Festival de Teatro y Marionetas “La Rebelión de los Muñecos”: un Festival como real celebración

Desde el año 2011 que cada otoño acontece en Santiago el Festival de Teatro y Marionetas “La Rebelión de los Muñecos”, un particular evento organizado por la Compañía Viaje Inmóvil, liderada por Jaime Lorca, actor y director reconocido en el medio por su paso por La Troppa, y su trayectoria en el trabajo teatral de […]

Festival de Teatro y Marionetas “La Rebelión de los Muñecos”: un Festival como real celebración

Autor: Pia
Pia

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Desde el año 2011 que cada otoño acontece en Santiago el Festival de Teatro y Marionetas “La Rebelión de los Muñecos”, un particular evento organizado por la Compañía Viaje Inmóvil, liderada por Jaime Lorca, actor y director reconocido en el medio por su paso por La Troppa, y su trayectoria en el trabajo teatral de animación de objetos, trabajo que comenzó en el preciosismo y artesanía de muñecos-actores y maquinarias escenográficas a gran escala, y que se ha ido desarrollando hasta el despojo casi total de elementos escenográficos, así como el descuido intencional en el acabado de sus muñecos, que han llegado incluso a reducirse sólo a cabezas y telas animadas.

Este espíritu de eterna búsqueda es el que se ha destacado en cada uno de los festivales realizados, todos muy distinto entre sí, todos poniendo énfasis diferentes y creando nuevas atmósferas en el Santiago otoñal.

Este año pudimos vivir un Festival más reducido (de tan sólo 3 días), pero a la vez más intenso que el del año anterior (que duró 4 meses). Argentina fue el invitado principal de la cartelera, trayendo hasta nosotros 3 montajes, siguiéndole Chile con 2 obras y una presentación de teatrino, e Italia con una obra y un show de títeres al aire libre.

Los siguientes relatos corresponden a los días 9 y 10 de mayo:

“Lupa, mundos para mirar de cerca”

El día sábado a las 16 hrs. se presentó el titiritero argentino Eugenio Deoseffe con su obra “Lupa…”, una varieté de cortos con muñecos que nos mostraron diversas soluciones e invenciones en cuanto a su dramaturgia, temáticas, materialidades y formas de manipulación. Es así como nos llevó desde un templo Tibetano hasta la paranoia social, desde los hilos hasta la manipulación directa, y de la simpleza a la complejidad de los mecanismos aplicados a una marioneta.
El espíritu central de su presentación era alegre y liviano, condimentada con un poco de reflexión sobre el mundo actual y los medios cultivadores de miedos muy bien representada en uno de sus cortos, tanto por el muñeco, los elementos escogidos para la escena y el audio que llenaba la sala.
El público pudo irse con esa sensación de haber visto una joya, que cuidó cada detalle tanto en la manipulación como en la construcción de sus muñecos y pequeñas escenografías, la iluminación, aunque simple, tiñó con especial cuidado cada escena, así como la música y sonidos caminaron de la mano con los personajes; una joya sencilla que brilló en los ojos y sonrisas de todos los asistentes, ya fueran niños o no tanto.

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“Ricardo III, Shakespeare para niñas y niños valientes”

A las 18 hrs. fue el turno de los locales de Viaje Inmóvil, que trajeron hasta nosotros su última obra, recién estrenada la jornada anterior en la inauguración del Festival.
Como toda obra recién nacida, Ricardo III tiene aún algunos problemas para caminar, y dio algunos pasos inseguros y a tientas en la oscuridad del que pierde el rumbo después de estar mucho tiempo concentrado y sumergido en un proceso creativo arduo y oscuro.
Y es que esta obra, aún cuando está anunciada para “niñas y niños”, es lo bastante oscura como para atormentar a algún chiquillo o no tanto que ande volando bajo.
Es sabido que la obra de Shakespeare es de texto sangriento y despiadado, característica que es bien aprovechada por Viaje Inmóvil en el interesante giro temático que propone al extrapolar una historia de Reyes, traiciones y asesinatos a la realidad escolar de cualquier establecimiento educacional de hijos de ricos, y que bien podría ser cualquier otro, de cualquier clase (el Bulling no es un asunto de clase, sino de naturaleza humana).
Los muñecos de esta obra se nos aparecen aterradores y extraños, sin piernas, marotes voladores, estropeados, pero que logran transmitir su mensaje a la perfección en más de alguna escena.
Sorprende el uso de cámaras de seguridad ubicadas en distintas partes del escenario, con sus trípodes a la vista desde un principio, y otra oculta tras un precario “muro” de tela que contiene una puerta desde donde entran y salen los “alumnos” y muñecos de esta escuela, o mejor dicho “College”.

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Estas cámaras dirigen sus imágenes a un telón ubicado en la parte superior de este muro con puerta, y permiten generar momentos de maravilloso terror, emocionando a ratos, trayendo hasta mi mente imágenes similares desde el cine, imágenes de bosques y brujas invisibles que persiguen a los protagonistas aterrados.
La obra en su desarrollo va llegando a cimas exquisitas de maldad, con imágenes tan omnipotentes como las de Akira en su descontrol, pudiendo ver a un Ricardo tan monstruosamente poderoso que no podemos esperar más que una explosión o un grito que termine de desgarrarlo todo. “Ya avancé demasiado en el lago de la maldad, no me puedo detener”, nos dice Ricardo, pero hoy, en su segunda función desde su nacimiento, ese grito no se oyó, y Ricardo no pudo más que perder el aire y decaer lentamente, dejando al público estupefacto y con mucho dentro para reflexionar. Lo mismo, imagino, le pasará a la compañía, y todas estas experiencias alimentarán a ese hijo nuevo y lo harán crecer cada día más poderoso.
Realmente una experiencia fuerte y para valientes, mirándolo desde todos los puntos de vista (público y actores).

Cajitas Lambe Lambe.

En las afueras del Anfiteatro del Bellas Artes, lugar donde se realizó el Festival, pudimos encontrar a 3 chicas instaladas con sus Cajitas Lambe Lambe, también conocidas como Cajitas misteriosas. Las 3 chicas son alumnas del Laboratorio que actualmente realiza Natasha Belova, artista plástica rusa realizadora de los muñecos de Ricardo III y que se caracteriza por una estética bastante oscura que bien pudimos apreciar en 2 obras presentadas por Point Zero en la Rebelión de los muñecos del año 2012.
Las cajitas Lambe Lambe son pequeños teatros donde se presenta una obra corta, de no mas de 4 minutos y para un solo espectador.
¿De qué se trataban las 3 cajitas de este Festival, preferí dejarlo en un misterio y me limité a hacerle algunas preguntas a Ana Karina Espinoza, integrante de la compañía “La Chimuchina”. Ana Karina lleva 6 meses mostrando su Cajita que esconde la historia “Errores” en su interior. “Lo más difícil de hacer una Cajita es la dramaturgia, es que lograr contar una historia en 3 minutos…”. Es por eso que ella se preocupa primero de crear la historia, luego hace una maqueta donde pone a prueba sus ideas, corrige lo que no funciona y cuando ya está segura hace su cajita definitiva. Cada jornada una cajita Lambe Lambe puede realizar 20 o más funciones, y si pensamos en un Festival de 3 días las funciones se multiplican bastante, pero a Ana Karina no se le hace maquinal, “Después de muchas funciones va mejorando, siempre aparece algo nuevo, además, cada persona llega con sus expectativas particulares y yo le hago la función a cada una de esas personas tratando de cumplirlas”.

 

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El titiritero de Banfield

A las 20 hrs. fue el turno del argentino Sergio Mercurio, el invitado estrella de este Festival. Al igual que su compatriota Eugenio Deoseffe, nos trajo una varieté de espectáculos cortos, que iniciaron con la presentación de su muñeco Bobby, un marote de esponja de medio cuerpo, sin piernas y polerón de Banfield, el equipo de fútbol de esa localidad Argetina. El muñeco, apenas comienza la función se entremezcla con el público saludando y preguntando nombres, haciendo desde ya un reconocimiento de los presentes. Este reconocimiento formó parte del material que utilizó como hilo conductor de este laberinto. Y es que la interacción con el público fue constante y reafirmante para el desarrollo de sus ideas, o las de Bobby.
La rutina de Bobby es a resumidas cuentas un muñeco jodiendo a su manipulador, utilizando recursos discursivos tan rebuscados y diversos que no pudo más que hacer reír a todos los presentes. “¿Porque soy un títere tengo que aguantar cualquier cosa?”, nos dice Bobby en su alegato. Y es así como la sacada de vuelta de Bobby con sus cuestionamientos y reflexiones se transforma en rutina.
Luego una pequeña bruja-títere-de-guante llamada “Caca” nos da lecciones de manipulación limpia y conciente de las leyes físicas (algo que muchas veces se pierde en el ejercicio del oficio), además de alegrarnos con su irreverencia religiosa, ideal para un público que ya ha superado la mayoría de edad hace un buen rato. “A ver Dios, si eres tan canchero por qué no bajás, acá si que es difícil”, grita mirando hacia arriba, para terminar escupiendo al invisible y ausente creador. Mucho se agradece disfrutar de estas irreverencias acompañadas de un buen trabajo de artesanía y de voz del personaje, y que dan el pie para un nuevo corto, esta vez a manos desnudas, uno de los desafíos más básicos y difíciles de un buen titiritero y que Sergio logra a cabalidad, pudiendo transmitir el erotismo momentáneo de su escena.

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Mucho más poética y reflexiva se presenta la siguiente rutina, donde el titiritero desaparece esta vez detrás de una capucha, para dar el verdadero énfasis a las filosofadas de un marote de esponja que fuma un cigarrillo tras otro de manera tan convincente que hasta el humo se podía imaginar, reafirmando la hermosa frase que nos deja clavada este muñeco: “Si las cosas que vemos no son las cosas que vemos, son de otra manera, más lindas”, dando paso a una nueva entrada de Bobby y su conflicto con su manipulador y su existencia. “¿Puede una mujer de carne y hueso enamorarse de un títere?” se escucha fuerte y claro, más no estoy segura de su respuesta.
Finalmente Sergio Mercurio, el titiritero de Banfield, nos despide con un poema recitado al más puro estilo tanguero, demostrando su enorme capacidad actoral y de oratoria desarrollada en sus más de 20 años de trayectoria, y bondadoso nos regala nostálgicos versos para atesorar. “Hay días que la memoria me prohíbe la esperanza”, más por suerte ese día no es hoy.

Hetu’U en el ombligo del mundo

El Domingo 10 de mayo parto con esa alegría exacerbada por las celebraciones que me recordaron que un nuevo año ha pasado para mi. Y es que cada año en esta fecha avanza el engranaje de mi reloj vital, y qué mejor para una titiritera como yo que celebrarlo en un Festival de marionetas!! Es por eso que luego de una exquisita visita al Mercado Central partimos al Anfiteatro del Bellas Artes, otra vez, para ser parte de esta Rebelión.

Esta tarde el primer turno es de Teatro Planetario, compañía Viñamarina que trajo hasta nosotros una historia moderna y familiar, que nos cuenta sobre un niño adolescente en su visita a su primo Rapa Nui, en la mismísima Isla de Pascua.
Antes de comenzar, los 5 manipuladores realizan una impresionante presentación, que no invita a formar parte de este “ritual teatral”, aprovechando de muy buena manera los recursos lumínicos del teatro para envolvernos a todos y llevarnos en ese viaje. Los manipuladores se nos presentan de negro pero con sus rostros pintados según las tradiciones Rapa Nui, lo que los mantiene siempre presentes en el escenario.
Sus muñecos se ven muy bien trabajados y realistas, aunque de brazos cortos y con algunos problemas de equilibrio en su manipulación, pero que finalmente no llegan a molestar en esta convención. La técnica escogida, manipulación directa, la mayor de las veces requiere de 3 manipuladores para mover cada muñeco. Y ahí comienza esa maraña tan ordenada de las compañías que se han concentrado en armar un hermoso rompecabezas trenzado en los movimientos de muñecos y elementos escenográficos, y entre cantos y diálogos nos vamos adentrando en el conflicto cultural que vive el protagonista de esta historia. La sala, llena de niños y sus adultos acompañantes, desaparecía a ratos entre la neblina y las luces que nos indicaban que ahora estábamos bajo el mar, o en un lugar fantástico y misterioso donde duermen los dioses de piedra, mientras Teatro Planetario nos deleitaba con hermosos paisajes y criaturas submarinas luminosas, el uso de sombras de colores proyectadas sobre rostros y figuras, efectos bien logrados con telas, así como los cambios de escala de sus muñecos que nos permitían hacernos una idea de la inmensidad y belleza de ese mar de rocas luminosas.
La historia pasa del típico pataleo de niño santiaguino que en su evolución se va haciendo héroe. Una historia que recuerda a otras por su dramaturgia, pero que se disfruta gracias al cuidado en el diseño, la puesta en escena, su iluminación, efectos y música. De todas maneras una experiencia ritual Rapa Nui. Tanto así que me queda la pregunta: ¿habrán sido isleños los manipuladores?.

IMG_0225De Banfield a México

A las 18 hrs. del Domingo el turno fue nuevamente de Sergio Mercurio, el titiritero de Banfield que nos deleitó el día anterior. Esta vez nuevamente nos encontramos con su muñeco Bobby “durmiendo” sobre la mesa. Pero al comenzar no toma el muñeco, sino que se presenta él, de carne y hueso, contándonos su historia de viaje, su nacimiento y aventuras como titiritero. Interesante a ratos, desesperante a otros. Y no es que la historia sea fome, no, pero nuestra ansiedad titiritesca de Festival nos provoca cierto rechazo al actor o al relator. Y sé que no soy sólo yo la que siente este rechazo, es un asunto natural. Queremos ver títeres!!!. Y no puedo dejar de recordar las palabras de Stephen Mottram, ese titiritero maestro inglés que vino a la Rebelión el año 2013 y al IV Encuentro Internacional de Títeres del Teatro Museo. El año pasado en su paso por Valparaíso nos regaló el cuestionamiento: “¿Por qué no queremos ver actores? Es una pregunta fundamental al momento de hacer teatro”, nos dijo. Pero Sergio Mercurio, luego de entregarse incluso a una rueda de preguntas del público, toma al fin a Bobby y comienza una pugna similar a la que vimos la jornada de ayer: la rebelión de Bobby en contra de su manipulador.
La misma estrategia de interacción con el público que vimos el día anterior utiliza después con la Bruja “Caca”, que esta vez viene encendida y lujuriosa declarando que es “muy puta” mientras trata de conquistar a sus escogidos del público. Y claro, una bruja-títere declarándose puta es un asunto que hace reír a cualquiera!.
Finalmente nos sorprende con un nuevo marote, de acento extraño que pronto descubrimos que es acento de ebrio, el cual entre preguntas al público va desarrollando su rutina de tono alto, que muy bien podemos imaginar haciendo vibrar los bares que en su historia de titiritero aparecieron. Un buen final para esta obra de varietés que fue para mí el cierre del Festival. Y aunque mi condición de habitante periférica de esta gran ciudad no me hayan permitido ver el cierre oficial con la banda Clown “La Ciscu Margaret” ese día Domingo de pocas micros, me fui a casa contenta, llena de esa sensación indescriptible que me entrega el Teatro de Muñecos en su esfuerzo y decisión de comunicar algo a través de esos objetos-seres-pequeñitos, una sensación que se acrecienta cuando vemos esos esfuerzos reflejados en espectáculos de gran calidad y calidez. Y vuelvo a decir este año, el cuarto ya en que cubro este maravilloso y necesario Festival de Teatro y Marionetas…
¡¡¡Que viva la Rebelión de los Muñecos!!!

 

Por Tania Corvalán
Titiritera y profesora de la Escuela Teatro de Muñecos de Santiago.


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