El líder socialista mundial hace esclarecedoras afirmaciones que desnudan el grave vacío histórico de socialismos en proceso de construcción o en gestación: no mirar hacia el hundimiento del barco humanidad.
Su reflexión: “En nada se parecen… los días de hoy a los de ayer. Vivimos una época nueva que no tiene parecido con ninguna otra de la historia…”.
Por tanto es inconducente levantar programas repitiendo demandas y propuestas con modelos pasados.
Fidel explica el cambio político que significa el calentamiento global: “Antes los pueblos luchaban y luchan… por un mundo mejor y más justo, pero hoy tienen que luchar, además, y sin alternativa posible, por la propia supervivencia de la especie. No sabemos absolutamente nada si ignoramos esto.” “No se trata de un riesgo lejano para el siglo XXII, sino para el XXI, ni lo es tampoco solo para la segunda mitad de este, sino para las próximas décadas, en las que ya comenzaríamos a sufrir sus penosas consecuencias”.
Encerrarse entonces en cambios constitucionales, nacionalizaciones, pactos electorales, análisis del mal menor, redistribución del ingreso… sin enmarcar esas propuestas en la situación dramática que viene es una ceguera política.
“Tampoco se trata de una simple acción contra el imperio y sus secuaces…”, agrega.
Denunciar desde un escrito o un mando de gobierno la conducta de USA, los países ricos y sus servidores, no es suficiente para enfrentar las sequías, tormentas, inundaciones, migraciones masivas, hambrunas, guerras por agua…
Fidel propone “una batalla de opinión mundial… una batalla a librar con las masas y en el seno de las organizaciones sociales e instituciones científicas, culturales, humanitarias, y otras de carácter internacional, muy especialmente en el seno de las Naciones Unidas…”.
Sin presión de la humanidad de base los poderosos no van a tomar las medidas paliativas necesarias porque afectan sus intereses. Y esa fuerza de miles de millones de personas no se puede motivar censurando en los discursos la amenaza a su supervivencia. Los socialistas no podrán ponerse a la cabeza de esa lucha si no tienen el valor de ir a contracorriente denunciando el modo de producir y consumir capitalista.
Fidel observa: “No nos dejemos engañar. Lo que Estados Unidos ha pretendido con sus maniobras en Copenhague es dividir al Tercer Mundo, separar a más de 150 países subdesarrollados de China, India, Brasil, Sudáfrica y otros…”.
Menciona la confrontación en la ONU después del papel de las masas. Venezuela, Cuba, Bolivia, Tuvalu, Nicaragua hicieron una importante resistencia en Dinamarca pero no lograron la unidad de los pobres. Esos grandes países emergentes apoyaron el proyecto imperial de liquidación del tratado de Kyoto y los restantes gobiernos de los 192 participantes no cumplieron su deber.
Fidel sobre los medias señala que la lucha por la vida “…no se puede dejar a la espontaneidad ni al capricho de la mayoría de sus medios de comunicación…”.
Es comprensible que sus propietarios traten de desviar la atención del problema vital que crearon con su sistema y maniobren para seguir controlando la situación.
En cambio no hay justificación para que socialistas eviten sistemáticamente esta crisis de la vida optando por otras discusiones. Es una cobardía callar, por ejemplo, que según la CEPAL los costos que tendrán en América Latina los cambios climáticos podrían alcanzar en 2100 a un 137% del PIB y que países como Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay y Perú podrían ver degradados sus territorios en un 62%. No hay disculpa posible para no difundir los datos que dio Evo en Dinamarca: de 40.170 especies vivas estudiadas, 16.119 están en peligro de extinción. Un pájaro de cada ocho puede desaparecer para siempre. Un mamífero de cada cuatro está amenazado. Un anfibio de cada tres puede dejar de existir. Ocho crustáceos de cada diez y tres insectos de cada cuatro están en riesgo de extinguirse. No puede quedar fuera de discusión pública que China subsidiando la compra se haya convertido en el primer mercado mundial del automóvil con 13,5 millones vendidos en 2009 y que proyecte su crecimiento en 10% para el 2010.
La misión socialista no es dejarse arrastrar hacia el facilismo burgués sino decir a los pueblos que el futuro será muy distinto en la Tierra depredada por la libre empresa capitalista. Fidel sentencia: “No sabemos absolutamente nada si ignoramos esto».
Los socialistas deben levantar un programa conociendo que el poscapitalismo será una alternativa dramática entre un fascismo corporativo y un socialismo solidario y sustentable.
Por Rómulo Pardo Silva
(1) Ver www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/01/04/el-mundo-medio-siglo-despues/
Contacto: [email protected]