Diversos medios independientes, reportaron el día de ayer la muerte de Alicia Azócar, quien cumpliera un rol clave en el atentado contra el dictador, en la denominada Operación Siglo XX.
Alicia era de profesión bibliotecaria y el gobierno de Allende lo vivió en la ciudad de Antofagasta, donde siendo militante comunista estuvo a cargo de la Junta de Abastecimientos y Precios (JAP). Al momento del golpe de Estado, su esposo, quien ejercía como vicerrector de la Universidad Técnica del Estado de la ciudad, se asiló en la embajada peruana.
Sin embargo, Azócar se quedó ahí donde sufrió dos allanamientos y una detención, estando a cargo de sus hijos.
Según indicó El Desconcierto, hasta 2018, año donde se realizó la entrevista, Azócar aún figuraba como «rea rebelde» en los registros de la Fiscalía Militar.
Su participación en la «Operación Siglo XX» fue clave para el desarrollo logístico del atentado que pudo haber cambiado la historia.
Conforme a lo informado por el medio citado, tras su retorno del exilio en Cuba, se instaló definitivamente en Chile en 1984. En aquel entonces, uno de sus hijos y un sobrino eran miembros del FPMR, quienes le ofrecieron participar.
¿Su misión? la fachada.
Azócar vio en El Mercurio el anuncio del arriendo de una amasandería en la calle Camino El Volcán a la altura del 6 mil.
«Y yo, con mi fachada de señora respetable, fui a ver el lugar. Se llegó a acuerdo rápido y ahí sucedió una tontera. La señora quería un contacto para comunicarse y yo no quería dar mi teléfono. Bueno, tonteras que se hacen: se arrendó, se dio el teléfono y se le dio todo el aspecto, porque la fachada era la amasandería así que nos pusimos a hacer empanadas«.
El plan original de la fallida operación consistía en hacer volar el auto del dictador con una carga subterránea de explosivos, sin embargo, se dieron cuenta que no funcionaría, y de ahí nace la idea de utilizar la amasandería como un depósito para las armas que finalmente utilizó el batallón 510 del FPMR.
En el texto no aclaran precisamente cuando salió del país, pero una vez ocurrido el atentado, Alicia se encontraba en Perú cuando se enteró que Pinochet había salido ileso del tiranicidio, cuando leyó una portada de diario que decía «Libró».
«Fue terrible, porque en ese momento piensas en todo lo que va a venir después. En los que estuvieron implicados, en la gente con la reacción que tuviera la dictadura. Yo sabía que había medidas tomadas en caso de, pero siempre puede pasar algo inesperado, los organismos pueden reaccionar. Además que tanta planificación para nada. Hubo gente que dejó todo para armar eso. Fue muy injusto, por la flauta«, concluyó.