue gestionada y consensuada gracias a la participación del Comité de Manejo de Recursos Bentónicos y del Comité de Manejo de Centolla y Centollón, ambos de la Región de Magallanes y Antártica Chilena. La recomendación favorable del Comité Científico de Recursos Bentónicos junto a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura se basó en un informe técnico que proporcionó evidencia científica para garantizar el uso sostenible de los recursos hidrobiológicos, especialmente de las pesquerías de centolla y centollón. Uno de los trabajos científicos respaldando estas medidas fue el estudio que publicamos en el 2022 titulado «Dinámica del nicho trófico y partición de la dieta de la centolla en las aguas subantárticas de Chile» por Andrade y colaboradores, el cual recomienda la conservación de los hábitats costeros y marinos donde habita la centolla, incluyendo los bosques de macroalgas”.
Claudia Andrade Díaz, agrega: “Es importante mencionar que desde el año 2013, la pesca artesanal de Magallanes ha manifestado formalmente la necesidad de proteger las praderas del huiro en todo el área marítima de la región de Magallanes”
Sobre estas materias, para quien también es presidenta de la Sociedad Chilena de las Ciencias del Mar, advierte: “Es crucial abordar las actividades humanas que pueden poner en riesgo la salud y la supervivencia de los bosques de macroalgas, como la contaminación y la sobreexplotación. Estas acciones pueden afectar negativamente la salud y el desarrollo de las macroalgas, así como la estructura de las comunidades que dependen de ellas (…) Para mejorar las condiciones, se sugiere implementar medidas de conservación y protección que promuevan la salud y la resiliencia de los ecosistemas de macroalgas. Esto puede incluir el establecimiento de áreas protegidas, la regulación de actividades humanas que puedan impactar negativamente en estos ecosistemas, y la promoción de prácticas sustentables en la industria pesquera y otras actividades relacionadas”. Agrega: “Además, es importante realizar monitoreos regulares de los bosques de macroalgas para evaluar su estado de salud y detectar posibles impactos o cambios negativos. Esto permitirá tomar medidas preventivas y correctivas de manera oportuna”.
La campaña BosquesAzulesCL y la importancia de una educación ambiental marina en Chile sobre macroalgas.
A inicios de junio de este 2023, se lanzó la campaña BosquesAzulesCl, iniciativa ciudadana y comunitaria que busca educar e informar sobre la conservación de estos ecosistemas, como las macroalgas y su importancia para el planeta y la humanidad, instancia que devela los enormes desafíos que hay en Chile en materia de educación ambiental marina.
Respecto a esto, Claudia Andrade Díaz enfatiza: “Considero que en Chile es fundamental implementar una mayor educación ambiental marina, con un enfoque especial en la existencia y el papel de las macroalgas. Las macroalgas desempeñan un papel clave en los ecosistemas marinos, ya que contribuyen a la biodiversidad, la producción, y el ciclo del carbono, entre otros”.
Andrade Díaz también señala en esa línea: “La educación ambiental marina es fundamental para crear conciencia y comprensión sobre la importancia de los ecosistemas marinos y la necesidad de su conservación. En el caso de las macroalgas, es crucial transmitir su valor como proveedoras de hábitats esenciales para numerosas especies marinas, desde organismos microscópicos hasta peces y mamíferos marinos. Además, es importante destacar su contribución al almacenamiento de carbono y su capacidad para mitigar los efectos del cambio climático”.
“Como científica y académica, enfatizo la importancia de implementar una sólida educación ambiental marina en Chile para asegurar la conservación y sostenibilidad de los ecosistemas marinos. Esta educación debe dirigirse a diversos públicos, como estudiantes, profesores, pescadores, comunidades costeras y tomadores de decisiones”, indica la académica quien, a su vez, es presidenta de la Sociedad Chilena de las Ciencias del Mar.