Fecundidad en España es una de las más bajas del mundo y es peor en hombres que en mujeres

La fecundidad se refiere al número de hijos que se tienen, un parámetro que está relacionado con la fertilidad, pero que engloba a otros muchos factores, buena parte de ellos socioeconómicos

Fecundidad en España es una de las más bajas del mundo y es peor en hombres que en mujeres

Autor: Anais Lucena

En España cada vez se tienen menos hijos. La fecundidad se ha desplomado hasta posicionarse como una de las más bajas del mundo, y este es un hecho que no atañe solo a las mujeres. Un estudio del Centro de Estudios Demográficos (CED) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha revelado que la fecundidad masculina en España es aún más baja que la femenina, hasta el punto de llegar al mínimo de los últimos 50 años. Actualmente, cada hombre apenas tiene una media de 1,06 hijos, mientras que las mujeres 1,18.

Aunque a veces se puedan confundir, fecundidad y fertilidad son dos términos muy diferentes. La fertilidad es biológica, y se relaciona con la capacidad de tener hijos. La fecundidad, en cambio, se refiere al número de hijos que se tienen, un parámetro que está relacionado con la fertilidad, pero que engloba a otros muchos factores, buena parte de ellos socioeconómicos. 

«La infertilidad y la baja fecundidad no han de ir obligatoriamente de la mano. Un hecho fácilmente objetivable es la fecundidad y sus datos nos sitúan como uno de los paises peor posicionados de toda Europa. La esterilidad o infertilidad no está tan claro que sean inferiores, al menos aquella que se produce por patología orgánica como por ejemplo las anexitis, la endometriosis o el síndrome de ovarios poliquísticos», declara a RTVE.es Juan José Espinós, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Aunque matiza que «en cambio, la infertilidad que podríamos denominar social sí que se ha incrementado. Mayor edad al buscar una gestación, habitos no saludables, contaminación, estrés… Hemos aprendido a convivir con ellos y aunque los hayamos normalizado, ello no implica que su influencia sobre la fertilidad sea claramente negativa y notoria».

Valores mínimos

Habitualmente, hasta ahora la fecundidad se ha medido en relación con la mujer. Pero el estudio ¿Y ellos qué? La fecundidad masculina en España, publicado recientemente en la revista Perspectivas Demográficas, se ha centrado en los hombres, y ha hallado que estos están en el valor mínimo de fecundidad del último medio siglo.

El investigador del CED y profesor de Sociología de la UAB a cargo del trabajo, Pau Miret, asegura a RTVE.es que «los estudios de los institutos de estadística están enfocados en la mujer, y de alguna manera la responsabilizan de la fecundidad, como si el hombre no tuviera ningún tipo de papel. Y no entendemos por qué, ya que actualmente se puede enfocar perfectamente también en los hombres, porque es un comportamiento que incluye tanto a hombres como a mujeres».

La principal conclusión que se extrae del estudio es que la fecundidad masculina y femenina en el siglo XXI, aunque con una evolución paralela, muestra un mayor descenso entre los hombres. La razón se encuentra en el desequilibrio demográfico entre sexos, con mayor presencia de varones en relación con las mujeres en edades reproductivas. Además, el factor más importante que para ellos determina las diferencias de fecundidad no es el nivel de instrucción académica, sino el acceso al mercado laboral.

«Sobran hombres o faltan mujeres»

Tal y como continúa explicando Miret, para entender este desequilibrio demográfico entre sexos hay que tener en cuenta un hecho fundamental: que, de media, los hombres tienen hijos con mujeres tres años más jóvenes. «Esto históricamente se ha mantenido a lo largo del último cuarto del siglo XX, y también durante este primer cuarto de siglo XXI. Los padres hombres son tres años mayores que las mujeres madres», declara este sociólogo, para apuntar que «entre 1976 y 1980, hubo una caída importantísima de la natalidad que se ha expresado en el siglo XXI». Esta caída de la natalidad afectó tanto a mujeres como a hombres, pero como las mujeres en edad reproductiva son tres años más jóvenes que los hombres, es ahora cuando se ha expresado en ellas, y no en los hombres, disminuyendo más su número y provocando ese desequilibrio, que llega a ser hasta del 20%, ya que «por cada mujer, hay 1,2 hombres tres años mayores».

«De alguna forma podríamos decir que sobran hombres o faltan mujeres, y no se ha establecido ningún mecanismo social que compense este desequilibrio», sintetiza.

Además, el estudio desvela que entre los hombres, «el acceso al mercado laboral es el factor que determina las diferencias en la fecundidad, en lugar del nivel de instrucción, como ocurre entre las mujeres». A mayor vinculación con un trabajo remunerado estable, mayor fecundidad masculina. «Los que tienen más hijos son los empresarios en general. Los que tienen un contrato estable, seguro…», detalla Pau Miret.

La fecundidad en España ha caído de los 2,8 hijos por mujer en 1976 a los 1,1 en 1998, hasta los 1,18 actuales, lo que ha supuesto un fenómeno demográfico «rápido, intenso y relevante que ha recibido mucha atención durante los últimos años», pero que hasta ahora «no había contemplado la perspectiva masculina», reseña el estudio. Estos datos sitúan a España a la cola del mundo en cuanto a número de hijos por persona.

El ejemplo de Francia y sus políticas familiares

Aunque no hay que irse muy lejos para encontrar la solución a esta bajísima natalidad. «A mí sólo se me ocurre compararlo con Francia, que a nivel europeo tiene una de las fecundidades más altas, y la única diferencia que encuentro son políticas familiares, fundamentalmente beneficios familiares muy centrados en la mujer», apunta Miret, quien deja muy claro que «esto no tiene que ver con políticas de igualdad de género», sino que son básicamente políticas natalistas que se mantienen en el caso del Estado francés, de ayudas al segundo hijo, al tercer hijo…».

El presidente de la Sociedad Española de Fertilidad,  Juan José Espinós, coincide y manifiesta que «los paises peor posicionados son los de la cuenca Mediterranea (España, Italia, Grecia o Malta) con tasas de fecundidad ligeramente por encima de 1. En cambio los paises nórdicos que están llevando a cabo políticas sociales que buscan un incremento en la fecundidad se situan en ratios de 1,6-1,7. Francia es un caso aparte ya que tiene la tasa más alta de toda Europa (1,8)». Para este ginecólogo, esto «probablemente se debe a una cuestión cultural», ya que en estos países con mayores tasas de fecundidad «el concepto de familia es menos restrictivo, y la institución familiar no es tan rígida».

Fuente: RTVE


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